lunes, 31 de mayo de 2010

LOS GEMELOS DEL BRASIL


Al mejor estilo de un cuento inquietante de Stephen King o del maestro Lovecraft, las cosas más inverosímiles pueden suceder en el apacible ámbito de un pueblecito rural.
La historia que voy a contarles tiene por escenario a Cándido Godoi, una localidad de Brasil que cuenta con menos de siete mil habitantes y está en el estado de Río Grande do Sul, bastante cercana a la frontera con Argentina.



La particularidad de este lugar es la enorme tasa de nacimientos de gemelos que tiene en su haber, la cual a esta altura supera en más de un mil por ciento a la considerada normal.
La "explosión" de gemelos comenzó durante los años '60 del siglo pasado y se mantuvo prácticamente incambiada hasta el día de hoy, al punto que a la entrada del pueblo, un cartel identifica la zona como "tierra de los gemelos"


Por lo demás, se trata de una típica localidad rural del sur de Brasil, con influencia de inmigrantes alemanes en la zona.
En suma, un pueblo limpio y prolijo, dependiente mayormente de las actividades rurales, donde se ha asumido con total tranquilidad esa extraña profusión de gemelos, que no se limita a los seres humanos exclusivamente sino que se extiende a lo que puede observarse en la cría de ganado en la zona.


Los primeros científicos que llegaron a la zona en busca de explicaciones del fenómeno, se jugaron a un elemento concreto: el agua potable que se consumía en el lugar.
La hipótesis se centraba en la posible presencia de ciertos elementos químicos no nocivos, pero que favorecían de alguna manera la aparición de gemelos en la gestación humana o animal.

Sin embargo, tal extremo no encontró evidencia alguna en los hechos. Analizada el agua de la zona, no se encontró en ella nada relevante al respecto.
Pero ya por entonces se alzaron voces que apostaban a una posibilidad más inquietante: un experimento genético. ¿Y quién era el nefasto candidato que podía haber llevado a cabo esos experimentos?
Pues nada menos que Josef Mengele:



Josef Mengele había nacido en Alemania en 1911, siendo el mayor de los tres hijos en una familia de acaudalados industriales.
Hombre culto y educado, se doctoró en Antropología en 1935 y en Medicina en 1938. Para entonces ya se había afiliado al partido nacionalsocialista, pero no contento con eso dio un paso aún más radical y se incorporó a las SS.

Llegaría la guerra y, al menos durante los primeros tiempos, nada hacía pensar en Mengele como un hombre despiadado o inhumano. Por el contrario, los hombres que formaban en su primer destino (una unidad de tropas de montaña) le recordaron como una persona afable, un buen camarada que no gustaba de darse importancia y, ante todo, un excelente doctor.

Algunos de sus biógrafos apuntan a que los mecanismos mentales de Mengele se alteraron durante un destino posterior en el frente ruso. La crudeza y el salvajismo con que se manejaban las unidades de las SS hicieron mella en el otrora buen doctor, que aparentemente ya nunca volvió a ser el mismo. Y no digo con esto que se haya vuelto loco (excusa fácil para defender lo indefendible), sino que más bien pareciera que dejó salir a flote lo peor de sí mismo.


Herido en combate y ascendido al equivalente de capitán, fue declarado no apto para servir en el frente y derivado a una de las más horribles realidades que los seres humanos hayan producido: el campo de concentración de Auschwitz.

Allí fue donde Mengele cometió la suma de atrocidades que le valieron el mote de "ángel de la muerte" y su inclusión en la lista de criminales de guerra más buscados. Sobre la barbarie de sus actividades, todo lo que se diga es poco. Pero lo que hoy nos interesa es que Mengele intentó desentrañar en sus horribles experimentos el misterio de los gemelos, precisamente.

Qué pudo averiguar, es cosa que no llegó a saberse: diez días antes de que las tropas soviéticas liberasen el campo, el doctor cargó en su maletín el diario de laboratorio junto a algunas muestras de sangre y tejido.
Y desapareció, pese a ser notorio y más que buscado por sus crímenes.



Algunos cazadores de nazis afirman que Mengele huyó a Italia, amparado por la organización ODESSA (red de colaboración cuya actividad novelaría Frederick Forsyth en 1972, en su obra "The Odessa file").
Lo cierto es que el doctor se desvanece por completo entre 1945 y 1949, como si nunca hubiera existido.

Pero en 1949 obtiene documentos y pasaporte falsos, a nombre de Helmut Gregor, con los cuales llega a Buenos Aires ese año y comienza una nueva vida.


Sobre las actividades desarrolladas por Mengele en su nueva tierra adoptiva hay diversas versiones. Hay quien afirma que montó una industria farmacéutica, hay quien dice que ejerció la medicina sin tapujos (incluso con un breve pasaje por la ciudad uruguaya de Paysandú) y hay versiones de que nunca abandonó sus macabros experimentos.

¿Cómo se conecta esto con los sucesos del pueblo de Cándido Godoi? Pues con un suceso detonante acontecido en 1960.
Efectivamente, el 11 de mayo de 1960 fue secuestrado en Buenos Aires un sujeto sin importancia aparente: un técnico de apellido Klement, que trabajaba en la planta de Mercedes Benz.
La cuestión es que el tal Klement era en realidad Adolf Eichmann, otro criminal de guerra, que fue secuestrado y llevado con rapidez a Israel por un grupo comando (Eichmann sería juzgado y ajusticiado en 1962).

Como consecuencia de esto, Mengele ya no pisaba en firme. La aparente tranquilidad de su vida porteña había dejado de ser tal. Y a causa de esto, el doctor volvió a desaparecer una vez más.
De acuerdo a un historiador argentino que siguió la pista e investigó por décadas, el primer destino de Mengele fue una finca de amigos en Paraguay, desde la cual hizo base para moverse en el sur rural de Brasil y así continuar sus macabros experimentos.

Por loco que parezca, las fotos de Mengele fueron mostradas a diversa gente en zonas de Río Grande do Sul cercanas a la frontera y allí fue reconocido en dos funciones diversas según el lugar: hubo quienes le recordaron como un excelente veterinario que se ofrecía a los hacendados para mejorar la raza de sus vacunos y otros lo reconocieron como un médico que atendía en consultas diversas.
En algo concordaron todos los testigos: el profesional era siempre itinerante, sin importar en qué faceta se presentaba. Nunca estableció un consultorio ni se quedó por más de un par de días: volvía cada poco tiempo sin anunciar jamás su arribo.

De acuerdo a Jorge Camarasa (el historiador argentino que mencioné), él mismo pudo corroborar la presencia de Mengele en Cándido Godoi en los años '60, donde habría oficiado como médico itinerante en muchas oportunidades, bajo el nombre de Rudolph Weiss. Y cuenta con testimonios de viejos residentes que así lo avalaron al ver las fotos del hombre.

La "historia oficial" dice que Josef Mengele murió en una playa de Brasil en  1979 mientras practicaba natación. Fue enterrado bajo nombre falso y, por presiones diplomáticas, sus restos fueron exhumados en 1985 para confirmar su identidad (que se dio por buena a partir de su dentadura, cosa que corroboró un examen de ADN en 1992).

Probablemente nunca se sepa a ciencia cierta si el mortífero doctor tuvo que ver con la explosión de gemelos de Cándido Godoi.
Hay hipótesis aún más locas, como que dichas anomalías genéticas responden a experimentos secretos financiados por la CIA y el gobierno de USA, como parte de un programa de hibridación alienígena (les aseguro que no tomé nada, pero hay fuentes que afirman eso).

También hay quienes dicen que ya resolvieron el asunto, como un equipo de científicos brasileros que afirma que la causa es muy simple: según ellos, como los colonos iniciales de la zona se reducían a ocho familias, basta la predisposicíón genética en ese grupito para luego incrementar las probabilidades de nacimiento de gemelos (tendrán que explicarme cómo se extendió eso al ganado).

Lo cierto es que hoy en día no hay médico alguno que pueda provocar "a piacere" que una gestación derive en gemelos.
Pero eso me hizo acordar de otro "imposible" que provocó risas y burlas en el ámbito científico: la novela de Ira Levin "Los niños de Brasil", que data de un lejano 1976 y manejaba en su argumento la clonación de seres humanos.




Fue llevada al cine en 1978 y molida a palos por cada científico que fue preguntado sobre su argumento.
La clonación era un disparate, según ellos.
Pero menos de veinte años después, una simple ovejita les juntó las cabezas a todos.

8 comentarios:

Pinchita dijo...

Hola Pelado!!!cuando empece a leer tu post,pense que estaba en un episodio de mi querida serie Los Expedientes X o en algun lugar de la isla de Lost(aparte,viste esta serie?? si la viste me gustaria algun comentario tuyo),pero al seguir leyendo me adentre en el horror,que historia!!!,me acuerdo de la pelicula,si parecia todo una cosa loca pero como vos decis pasado unos años no solamente la clonacion, sino de cuantas cosas mas nos enteramos,y pienso cuantos experimentos se habran realizado y uno ni enterado.
Un cariño grande.-

vale dijo...

Aleman tenia q ser (con respeto a los alemanes)esto si q da chuchos. Eligo creer la de las 8 flias. originarias y sacarte la interrogante del ganado con alguna cuestion parafilica, viste como es... aunq no tenga mucha logica :$

pelado1961 dijo...

Pinchita:

Imagino que debe haber cientos de experimentos extraños de los que ni siquiera nos enteramos.
Y si nos enteramos de las consecuencias, siempre alguien inventa una mentira para explicar las causas y borrar las huellas.

Me parece que hay cosas más raras en la realidad que las que mostraba la ficción de "Expedientes X".

Sobre "Lost", te cuento que empecé a ver la serie contentísimo, pensando que me iba a enganchar y todo.
Pero pasaron unos cuantos capítulos y la impresión que me daba era la de tener guionistas que se reían de la buena ciencia-ficción, tipo "acá ponemos cualquier cosa y después vemos cómo sigue".
Conclusión: dejé de verla (y alguna gente que se enganchó y la siguió religiosamente me comentó que el final daba ganas de matar a los escritores).

Beso.

pelado1961 dijo...

Vale:

Me mataste con la explicación del ganado, jajajajja, algún granjero "enamorado" de una vaquita, jajajaja.
En fin, ojalá fuera así, ¿no?

Pero algo me dice que no es tan simple y que hay algo más tenebroso.

Beso.

Anónimo dijo...

Me hace acordar a un cuento de Stephen King, en uno de los tomos de la Torre Oscura, dónde hay un pueblo en el que todos tienen gemelos.

pelado1961 dijo...

Cierto, Anónimo!!
¿Y te acordás de "El pueblo de los malditos"???
Otra historia relacionada, me parece.

Don Ferchu del Bolso y Aguada dijo...

Uy vi esa pelicula y como me cope con ella con los Niños del Brasil...
Che que bueno seria clonar al equipo del Maracana 1950 para el mundial je.

pelado1961 dijo...

Los del '50 eran capaces de irse en barco hasta Sudáfrica, entrenar comiendo tres platos de buseca y salir campeones sin problemas.

Ahora, si no es la altura son los jueces, si no son los jueces es el pasto, si no es el pasto son los tapones, etc., etc.
Están llenos de excusas y eso que ganan más guita que los ladrones.

Clonemos, nomás!!!