viernes, 23 de diciembre de 2011

FELICES FIESTAS !!!



Queridos amigos y amables visitantes que pasan por este blog:

Espero que pasen unas Fiestas sensacionales con sus seres queridos y, sobre todo, que tengan un fabuloso año 2012, donde se cumplan sus mejores deseos.
Les prometo que aquí voy a estar, dándole un poco de color a los misterios que -gracias a Dios- no faltan nunca.

MUY FELICES FIESTAS PARA TODOS !!!

miércoles, 21 de diciembre de 2011

EL SONIDO DEL MIEDO



Algunos de los descubrimientos más extraños son hechos debido a un elemento especial: la mayor de las casualidades. Veamos, por ejemplo, lo que descubrió Vic Tandy a principios de los años '80 del siglo pasado.

El señor Tandy era un ingeniero británico que se especializó en tecnologías de la información.
A inicios de los años '80, trabajaba en una empresa de equipos para medicina, cumpliendo tareas en el departamento de investigación y desarrollo.

Una noche, nuestro amigo Vic se quedó trabajando hasta muy tarde. Tan tarde que se hizo de noche y él quedó solo en el laboratorio. Aunque en cierto momento, pensó que tenía compañía indeseada.



El ingeniero estaba reparando un equipo cuando, en cierto momento, comenzó a tener una extraña sensación de desasosiego. Se puso tenso, comenzó a sudar y se le erizaron los pelos de la nuca.

Se estaba preguntando si la causa sería el cansancio por una larga jornada laboral, pero en eso la sensación empeoró: tuvo la clara percepción de no estar solo en el recinto.
Trató de convencerse de lo irracional de su idea, pues sabía que no había nadie en el laboratorio: apenas un guardia de seguridad en una caseta exterior, ese era el ser humano más próximo.

Y precisamente cuando estaba haciendo ese razonamiento, captó una silueta con el rabillo del ojo.
Giró espantado en la silla, pero allí no había persona alguna. De todas formas, no se quedó para averiguar lo que pasaba. Se fue bien rápido a su casa, donde le esperaba un merecido descanso y tenía un fin de semana por delante.

Al otro día, medio olvidado del asunto, decidió dedicarse a uno de sus hobbies: la esgrima. Tomó sus armas, las limpió concienzudamente, practicó un poco con una de ellas y, en medio de ello, paró para atender el teléfono.



Cuando volvió a su garage, donde estaba practicando, notó otra vez la desagradable sensación de miedo y desasosiego que se había apoderado de él la noche anterior.
Pero esta vez, tuvo la suficiente presencia de ánimo para notar algo interesante: la hoja de su florete vibraba todavía. ¿Sería posible que esa vibración fuera la causante de la sensación experimentada?

Quizás la vibración provocara un sonido cuya frecuencia fuese similar a la del equipo que trataba de reparar Tandy. Era una hipótesis interesante y el ingeniero puso manos a la obra para llevarla a la práctica.

No fue tan sencillo como esperaba, porque cuando volvió al laboratorio no encontró que el equipo defectuoso produjera un infrasonido parecido al esperado. Luego de ensayar diversas combinaciones y posibilidades, dieron en el clavo: un extractor de aire recientemente instalado, causaba un infrasonido que se detectaba precisamente en el escritorio de Tandy.

La frecuencia era, específicamente, de 18,98 Hz.

Curiosamente, cuando Tandy publicó su hallazgo (en colaboración con un físico, el doctor Lawrence) debidamente documentado y fundamentado, se alzaron varias voces que alegaron que ya sabían que esa frecuencia tenía efectos secundarios desagradables para el ser humano.

Pero que se sepa, esta fue la primera vez que se relacionó una frecuencia de sonido con la sensación de ver un fantasma.

domingo, 18 de diciembre de 2011

CÓDIGO DESCIFRADO...TRAS DOSCIENTOS CINCUENTA AÑOS



Lo que se ve en la imagen anterior es un par de páginas del "Copiale Cipher", manuscrito que data del siglo XVIII (para ser más exactos, fue escrito entre 1760 y 1780).

Si les parece rara la escritura empleada, tienen toda la razón: se trata de un texto cifrado, sin espacios, donde se emplean dos alfabetos diferentes, además de símbolos propios. Consta de 105 páginas y, hasta ahora, había eludido prolijamente toda interpretación y descifrado.

Pero tres profesores universitarios se empeñaron en averiguar qué estaba escrito en el Copiale Cipher. Y si bien lo tomaron como "proyecto de fin de semana", finalmente arribaron a un resultado concreto.

Paradójicamente, tanto Kevin Knight (de la Universidad del Sur de California) como Beata Megyesi y Christiane Schaefer (de la Universidad de Uppsala, Suecia) difieren bastante de ser especialistas en criptografía: su campo de estudio es la computación, en particular los algoritmos de traducción de lenguajes.



Según declararon los expertos, la parte más trabajosa de la tarea fue "jugarse" a un idioma concreto en el cual se habría escrito el texto encriptado. Puesto que el Copiale Cipher fue encontrado en Alemania, pensaron acertadamente que el texto original estaría escrito en alemán antiguo. Y así fue.

Ahora bien, me imagino que ustedes (igual que yo) tienen curiosidad por saber qué dice ese texto, qué cosa puede ser  tan importante como para ser codificada de forma tan compleja.
Pues bien, se trata de los rituales, estatutos y referencias de una sociedad secreta.



El Copiale Cipher está estructurado en tres partes. La primera explica los diversos rituales, desde el que se utiliza para recibir a un nuevo candidato hasta los que se emplean para pasaje de grados.
La segunda parte explica un poco las relaciones de esta sociedad secreta con otras existentes, además de explicitar los usos y costumbres de reconocimiento entre sus integrantes.

La tercera parte es la más filosófica: desarrolla los conceptos abstractos que dan razón de ser a esta sociedad secreta, nacida según se dice para "abrir los ojos" de ciertos elegidos.

En todo caso, el tema es muy interesante y, además, podemos decir que deja en evidencia lo poco que se sabe de ciertos grupos ocultos y su influencia en la historia y la sociedad.
Sin ir más lejos, este texto pone en evidencia una sociedad secreta cuya existencia se desconocía y de la cual no se sabe siquiera si existe hasta hoy en día.

Pero su libro-base fue descifrado (250 años después, eso sí).

jueves, 15 de diciembre de 2011

VOLVER AL FUTURO (CON BAJO CONSUMO)


El DeLorean no puede ser tildado como "un coche más", porque no lo es. Desde el principio, tuvo características originales y, por cierto, circunstancias inusuales a lo largo de su producción.

Para empezar, cuando uno se refiere a "el DeLorean" sin especificar modelo, es porque sólo hay un modelo: el DMC-12 (DeLorean Motor Company 12, donde el "12" surge porque el precio pensado originalmente era de doce mil dólares, aunque luego debió ser elevado a veinticinco mil).

Se produjo en Irlanda del Norte, durante apenas dos años (1981-82). El primer prototipo data de 1976, la construcción de la fábrica comenzó en 1978 y la producción (pensada para iniciarse en 1979) recién pudo comenzar en 1981.

Se llegaron a fabricar unos 8.500 coches, de los cuales se calcula que subsisten unos 6.500 actualmente. Son raros, son lindos, por varios motivos: las puertas de "alas de gaviota", el hecho de que no tienen pintura (su terminación es mediante paneles de acero inoxidable) y, claro está, su elección como vehículo para viajar en el tiempo, a partir de la saga de "Volver al futuro".

Ahora son noticia nuevamente, porque se anuncia que volverán a ser producidos, pero en versión eléctrica:



Por lo menos, eso es lo que está anunciado: iniciar la producción a partir del año 2013 y venderlos a un precio aún no especificado.
Habrá que ir juntando platita. Aunque algo me dice que el precio no va a ser muy accesible que digamos.

De todas formas, no da para ponerse amarretes. Al fin y al cabo, ¿con qué otro coche podés viajar en el tiempo?

Les dejo más imágenes de esta nueva versión eléctrica de este clásico:



domingo, 11 de diciembre de 2011

DE PELÍCULA


Las películas de terror (sobre todo las "clase B") suelen exigir algún esfuerzo, alguna cooperación de parte del espectador.
Por ejemplo, si el guión mostrase un grupo de adolescentes que van a pasar la noche en una cabaña aislada en medio del bosque y las montañas, lejos de cualquier contacto con autoridades o civilización, usted tiene que omitir la irracionalidad de tal comportamiento. Aunque todo le induzca a pensar que debe haber un loco suelto que los va a matar a todos.

Pero en todo caso, la realidad es a veces más intrigante que la ficción. Y más siniestra.


En 1959, un grupo de esquiadores y montañistas jóvenes se prepararon para vivir vacaciones entre amigos. Egresados de un Instituto Politécnico de la U.R.S.S. se reunieron en el lugar que hoy se llama Paso Dyatlov (en los Urales) para practicar las actividades que tanto les gustaban.

Eran diez muchachos, que se alojaron en una cabaña. El tiempo era razonablemente bueno, apropiado para esquiar o hacer recorridas por la zona. El arribo de estos chicos se realizó el día 27 de enero, pero uno de ellos se sintió enfermo y tuvo que ser llevado al hospital más cercano (distante varios kilómetros del lugar),  casi al momento del arribo.

Cuando eso sucedió, Yuri Yudin (el chico enfermo) se sintió muy triste. Había estado planificando este viaje con sus amigos, desde varios meses atrás. Y ahora una tonta enfermedad le impedía disfrutar sus vacaciones, sin estar siquiera un día con ellos.

Sin embargo, fue el más afortunado de todos, porque estar hospitalizado lo salvó de un destino espantoso.



Sea lo que sea que sucedió, aconteció el día 2 de febrero. Esto se sabe por las anotaciones de los diarios que fueron encontrados entre las pertenencias de los muchachos.

Hasta ese entonces, el grupo de jóvenes se había dedicado a recorrer la zona según itinerarios que ya tenían trazados de antemano. Esquiaron y exploraron según sus gustos y preferencias. Estaban muy bien equipados para enfrentar el mal clima y las bajas temperaturas.
Incluso podían pasar la noche donde quisieran, pues contaban con una tienda de campaña de considerables dimensiones, que les protegería de todo.

O de casi todo.


A las cinco de la tarde del 2 de febrero, un súbito empeoramiento del clima les obligó a volver a la tienda. Pensaban comer y luego dormir, para retomar temprano en la mañana su excursión, una vez que el mal tiempo pasase.

Pero no pudo ser.

El retorno previsto de la expedición era el 12 de febrero. Pero como también habían hablado de prolongar la estadía una semana más, recién el día 20 fue cuando sus parientes se alarmaron porque no volvieron.
Fueron entonces despachadas partidas de socorristas, que se encontraron con un panorama absolutamente extraño e inusual.

La tienda de campaña estaba montada, pero no había nadie dentro de ella. Sin embargo, la mayoría de la ropa y pertenencias de los muchachos se encontraban en el sitio.
No había señales de lucha, pero la tienda tenía un gran corte (hecho de adentro hacia afuera, como luego se comprobó), a partir del cual se veían huellas que se perdían en un bosque cercano.


Precisamente, en el límite del bosque fueron hallados los primeros dos cuerpos, vistiendo solamente ropa interior. Parecía que la muerte les había llegado mientras intentaban trepar un árbol.

Más profundo en el bosque se hallaron otros tres cadáveres. En apariencia, estos tres muchachos buscaban volver a la tienda de campaña. Al igual que los otros, vestían apenas ropa interior.

Nada de esto tenía sentido. Todos los excursionistas eran experimentados, lo suficiente como para saber que no podían afrontar las inclemencias del clima con esas ropas livianas. Y además, ¿de qué estaban huyendo cuando les llegó la muerte?

Las posteriores autopsias de estas cinco víctimas indicaron que habían fallecido por hipotermia, aunque uno de ellos presentaba además una extraña fisura craneana que, sin embargo, no fue causa de muerte.



En tanto, no había ni rastro de los cuatro chicos restantes. Recién fueron hallados los cuerpos dos meses después, en una hondonada y cubiertos por una espesa capa de nieve que había caído en ese lapso.

Se trataba de tres varones y una chica. No había señales de lucha ni heridas externas, pero la autopsia arrojó datos escalofriantes.
Uno de los varones presentaba una fractura craneana como si la cabeza hubiera sido prensada. Los tres cuerpos restantes tenían costillas fracturadas y, en particular, a la chica le había sido extirpada la lengua. Casi en forma quirúrgica.

Los médicos fueron claros en sus conclusiones: "ningún ser humano o animal pudo causar las fracturas encontradas, porque la fuerza necesaria es excesiva, además de que hay zonas de tejido blando que no fueron dañadas en el proceso".



La imagen aquí arriba es la última encontrada en el rollo de película de la cámara usada por los excursionistas. Bien equipados, minutos después emprenderían el regreso a la tienda debido al mal tiempo. Y luego nadie sabe lo que pasó, ni se cuenta con una teoría aceptable al respecto.

Más de treinta investigadores independientes han examinado el caso a lo largo de los años, entrevistando a todos los involucrados y accediendo a los archivos oficiales.

El misterio permanece.

jueves, 8 de diciembre de 2011

MIL MILLONES DE DÓLARES, PERO EL MIEDO PUEDE MÁS


El señor de la foto se llama Mukesh Ambani. Y estoy seguro de que ese nombre no le suena para nada a los amables lectores del blog, como a mí tampoco me sonaba. Prueba cabal de que el mundo posmoderno, por más que se nos diga que está globalizado, continúa siendo "de entrecasa".

La cuestión es que don Ambani es el hombre más rico de India, con una fortuna estimada en 27 billones de dólares. Como la referencia la estoy tomando de un sitio yanqui, supongo que un "billón" equivale a mil millones de dólares (esa esa la notación yanqui), en vez de representar un millón de millones.

De todas formas, es un dineral, ¿no? Pero no es eso de lo que quiero hablarles hoy.

La cuestión es que el amigo Ambani se mandó hacer la vivienda de sus sueños, a un costo de (otra vez los billones) un billón de dólares. Y el resultado es éste:



La construcción se llama Torre Antilia. Tiene 173 metros de alto, distribuídos en 27 pisos, más parking para 160 autos, tres helipuertos, sala de cine para 600 personas y muchas cosas más.
Contra lo que pueda pensarse, no fue levantada para ser vendida, sino para ser habitada por la familia Ambani....que consta de cinco personas (un poco excesivo el espacio, como que podés perder a algún miembro de la familia durante varios días).

En fin, el asunto es que, después de tanto gasto, don Ambani no quiere habitar su torre.
¿Por qué? Porque dice que el lugar contiene un conjuro de mala suerte.

Las especulaciones han estado a la orden. Hay quien dice que en India existe algo parecido al Feng Shui chino, una disciplina que se llama Vastu Shastra y que regula la buena o mala disposición de una construcción y sus ambientes, con los resultados que eso trae aparejados a quienes la habiten.


Sin embargo, como fue el propio millonario quien dio las ideas fundamentales de la torre,  aprobó el proyecto y supervisó el avance, no parece razonable suponer que recién cuando estuvo terminado se dio cuenta de que algo estaba mal diseñado.

Más extraña es la otra explicación que surgió, pero tiene la ventaja de aclarar por qué la torre tiene tantas habitaciones (cientos, literalmente): al parecer, hace tiempo que don Ambani es perseguido por demonios nocturnos, que se hacen presentes en su sueño.
En busca de despistarlos fue que proyectó cambiar de vivienda, diseñando una torre con suficientes habitaciones como para mudar su dormitorio asiduamente.
Pero los demonios le habrían advertido en sueños que conocían su plan.

¿Un hombre atormentado por demonios? Puede ser, sobre todo teniendo en cuenta que posee veintisiete mil millones de dólares y cuenta con vecinos que mueren de hambre en las calles de Mumbai (donde está ubicada su costosa torre).

martes, 6 de diciembre de 2011

EL HOMBRE QUE SABÍA DEMASIADO


Pese a lo que parece, lo que ven en la imagen anterior no se trata de dos personas diferentes, sino de la misma persona con poco tiempo de diferencia entre una foto y otra.

La historia de lo que sucedió entre ambos momentos es, en sí misma, una lección acerca de cómo funciona el mundo: todo es muy bonito, democrático y constitucional hasta que usted se transforma en un sujeto molesto para los poderosos. Y allí su vida no vale nada.

Aleksandr Litvinenko nació en 1962 en lo que entonces era la Unión Soviética. Hizo carrera militar y fue oficial en la KGB, el servicio de inteligencia de su país, continuando la misma cuando las reformas políticas hicieron caer a la U.R.S.S. y el organismo donde trabajaba pasó a llamarse FSB (Servicio de Seguridad Federal).


Entre 1997 y 1998 Litvinenko obtuvo diversos indicios, que luego darían lugar a confirmaciones, acerca de que las principales agencias de combate al crimen en su país tenían estrechos vínculos con la mafia rusa y, peor aún, se estaban llevando a cabo operaciones conjuntas.

Así estaban las cosas cuando el propio Litvinenko recibió una orden bastante tajante de sus superiores: debía llevar a cabo el asesinato de Boris Berezovsky.
¿Quién era el tal Berezovsky? Pues un destacado empresario ruso, millonario por más datos, al cual Litvinenko conocía porque en 1994 le habían enviado a investigar...un intento de asesinato contra el hombre.

Y no es que Litvinenko fuera un ingenuo, pero allí se dio cuenta de cómo estaban funcionando las cosas en el servicio de inteligencia donde trabajaba: se mataba por encargo y, si el plan fallaba, se enviaban "investigadores" para terminar la labor. Todo para favorecer intereses del tráfico de drogas y armamento.


El tipo tomó el camino más difícil y denunció todo en una carta abierta a Vladimir Putin, quien gobernaba Rusia por entonces (1998). El resultado fue la remoción de algunos jefazos y su sustitución por otros. Pero muy pronto Litvinenko comprendió que todo era una cuestión de cambio de nombres y no de actitudes.

Su última jugada fue una entrevista personal con Putin, en la cual le expuso con detalle la situación de corrupción que, a su juicio, reinaba en los servicios secretos y las agencias federales rusas. Además, realizó una conferencia de prensa para dar a conocer los datos.

¿El resultado? Lo echaron del FSB, lo acusaron de diversos cargos y lo detuvieron.



Avivado definitivamente de cómo funcionaban las cosas, Litvinenko aprovechó una fianza que obtuvo y salió del país en forma clandestina con su familia en el año 2000.
Se dirigió primero a Ankara (Turquía), donde solicitó asilo político en la embajada de USA, el cual le fue denegado.

Con el peligro pisándole los talones, compró pasajes en un vuelo Estambul-Londres-Moscú, para hacer ver que volvería a Rusia. Pero ni bien el avión tocó tierra en la escala, solicitó asilo al gobierno del Reino Unido. Esta vez tuvo suerte.

Se convirtió en periodista del Chechenpress, un órgano que abogaba por la separación de Chechenia del gobierno federal ruso. También publicó diversos libros de investigación, donde denunciaba la situación política y económica de Rusia.
Los temas tratados en los libros de Litvinenko dejaban muy mal parado al establishment ruso, cuyos métodos harían parecer a la mafia como un grupo de niños exploradores.

Así fueron las cosas hasta el 1o. de noviembre de 2006,  cuando Litvinenko se sintió enfermo repentinamente y fue hospitalizado. Los médicos estaban bastante confundidos al principio, porque no conseguían hacer un diagnóstico preciso. Pero cuando se apreció el rápido deterioro del paciente y se hicieron pruebas más exhaustivas, se comprobó que había sido envenenado con un isótopo radioactivo.



Primero se pensó que el elemento usado  era talio, pero luego se confirmó que consistía en polonio 210.
Como no se trata precisamente de algo que se consigue en la farmacia más próxima, es fácil comprender que detrás del atentado debe haber una meticulosa planificación y grandes medios.

La reconstrucción de las actividades de Litvinenko apunta a que fue envenenado en un restaurante o en un hotel ese mismo día. Se encontraba investigando el asesinato de una periodista disidente rusa, Anna Politkovskaya (quien fue tiroteada en su apartamento de Moscú, crimen "aún no resuelto" por la Policía).

La agonía duró hasta el 23 de noviembre, fecha en que Litvinenko falleció. Su cuerpo fue enterrado en un ataúd metálico hermético con revestimiento de plomo, dadas las características del caso.

Con el tiempo, la Policía inglesa alegó haber encontrado una tetera con altas lecturas de radioactividad, en el hotel donde Litvinenko solía reunirse con informantes. Diversos indicios apuntaron a un ciudadano ruso cuya extradición fue solicitada...sin éxito.

El fiscal del caso no anduvo con vueltas. En una entrevista de este año afirmó (sin dar nombres directos) lo siguiente:

"Ese caso tenía todas las características de ser una ejecución ordenada por un gobierno extranjero en las calles de Londres."

sábado, 3 de diciembre de 2011

EL MUSEO QUE LE GUSTARÍA A JAMES BOND


En el post anterior hablamos de las actuales circunstancias de una ex espía medio chambona (Anna Chapman). Pero los servicios de inteligencia han sabido tener operadores bastante más capaces y peligrosos que ella. Además, esos agentes eran provistos con diversos artilugios y aparatos ideados por científicos, tanto destinados a espiar como a liquidar a los agentes contrarios.

Mucho de eso es lo que recoge la muestra permanente organizada por el "International Spy Museum", un museo que, como lo indica su nombre, busca presentar lo mejor del espionaje internacional.



Funciona en la ciudad de Washington y contiene en su exhibición algunos de los más famosos dispositivos usados por espías de todo tipo y procedencia. Abarca desde los tiempos de la Primera Guerra Mundial hasta las postrimerías de la Guerra Fría, por lo cual estamos hablando (años más, años menos) de unas siete décadas de sigilo, vigilancia y asesinato.


Si bien el museo busca, principalmente, recrear la atmósfera y los usos del verdadero espionaje, también le hizo un lugarcito a los espías de la pantalla grande. Por ejemplo, allí puede verse uno de los tantos coches de las películas del "agente 007".

Se trata de un Aston Martin DB5, con aquellos "chiches" que nuestro amigo James Bond usaba para eliminar a los chicos malos:



Pero creo que la parte más interesante es la que, justamente, exhibe aquellos artilugios reales que alguna vez fueron usados en misiones de las que, posiblemente, nunca sepamos demasiado.

Veamos este extraño guante-pistola (origen: USA, circa 1942-45). Es un arma de un solo tiro, escondida en el interior de un guante. La forma de usarla consistía en apoyar ese percutor que se ve sobre el caño, contra el cuerpo del adversario. Eso dispara el arma:



Otro artefacto interesante es este abrigo-cámara (origen: soviético, circa 1968-72).
Se supone que la prenda de vestir contiene un falso botón (el lente de la cámara) y el espía toma fotos oprimiendo otro control en su bolsillo. Un cable une ambos componentes a través del abrigo:



A continuación, una máquina interesantísima que dio grandes dolores de cabeza a los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial. Se trata de la Máquina Enigma:



Con apariencia similar a una máquina de escribir portátil, se trataba en realidad de un ingenio electro-mecánico que servía para cifrar y descifrar mensajes. Su origen es alemán y data de la década de 1930.

En realidad, las máquinas Enigma fueron sucesivamente perfeccionadas por los científicos alemanes e, incluso, distintas versiones eran usadas por la Marina, la Aviación y el Ejército durante la Segunda Guerra Mundial.

Los esfuerzos por descifrar el código usado por las máquinas abarcaron varios años y diversos sucesos, desde el trabajo de matemáticos y criptógrafos aliados hasta la captura de algunas versiones de la Enigma presentes en buques y submarinos.

A continuación, lo que no debe faltar en la cartera de toda chica espía: un mortal lápiz labial.



En realidad, bajo la apariencia de un inocente labial, lo que vemos allí es un arma de un solo tiro. Basta girar apropiadamente el lápiz para disparar un proyectil (de corto alcance, pero efectivo).

Que conste, además, que no sólo los humanos han espiado con sigilo. Y si no me creen, vean esta especie de "paloma-cámara":



Muy utilizadas durante la Primer Guerra Mundial (y menos en la Segunda) como mensajeras, las palomas también cumplieron funciones como fotógrafas involuntarias de las posiciones enemigas.
Se las entrenaba para volar sobre trincheras y la cámara automática hacía el resto del trabajo.

Lo que sigue a continuación es algo indispensable en el placard de todo asesino elegante: el paraguas para envenenar.



Este artefacto no sólo protege de la lluvia, sino que permite, a través de un ingenioso dispositivo, la inyección de pequeñas cápsulas en el cuerpo de algún pobre infortunado.
Su origen es soviético y data de los años '70 aproximadamente.

Con uno de estos paraguas es que fue asesinado el escritor búlgaro disidente Georgi Markov en 1978.
Markov se encontraba en Londres, ciudad en la que se había exiliado. Esperaba un bus para ir a su trabajo, cuando de pronto sintió un pinchazo en una pierna. Al darse vuelta, alcanzó a ver un hombre con un paraguas que se retiraba del lugar. Tres días después estaba muerto.

La autopsia determinó que había sido envenenado con un compuesto de ricino y fue encontrada en su pierna una minúscula cápsula metálica, forma en la cual ingresó al organismo el veneno.

Para el final, dejé expresamente esta imagen que les recordará a Maxwell Smart:



Debo aclarar que no se trata del archifamoso "zapatófono", pero verdaderamente se le parece (en aspecto y en función).
Lo que se ve oculto en el taco del zapato es un radio-transmisor, que permite conocer la posición de agentes propios o enemigos (según quién lleve el zapato puesto).

Casi me parece escuchar una voz que dice:

"Hola, jefe, habla Max".