sábado, 27 de junio de 2009

LA BODA INTERRUMPIDA


Los casamientos suelen ser uno de los eventos más planeados en la vida de la gente. Aún así, pueden suceder hechos inesperados en el transcurso de la ceremonia o la fiesta.

Desde un cambio indeseable en el clima, hasta algún invitado que pasa de "ponerse alegre" a estar borracho, hay toda una gama de pequeños grandes sucesos que no pueden ser anticipados.
Pero, ¿qué pasa cuando la propia ceremonia de boda peligra en su realización?

A eso vamos a referirnos, gracias a un oportuno comentario de Mariolo en otro post: veamos la leyenda urbana de la boda interrumpida.

Las bodas interrumpidas suelen ser un clisé en muchas telenovelas y películas (supongo que "Novia fugitiva" batió todos los récords al respecto).
Y no es que sea algo novedoso ni tampoco (oh, sorpresa) un tema creado por los libretistas de Hollywood: por ejemplo, el tema de la boda interrumpida por un pretendiente o esposo al cual se creía muerto, ya está presente en diversas obras populares de la literatura española del siglo XVI en adelante.

A su vez, esas obras tienen su génesis en relatos y tradiciones orales bastante más antiguas: pueden rastrearse en ellas algunos elementos de la "Odisea" (el regreso del esposo al cual se creía muerto en la guerra).

Pero la leyenda urbana, en este caso, va por otro lado: una novia un tanto "pillina".


Escuché este relato casi treinta años atrás, siendo que la persona que me lo contó decía que había sucedido "hace un par de semanas". O sea, se daba como un hecho. Y fue un rumor que se desparramó por todo Montevideo.

Todo empieza con un casamiento de alta sociedad, que se desarrolla en dos días sucesivos: primero la ceremonia civil y al día siguiente la boda por iglesia (en la Iglesia de Stella Maris, para ser más exactos).

Luego del casamiento civil, la novia está un tanto extraña, como "en otra parte". Todo el mundo lo atribuye a los nervios naturales, pero el novio sospecha algo.
Entonces, esa noche decide "montar guardia" ante la casa de la chica y, más temprano que tarde, se encuentra con algo realmente inesperado: un hombre pasa a buscarla y ella sale radiante y amorosa a recibirlo.

El trato que ambos se dan al verse, no deja mucho para la imaginación: es evidente que son amantes. Y por si hubiera dudas, se dirigen en el auto del hombre (seguidos por el novio) a un hotel de alta rotatividad.

Al día siguiente, ya en medio de la ceremonia religiosa, el sacerdote realiza al novio la pregunta de rigor: "¿Tomas por esposa a ....?", ante lo cual el novio responde un NO decidido y, acto seguido, describe a viva voz lo que vio la noche anterior y señala al amante allí presente (algunas versiones quieren que sea, incluso, un amigo del novio que oficiaba de padrino).

Imaginen el alboroto general, las viejitas desmayándose, el cura con los ojos como platos y la novia "prendida fuego" delante de todos...



Es muy difícil saber si esto realmente sucedió o no. Una vez más, siempre hay alguien dispuesto a decir que "un conocido de un amigo de un vecino" asistió a la terrible ceremonia. Pero no se puede rastrear nada concreto.

Si de algo sirve el dato, digamos que en otros países circulan versiones similares. Incluso parece que la relación suele ser "novia + padrino de boda" en todos los casos. Y hay por ahí algún supuesto "video probatorio" como el que vemos aquí:






Con amigos así....

martes, 23 de junio de 2009

SATANAS POR EL MUNDO


La imagen anterior pertenece a un grupo escultórico ("El diablo y la mujer") que existe en la ciudad de Aachen (Aquisgrán) en Alemania. La intención del artista no está exenta de picaresca e ironía.

Pero en otras partes del mundo se ha representado a Satanás de una forma más seria.

En plena ciudad de Madrid existe, en el Paseo del Retiro, una estatua que le representa en su forma de ángel caído:



Si a ustedes les gusta el cine español, seguramente han de recordar la escultura, pues se la ve muy bien en las últimas escenas de la película "El día de la bestia".
Pero si no es así, no se preocupen: aún muchos madrileños no saben de su existencia, aunque está allí desde hace más de cien años.

Fue creada por el artista Ricardo Bellver en la década de 1870. Por entonces, Bellver era un simple estudiante de Bellas Artes, que logró exhibir su creación (en yeso) en una importante exposición. Tuvo tal éxito que pronto obtuvo financiación para que la realizara en bronce.




Al parecer, bien entrado el siglo XX, la estatua y el parque fueron centro de rituales satánicos que se realizaban por la noche en ciertas fechas elegidas.

De acuerdo a varios investigadores, en la década de 1950 el gobierno franquista estudió seriamente la posibilidad de retirar la obra de la vista del público. Pero al final no lo hizo.

Y no sólo eso, sino que también existe una réplica en la misma ciudad, en la Real Academia de Bellas Artes:



Curiosamente, también en el Nuevo Mundo existe una escultura de Lucifer. Para ser más precisos, se halla en el Capitolio de La Habana.

La obra se titula "El ángel rebelde" y aquí podemos verla:



También en América, pero esta vez cerca de Tandapi (Ecuador), existe una escultura titulada "El Poder Brutal", a la cual se conoce popularmente como "el diablo de Tandapi".

De unos veinte metros de alto, situada a unos treinta metros de altura, está realizada en una loma que mira hacia la carretera. Una expresión férrea, sumada a cuernos y colmillos, dan a la obra un aspecto siniestro.

Aquí la ven:



Por cierto, no es obra de un artista profesional: fue realizada por un humilde empleado de Obras Públicas entre 1985 y 1987.
César Octaviano Buenaño, que así se llamaba, apenas terminó la primaria como educación formal. Pero se preocupó por estudiar por su cuenta y fue autodidacta en muchas materias.

Cuando Buenaño recibió la orden de derribar una enorme loma que obstaculizaba la visión de los conductores en esa zona, encontró en su trabajo la enorme roca que sería su materia prima.

Esbozó la escultura, construyó sus propias herramientas para realizarla y hasta ideó un sistema de poleas que lo ayudase a ubicarse en cada etapa de su creación.

Y así, dedicó su tiempo libre de dos años a semejante obra.

No está claro por qué el trabajador decidió representar al diablo, teniendo en cuenta que se trataba de un hombre muy religioso. Las versiones existentes son múltiples y contradictorias: van desde un intento de alejar el Mal de la carretera, hasta velados indicios de posesión demoníaca en el artista.

Sus motivaciones son, en todo caso, un misterio hasta el día de hoy.

La yapa:
Un pequeño misterio extra se suma a esta recorrida por el mundo: la estatua del diablo existente en Madrid, se encuentra exactamente a 666 metros sobre el nivel del mar (interesante curiosidad, teniendo en cuenta que la cota no era de conocimiento público en la fecha de realización y emplazamiento).

domingo, 21 de junio de 2009

VUELO INTERRUMPIDO


Cuando la Segunda Guerra Mundial terminó, varios países quedaron arrasados, un número aún mayor estaba exhausto económicamente y 60 millones de personas habían muerto.
La lógica indicaba que la gente estaría harta de guerras, pero no.

A la vuelta de la esquina estaba la Guerra Fría y las amenazas nucleares entre los yanquis y los soviéticos.
Uno de los tantos episodios de ese drama fue el vuelo secreto del "Kee Bird".



El día es el 20 de febrero de 1947. Desde una base militar en Alaska, despega un avión con un nombre muy visible en su morro: "Kee Bird".
Se trata de un bombardero B-29 modificado, que presta servicio en un escuadrón de reconocimiento y ha cumplido pocas misiones (apenas siete).

En particular, pocas personas conocen la rutina de vuelo de ese día. Las órdenes están en un sobre cerrado con el membrete "top secret". Pero cualquier aviador sabría que se trata de una misión de largo alcance: han cargado combustible para 26 horas de vuelo.

Según la versión oficial (obtenida en 1994) al cabo de unas horas, de pronto, se reciben extrañas noticias del vuelo: tienen problemas para orientarse. Al poco rato, otro mensaje llega: el operador de radio indica que están sobre tierra, "pero no sabemos dónde".



Al cabo de dos horas más, llega un mensaje de emergencia: el "Kee Bird" tiene combustible apenas para cuatro minutos más, por lo cual deberá hacer un aterrizaje donde pueda. No pueden dar ningún indicio de su posición, lo cual hará mucho más difícil la tarea de la misión de rescate que se armará.

Sin embargo, el avión es localizado: el piloto logró hacer un aterrizaje de emergencia en un lago congelado entre montañas. La pericia demostrada es única, milagrosa: el sitio donde se encuentra el "Kee Bird" es el único lugar plano en cientos de millas alrededor.

Ninguno de los miembros de la tripulación ha sufrido heridas. Son rescatados y llevados a su base, en medio de estrictas medidas de seguridad. Allí son interrogados por oficiales de Inteligencia, que desean saber todos los pormenores ocurridos durante la fracasada misión.

Luego, cada quien retorna a sus tareas, con severas advertencias acerca de no hablar sobre el tema.



Y allí terminaría el tema, salvo por un extraño incidente.

En 1977, un investigador de OVNIs llamado Bill Ellis recibió un sobre conteniendo profusa documentación sobre la misión del "Kee Bird", su verdadera naturaleza y las causas por las que fracasó.

De acuerdo a su informante anónimo, el avión fue enviado para testear una posible ruta de acceso indetectable a la Unión Soviética. De acuerdo a esto, en 1947 existía aún una "zona ciega" para los radares rusos, muy al norte de la URSS. La idea del Comando Estratégico era verificar esa posibilidad y, caso de ser factible, presentar al presidente un plan de bombardeo atómico "preventivo".

¿Qué tenían que ver los OVNIs en esto? Siempre según a los datos del sobre, los problemas para el vuelo del "Kee Bird" comenzaron cuando tres inmensas naves de forma discoidal se presentaron sobre el ártico e interceptaron al avión. El piloto perdió los controles y sólo pudo observar, impotente, cómo el B-29 era "remolcado" en vuelo por los tres aparatos durante cientos de kilómetros, hasta ser "depositado" en medio del lago congelado.

Una vez allí, unos extraños seres se presentaron y se comunicaron con la tripulación, señalándoles que un bombardeo atómico representaría el fin del planeta por la contaminación desencadenada, por lo cual "ellos" no lo permitirían.



La carta instaba a Ellis a obtener datos del tema y sugería que aún podía haber pruebas a bordo del B-29, que reposaba en el ártico desde hacía 30 años (nunca fue retirado, por las dificultades que implicaba la operación).

El investigador chequeó sus contactos en la Fuerza Aérea, los cuales se limitaron a decirle que el asunto entero era "clasificado" y no podían obtener datos. En cuanto al avión, seguía allí pero no era factible acceder a él.

Parecía el punto final para el incidente. Ellis archivó todo lo recibido, sin poder probar la veracidad o falsedad del asunto. Se sentía molesto y frustrado, pero no podía hacer nada al respecto.



Alrededor de veinte años después, sucedieron dos cosas que parecían imposibles: por un lado, la información sobre el "Kee Bird" fue desclasificada por la Fuerza Aérea. Además, una expedición privada se proponía ir hasta el sitio del aterrizaje forzoso, para reparar el avión y traerlo de vuelta.

Nadie recordaba la historia del "Kee Bird", pero Ellis la tenía muy presente. Trató de mantenerse informado sobre las peripecias de la expedición y movió cielo y tierra para obtener los informes secretos (que ya no eran secretos).

Por lo que pudo averiguar, la expedición pasó meses en el sitio, reparando y poniendo a punto el viejo bombardero. Sufrieron muchos contratiempos, entre los cuales destaca la muerte del ingeniero en jefe.

Una vez que lograron finalizar el trabajo, el avión fue movido hasta un sitio más apropiado para el despegue. Apenas lo colocaron en posición y se prepararon a despegar, un "misterioso" incendio se inició en la parte baja del fuselaje.

Sólo por milagro, la tripulación logró escapar, pero el aparato fue completamente consumido por las llamas. Los restos terminaron en el fondo del lago, cuando la siguiente primavera provocó el deshielo de la orilla del mismo. Nada fue recuperado.



El verdadero capítulo final de esta historia llegaría cuando Ellis obtuvo los informes "clasificados". Según ellos, la misión consistía en levantar mapas de la zona ártica. Simplemente eso.

El investigador estaba desorientado: ¿habían guardado eso en secreto por 50 años? ¿un vuelo que ayudara a los cartógrafos a mapear la zona?

Quiso saber más y llamó a un contacto militar. Del otro lado de la línea, una risa burlona respondió a su pregunta:

"¿De veras creyó que los reportes iban a relatar la verdad? Amigo, son cosas preparadas expresamente para ocultar el fondo del asunto. Ni usted ni yo sabremos qué pasó realmente"

Aún así, Ellis se negaba a creer en la historia que le relataron por carta. Era demasiado fuerte.
Pero su contacto le dijo algo que lo hizo pensar:

"No me sorprendería que la historia de los alienígenas fuera cierta. Al fin y al cabo, pasaron cincuenta años y nadie pudo explicar dos cosas: el "milagroso aterrizaje" y el "milagroso rescate", siendo que el avión estaba cientos de millas fuera de curso y lejos de todo. Alguien tuvo que brindarle la posición exacta a la Fuerza Aérea, ¿no cree?"

Una vez más, todo el archivo volvió a su sitio. A esas alturas, en forma definitiva.
Difícilmente se sepa la verdad.
Demasiados cabos sueltos.

UN FARO Y SUS MISTERIOS


Great Isaac Cay es una pequeña isla situada en las Bahamas, a unas 20 millas náuticas de Bimini. O sea, en la zona de influencia del archifamoso Triángulo de las Bermudas.

La construcción más notoria en la islita es un faro, levantado en 1859. Dicho faro fue instalado allí para proteger a los barcos que recorrían las cercanías, dado que se consideraba una zona peligrosa y ya contaba con varios naufragios.

En uno de ellos, el único sobreviviente fue un niño. Y de acuerdo a los cuentos de marineros locales, en las noches de luna llena se puede ver el fantasma de su madre en la isla, al cual apodaron La Dama Gris.



Estas leyendas no espantaron a los fareros, que por décadas cumplieron su tarea a rajatabla.
Pero en cierto momento, se verificó un hecho que dejó atrás todos los cuentos de fantasmas: como siempre, la realidad superó a la fantasía.

Luego de recibir varios reportes sobre luces erráticas en la zona de la isla, los guardacostas intentaron comunicarse sin éxito con la dotación del faro (compuesta por dos hombres).

En vista de ello, enviaron un buque a investigar, el cual llegó a la isla el 4 de agosto de 1969.



Lo que encontraron al llegar dejó mudos a los guardacostas: la dotación del faro había desaparecido sin dejar rastro.
Tanto ropas como pertenencias y alimentos se hallaban en su sitio, pero no había señal alguna de los dos hombres ni pista de lo que pudo haberles sucedido.

De allí en más, llovieron los rumores y las especulaciones. Hay quien dice que la Oficina de Inteligencia Naval despachó un equipo de tareas bastante heterogéneo al lugar, el cual habría incluído algunos científicos y oficiales del área de "tecnología extranjera" (léase: los que estudian OVNIs).


Sea como sea, nunca más hubo operadores en ese faro. Se realizaron los trabajos necesarios para automatizar el funcionamiento del mismo y así continúa en servicio hasta el día de hoy.

Las construcciones que se ven en las fotos corresponden a vivienda de los fareros y diversos depósitos que, con el tiempo, se han venido deteriorando hasta ser ruinas.



Con la desaparición de los fareros, la isla perdió sus dos últimos habitantes.
Nadie vive allí.

Y no creo que alguien desee instalarse.

sábado, 20 de junio de 2009

¿OVNIS EN EL ARTE CRISTIANO?

Ya sé lo que pensaron al leer el título de este post: que el Pelado está para el chaleco de fuerza.
Bueno, intentaré convencerlos de que no es (tan) así.

Son muchos los autores que han especulado con la posibilidad de que los dioses de las diferentes culturas y civilizaciones (incluídas las actuales), no sean otra cosa que extraterrestres con una tecnología superior, tan superior que parecía sobrenatural.
Desde mi punto de vista, esa teoría tiene muchas fallas. Entre ellas, la de intentar explicar lo metafísico a través de lo físico. Pero dejemos eso para otro día.

Lo que me propongo hoy es mostrarles algunos ejemplos que, realmente, hacen pensar. Se trata de diversas pinturas y representaciones artísticas que están tomadas de la extensa iconografía cristiana y que muestran cosas que no deberían estar allí.

Empecemos con una "Virgen con el Niño y San Juan", pintura del Renacimiento que algunos expertos atribuyen a Sebastiano Mainardi y otros a Jacopo del Sellaio.
Concéntrense en el objeto que luce en el cielo, a la derecha de la cabeza de la Madonna:


Una imagen ampliada nos permite verlo mejor, entender que no se trata de una mancha y, sobre todo, no es un objeto fuera de contexto (pues un campesino y su perro lo observan atentamente):


La pintura que sigue data de 1486. Se trata de "La Anunciación", obra del artista Carlo Crivelli.

Es exquisita en sus detalles, lo sé. Pero les pido que se concentren en la nube circular de la cual parte la luz que alcanza a la Virgen:



También en este caso, una imagen ampliada permite observar mejor lo que el artista representó: la nube está poblada de ángeles y querubines (seres cuya principal capacidad era la de poder volar):


A continuación vemos un tapiz sobre la vida de la Virgen (autor desconocido, circa 1330) que se conserva en Notre Dame. En esta obra, un objeto con forma de sombrero flota en el cielo:


En este caso, la imagen ampliada no agrega nada al examen:


La que sigue es un fresco creado hacia 1350, que se encuentra en Kosovo. El artista representó la crucifixión.
Les pido que se concentren en dos objetos que surcan el cielo, uno en cada esquina superior del conjunto:


Aquí sí son necesarias una ampliación y un acercamiento. Lo que se ve son un par de figuras en sendos objetos bastante llamativos (y al parecer, manipulan controles):




Y para el final, dejé expresamente uno que está muy difícil de explicar.
"El bautismo de Cristo" es una pintura de Aert De Gelder que data de 1710.

Aquí no hay nubes ni querubines ni cosa que se les parezca: directamente, un objeto discoidal flota en el cielo, iluminando a los personajes centrales:



Si se observa solamente la mitad superior del cuadro, desaparece todo simbolismo cristiano de la interpretación.
Podría ser una ilustración de cualquier artista actual, mostrando una nave en una atmósfera enrarecida:

Repito mi opinión: no creo en la teoría de que "los dioses eran astronautas".

Me parece viable, eso sí, que en la época en que fueron realizadas estas obras, algún fenómeno extraño (quizás un OVNI) haya sido observado en el cielo. Y que la mejor interpretación que encontró la gente (y el artista) haya sido la acorde a su momento: una cuestión religiosa.

Ya me dirán qué opinan ustedes.

DIA INTERNACIONAL UFO


Gracias a un dato pasado por el amigo Adolfo, nos enteramos que el 24 de junio es el "Día Internacional UFO".
Me atrevo a opinar que la fecha elegida no tiene nada de casual.

En efecto, fue un 24 de junio de 1947 cuando se produjo lo que luego sería etiquetado como el primer avistamiento OVNI de la era moderna.

Kenneth Arnold era un hombre de negocios estadounidense que gustaba de pilotear avionetas. Ese día, sabiendo que se hallaba extraviada una aeronave militar, Arnold ofreció su ayuda para localizarla. Por ese motivo, salió al mando de su CallAir A2 a recorrer la zona de Mount Rainier (Washington, USA).



El empresario no logró localizar la aeronave perdida, pero la experiencia que tuvo ese día cambió su vida para siempre: en pleno vuelo pudo observar con total claridad una formación de nueve objetos voladores que no pudo identificar de ninguna forma, pues no se correspondían con ningún avión conocido.

Después de su vuelo, Arnold aterrizó en Yakima y procedió a informar lo que había visto a las autoridades de la aviación civil, con todo detalle.

Los reporteros se precipitaron sobre la increíble noticia y el resto es conocido: había nacido la era moderna de los OVNIs, con el término "plato volador" (flying saucer) incluído.

A partir de allí, los avistamientos se sucedieron uno tras otro, a lo largo del mundo entero. En algunos casos, se pudo hablar de verdaderas "oleadas" que abarcaron cientos de eventos en poco tiempo.



Pero, volviendo a lo que vio Kenneth Arnold ese día, ¿podemos hablar de "platos voladores?
Por curioso que parezca, Arnold nunca utilizó ese término.

En realidad, el empresario explicó detalladamente la forma de los objetos: unas "medialunas" o "boomerangs" que hacen recordar a los proyectos secretos de "alas triangulares" sin fuselaje, diseños que ya estaban en estudio en la Alemania nazi y que, muy probablemente, fueron "adquiridas" por los estadounidenses al término de la Segunda Guerra Mundial.

Pero la confusión surgió cuando Arnold se refirió a la forma en que se movían los objetos: como platos rebotando sobre la superficie del agua calma. Eso mismo fue lo que convenció al hombre de que estaba frente a máquinas de origen no humano, pues nuestros sistemas de propulsión no producen ese efecto (ni los de entonces ni los de ahora).





Arnold pasó el resto de su vida tratando de hallar respuestas. Recorrió el mismo Vía Crucis que todos los investigadores de OVNIs: las pistas falsas, el silencio oficial, la censura militar y, al final del camino, un muro impenetrable.

Allá por 1952 llegó a publicar un libro sobre el tema, en colaboración con Raymond Palmer. Quedó perdido en medio de otras muchas obras sobre el género, además de que los tiempos en USA habían cambiado: la guerra de Corea hacía pensar en amenazas más terrestres y concretas que los "platos voladores".


Nunca dejó de pensar que el origen de los OVNIs era una civilización extraterrestre.
Murió en 1984, sin poder confirmar o refutar esa hipótesis.

Por supuesto, los Expedientes XXL se une al Día Internacional UFO.
¿Cómo? A través de una serie de post especiales sobre el tema, algo así como "Todo lo que usted quería saber sobre OVNIs pero temía preguntar".

Estén atentos.

Y TODO GRACIAS A LA CAMA



Habrán visto que anda circulando la noticia de un colchón perdido que contenía un millón de dólares. Pero no me propongo hablar de eso, sino de una leyenda urbana sobre gente que se ha hecho millonaria gracias a una cama.

Ante todo, una aclaración: no me refiero a personas que mejoraron su situación económica gracias a "asuntos de cama". Conozco algunos casos de ese tipo, pero serían demasiado escabrosos para este blog.

La leyenda urbana dice más o menos así:

Supongamos una persona que acude a un remate. Es la primera vez que lo hace y, más que nada, lo motiva la curiosidad: no es que piense comprar nada.
Pero una vez que está allí, se deja ganar por el entorno. Observa que algunas personas logran adquirir artículos interesantes por muy poco dinero.

En particular, son muebles los que se están subastando en ese momento. Y nuestro protagonista se fija en una antigua cama de bronce:


Por algún motivo, siempre quiso tener una. Y en particular, ésta parece estar bastante bien pese a sus años.
Con timidez, el hombre hace una oferta. Tras una breve puja, adquiere la dichosa cama.

Una vez que la recibe en su domicilio, con buen criterio decide limpiarla a fondo y dejarla a nuevo. Para ello, comienza a desarmarla. Al retirar la primera pieza, algo cae al suelo: es un rollo de billetes.

Nuestro protagonista no sale de su asombro: son dólares en billetes de alta denominación. Pero eso no es todo: aún con el caño en la mano, se da cuenta que algo impide ver de un lado a otro del mismo. Consigue algo para empujar y...caen más rollos de billetes.

En total, tras desarmar por completo la cama y escudriñar las piezas una por una, el hombre verifica que se ha convertido en millonario gracias a los diversos hallazgos realizados. Fin de la historia.

Escuché esto por primera vez siendo niño: mi abuelo se refería a un conocido de un socio (si mal no recuerdo), como beneficiario inesperado de la historia.
Luego la leyenda volvería a mí bajo formas apenas diferentes, con leves variaciones a través de los años. A veces, no son billetes sino libras esterlinas u otros valores los que encuentra el protagonista. Pero siempre termina millonario.

Gente con suerte. O será pura imaginación instalada en el inconciente colectivo.
Así son las leyendas urbanas.

sábado, 6 de junio de 2009

EL OVNI DEL PANTANO


El 12 de marzo de 1965 se presentaba como una jornada cualquiera para James Flynn, un hombre que gustaba sobremanera de la vida rural.
Ranchero en el área de Fort Myers (Florida, USA), Flynn amaba las actividades al aire libre, principalmente el camping, la pesca y la caza de ciervos.

El tiempo se presentaba bastante bueno ese día y Flynn decidió aprovechar la ocasión: muy temprano cargó su camioneta con provisiones, utensilios y armas, para salir de camping. Además, llevó cuatro perros a los cuales estaba entrenando para la caza.

Llegado a los Everglades, se adentró en una zona boscosa cercana a los pantanos. Le gustaba ir solo y no tenía miedo de los contratiempos. Pero si hubiera sabido lo que le iba a suceder, probablemente no hubiera salido de su casa.



Luego de un par de días en la zona, Flynn estaba explorando con sus perros cuando éstos rastrearon un ciervo y salieron disparados tras la presa.
El hombre corrió en pos de ellos, pero llegó un momento en que los perdió de vista. Tras recorrer otro tramo en la misma dirección, decidió hacer un alto para escuchar alguna señal y orientarse correctamente.

Le llamó la atención oir, en la lejanía, los gemidos lastimeros de uno de los perros. Se apresuró a ir en ese rumbo, pensando que el animal pudiera estar herido.

Cuanto más se acercaba, parecía haber mayor claridad en la zona, pese a que ya eran la una de la madrugada. Finalmente, la vegetación tupida dio paso a un claro cercano a un pantano.

Allí estaba el perro, gimiendo visiblemente alterado. Miraba fijamente algo que también Flynn observó, aunque no daba crédito a sus ojos:



Un enorme OVNI forma circular se hallaba suspendido varios metros sobre la superficie del pantano. La claridad que iluminaba la zona provenía del aparato: una luz tenue, de tonalidad amarillo-verdosa, que permitía ver una serie de hileras de ventanillas.

El objeto se movió sobre el agua en un par de ocasiones, para luego descender y mantenerse a escasa altura, pero sin posarse.
Flynn tomó del collar al perro, que pareció tranquilizarse al verlo, y buscó refugio en unos matorrales. Desde allí, usó sus binoculares para observar con detenimiento la nave.

Estuvo unos cuarenta y cinco minutos en esa situación, lo cual le permitió advertir detalles que, de otra manera, no sería posible determinar.

Ante todo, en ningún momento observó la presencia de seres tras las ventanillas. En cuanto al aparato, no cabía duda de que era metálico. Aparentemente, estaba formado por paneles que encastraban a la perfección, sin que Flynn pudiera advertir remaches o soldaduras de ninguna especie.

No se veían puertas ni un tren de aterrizaje, ni trípodes ni soportes ni escapes o toberas. La nave emitía un ruido, que Flynn luego compararía con el de un compresor o un viento fuerte.

Puesto que Flynn no creía en la procedencia extraterrestre de los OVNIs, supuso que se trataba de una nave aérea secreta, quizás un prototipo que la fuerza aérea estaría probando.
De modo que, sin pensarlo dos veces, salió de su escondite y se encaminó hacia la zona iluminada por la máquina.

Mientras avanzaba, levantó sus manos en señal de saludo, sin obtener respuesta alguna. Se quedó parado casi un minuto y, finalmente, continuó caminando hacia la nave, siempre saludando.

De pronto, advirtió una luz creciente tras una ventanilla. Ante su asombro, un haz luminoso le golpeó la frente y ya no supo más nada.
Se despertó 24 horas después, con un terrible dolor de cabeza. El aparato había desaparecido.

Y cuando Flynn logró levantarse y despabilarse un poco, comprobó con horror que su ojo derecho estaba ciego y que la visión del izquierdo estaba notablemente disminuída.


Como pudo, regresó a su campamento. Acudió a una reserva indígena cercana en busca de ayuda.
Desde allí fue trasladado a la ciudad y hospitalizado. El oftalmólogo notó extrañas hemorragias que no podía explicar. Y se descubrió que, además, había perdido los reflejos normales en varias zonas del cuerpo, por causas que no pudieron ser establecidas.

Le llevó más de un mes reponerse. Y nunca recuperó la visión normal del ojo derecho, que pasó a quedar disminuída por siempre.

Acompañado de investigadores, Flynn regresó al sitio y ubicó el lugar preciso del evento. No parecía posible encontrar evidencia alguna, hasta que un policía con binoculares señaló quemaduras en las copas de cipreses.

El caso nunca fue explicado.
(Pero Flynn desechó la idea del "prototipo de la fuerza aérea")

DEPENDIENDO DEL CABALLO, ASÍ MUEREN LOS VALIENTES ??

Puesto que hay leyendas urbanas sobre casi todo, no podía faltar una que señalara un código existente en las estatuas ecuestres.

De acuerdo a ésto, cada estatua ecuestre nos dice algo acerca del modo en que murió la persona representada en ella.

Quienes defienden esta teoría, afirman que hay que fijarse en el número de patas delanteras que el caballo mantiene en el aire:
  • una pata: la persona fue herida en batalla, pudiendo haber muerto o no a causa de esa herida.

  • dos patas: la persona fue herida en batalla y murió a consecuencia.

  • ninguna pata: si el caballo apoya en el suelo las cuatro patas, la persona murió pacíficamente.

Parece que, en algunas ciudades del mundo, el supuesto código se verifica a rajatabla. Y quizás sea una mera casualidad, porque en Montevideo no es así.

Empecemos por la estatua ecuestre de Artigas: una pata, pero Artigas no fue herido en batalla.



Para el caso de Manuel Oribe, se verifica: ninguna pata (y no murió por heridas de batalla):


Falla en el caso de Fructuoso Rivera: una pata (pero no me consta que alguna vez hubiera sido herido en batalla:



El monumento a Bolívar tampoco confirma la tesis (el caudillo murió de tuberculosis y nunca fue herido en combate):



Las cosas se complican a la hora de juzgar si la leyenda se cumple para Bartolomé Colleoni. Si bien el mercenario veneciano es famoso, hay muchos espacios en blanco en su biografía.

¿Habrá sido herido en batalla?


Y por último, el caso de Aparicio Saravia cumple la regla: el caballo presenta un pata delantera en el aire. Y el general de poncho blanco fue herido en la batalla de Masoller (1904), muriendo luego a consecuencia de ello.



Ya me contarán ustedes si esta leyenda urbana se cumple en su ciudad (o si se les ocurren más ejemplos para Montevideo).