miércoles, 19 de mayo de 2010
CUATRO AÑOS PERSIGUIENDO UN ESPEJISMO
Hubo tiempos en los que las principales exploraciones no contaban con los medios actuales.
Y si bien no era sencillo reunir los fondos necesarios para equipar una expedición, hubo algo que nunca faltó: exploradores y científicos intrépidos que quisieran embarcarse en el viaje.
El año es 1913.
La Universidad de Illinois (USA) une esfuerzos con la American Geographical Society y con el American Museum of Natural History, a fin de patrocinar una expedición que ponga pie y explore un verdadero misterio geográfico: la Tierra de Crocker.
En 1818, el capitán inglés John Ross informó sobre la ubicación de una enorme cordillera por encima de los 83 grados Norte, bautizando esa formación como Crocker Land (Tierra de Crocker).
En 1906, el famoso almirante Peary (explorador polar) notificó haberla divisado desde una altura situada en la isla de Ellesmere.
Con esos datos se trazaron mapas como el que ilustra este post. Y lo único que quedaba por hacer era poner pie en esas tierras montañosas y explorarlas. Tal era la misión de la expedición lanzada por los tres institutos patrocinadores mencionados.
El equipo reunido para integrar la expedición fue realmente excepcional.
Incluía al comandante Donald MacMillan (que participaría de treinta expediciones al Artico), el doctor Ekblaw (geólogo, ornitólogo y botánico), Fitzhugh Green (ingeniero y físico), Maurice Tanquary (zoólogo), Harrison Hunt (médico y cirujano), guías, traductores y varios expertos más.
Los periódicos de la época publicaron unas extrañas declaraciones del comandante MacMillan, jefe de la expedición. En ellas, explicaba la ubicación de la zona a la cual se dirigían, agregando que:
"No puedo asegurar cuán extenso sea este territorio que llamamos Tierra de Crocker, pero estoy seguro de que encontraremos extraños animales allí, así como una nueva raza humana."
Son palabras muy curiosas, que luego darían pie a numerosas especulaciones.
No es raro que una expedición científica se plantee encontrar especies animales desconocidas hasta entonces, pero ¿por qué esperaban encontrar una nueva raza humana?
Como sea, la expedición se aprontó y zarpó a bordo del buque "Diana", el 2 de julio de 1913.
Un par de semanas después, a la medianoche del 16 de julio, la embarcación golpeó contra unas rocas en su intento de evadir un iceberg.
MacMillan culpó al capitán del barco, quien estaba borracho en ese momento crucial, por lo cual no reaccionó a tiempo.
Los expedicionarios fueron transferidos a un nuevo buque, el "Erik", y continuaron con su misión.
Para la segunda semana de agosto, la expedición había llegado al norte de Groenlandia y puso manos a la obra para construir una base que sirviera de cuartel general, depósito y centro de radio.
Curiosamente, pese a que lo intentaron durante tres semanas, no lograron establecer contacto radial con el mundo exterior en ningún momento.
Tras establecer una ruta de marcha terrestre y colocar estaciones de suministros a lo largo de ella, los expedicionarios partieron en su búsqueda de la Tierra de Crocker.
Se suponía que el recorrido que deberían realizar cubriría alrededor de unos 1.900 kilómetros.
El primer contratiempo lo sufrieron al llegar a las alturas del glaciar Beitstadt, donde debieron escalar durante tres días seguidos para rebasar ese obstáculo, con temperaturas de 32 grados bajo cero.
El resultado inmediato fue un principio de congelación sufrido por el doctor Ekblaw, quien debió ser evacuado rumbo a la base.
Ese sería tan solo el inicio de una serie de problemas que aquejarían a la mayoría de los expedicionarios, pese a que todos contaban con sobrada experiencia en misiones de exploración ártica.
Para abril de 1918, casi todos los integrantes se habían visto obligados a emprender la retirada hacia la base.
Cuando alcanzaron el borde del Océano Artico, solamente quedaban MacMillan, Green y dos esquimales.
Fue poco después cuando MacMillan creyó que estaban cerca del triunfo: el 21 de abril, desde una altura, vieron lo que parecía ser una enorme isla en el horizonte hacia el noroeste.
Como diría luego el propio MacMillan:
"Vimos colinas, valles y picos nevados que se extendían por lo menos por espacio de unos 120 grados del horizonte"
Eso era lo que esperaban encontrar, la Tierra de Crocker se hacía visible una vez más en la historia de las exploraciones.
MacMillan y Green estaban felices, pese a que la distancia parecía ser aún más extensa de la calculada. Faltaba mucho para llegar a las alturas que se recortaban a lo lejos.
Entonces, ante su asombro, uno de los esquimales les dijo que nunca llegarían a esa tierra.
"¿Es por la distancia?", preguntó MacMillan.
"Es porque no existe", contestó simplemente el esquimal.
Pero MacMillan no era precisamente un hombre que se dejara convencer por "supersticiones", de modo que el pequeño grupo continuó adelante, siempre en dirección a la Tierra de Crocker.
Cinco días después, habían recorrido una distancia de 200 kilómetros sobre peligroso hielo quebradizo, sólo para descubrir que el paisaje a lo lejos continuaba a la misma distancia visual que el primer día: la Tierra de Crocker no era más que un espejismo.
En palabras de MacMillan:
"El día se presentó excepcionalmente claro, sin pizca de nubes o niebla. El paisaje era visible sin necesidad de catalejos. Allí continuaban las colinas, valles y picos nevados, tan cercanos y tan lejanos como el primer día. Pero nosotros habíamos recorrido 150 millas sobre el mar helado y caímos entonces en la cuenta: todo era un espejismo, quizás provocado por la reflexión de la luz."
Finalmente, MacMillan decidió que era tiempo de regresar a la base.
La decepción no sería el último problema de los expedicionarios: debido a la imposibilidad de establecer comunicaciones por radio, así como a las inclemencias del tiempo, debieron permanecer por espacio de cuatro años en la zona.
Cuando finalmente lograron regresar, habían tomado cientos de fotografías (algunas de las cuales ilustran este post), así como recopilaron información sobre las costumbres esquimales y la geografía del lugar.
Que se sepa, esa fue la última expedición en busca de la Tierra de Crocker, que fue borrada de los mapas y restringida a la categoría oficial de espejismo.
Aunque tal vez...
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