sábado, 5 de septiembre de 2009

EL DIA QUE LOS ALIENIGENAS INVADIERON GOOGLE



En varias versiones locales de Google, al abrir la página del buscador la gente se encuentra con el inusual logo que se ve en la imagen anterior.
Varias personas me han preguntado cuál sería la vinculación del día de hoy con los OVNIs, así que me atrevo a arriesgar alguna posible respuesta.

En primer lugar, el 5 de setiembre se realiza el Exeter UFO Festival (cuya página oficial pueden visitar aquí), evento que incluye conferencias sobre el tema, actividades para mayores y niños, y hasta un baile a la noche (eso es lo que yo llamo estudiar los OVNIs en forma divertida).



Este festival tiene un por qué: conmemora un incidente acontecido en setiembre de 1965 (que comenzó el día 3 y se desarrolló en las semanas subsiguientes).

El incidente de Exeter sucedió a unas 5 millas de Exeter (New Hampshire, USA).
Alrededor de las dos de la madrugada, Norman Muscarello (de 18 años) regresaba a su casa luego de visitar a su novia. Como no tenía auto ni había autobuses a esa hora, el adolescente juzgó buena idea hacer auto-stop en la carretera.

Pero no encontró indicios de tráfico alguno en la ruta, así que comenzó a caminar para ir ganando tiempo.
En determinado momento, distinguió unas luces rojas que se movían tras unos árboles e iluminaban una granja cercana. Pensando que algún granjero estaría saliendo con una camioneta, se dirigió allí a intentar pedir un aventón.

Conforme logró acercarse más y más, cayó en la cuenta de su error: no se trataba de la camioneta de un granjero, sino de un objeto discoidal que presentaba luces rojas en su parte baja. El OVNI se hallaba suspendido sobre un claro del bosquecillo, pero se movió en dirección al joven apenas éste se hizo visible.




El muchacho estaba casi paralizado por el terror, pero atinó a correr hacia la granja cercana. Al llegar a la puerta y solicitar auxilio a gritos, sólo constató que no había nadie en casa en esa noche.

El OVNI había vuelto a descender en el claro, desde donde se veia su luminosidad entre los árboles. Esto fue aprovechado por el joven para correr hacia la carretera, donde por suerte encontró un auto con una pareja que accedió a llevarlo hacia la estación de Policía.



El oficial de guardia se llamaba Reginald Toland y no pudo menos que notar el nerviosismo de Norman al contar su historia, así como su auténtico miedo.
Aún así, es probable que en circunstancias normales, el policía hubiera hecho caso omiso del "cuento de marcianos" que relataba el chico, pero esa noche hubo otras cosas que pasaron por su mente.

Para empezar, conocía al joven y sabía que no era un fabulador. Pero había más que eso.

Pocas horas antes, una patrulla de caminos estacionada en un cruce rural de la zona, había visto pasar un coche a altísima velocidad y con evidente descontrol del conductor.

Cuando por fin alcanzaron el auto, se encontraron con una mujer frenética y aterrorizada al volante. Les relató que iba conduciendo por la ruta, cuando de pronto surgió un objeto discoidal en el cielo, que emitía una luminosidad rojiza y se situó suspendido sobre el coche.

La mujer pisó el acelerador a fondo, pero pasaron cinco quilómetros hasta que terminó la persecución, momento en el cual el OVNI se apartó de la carretera en otra dirección.
De todas formas, la conductora no disminuyó la velocidad, pues deseaba llegar cuanto antes a un sitio poblado.

El terror de la mujer era genuino: fueron necesarios varios minutos para que se calmara y el oficial debió acompañarla con su patrulla hasta el pueblo más cercano.



Sabiendo lo sucedido (pero sin decírselo al joven Norman), el oficial Toland pidió al patrullero Eugene Bertrand (el mismo que había acompañado a la conductora horas antes) que regresara con el muchacho a la zona de la granja y el bosquecillo, para chequear.

Al llegar al sitio y comenzar a investigar, el policía pronto se dio cuenta de que algo inusual sucedía: los caballos alojados en el establo de la granja pateaban y relinchaban frenéticamente.

Y no tuvo tiempo de hacerse preguntas: de pronto surgió el OVNI del bosquecillo cercano y se dirigió hacia él.
Bertrand tuvo un reflejo típico: apoyó una rodilla en tierra y, sacando su arma, apuntó al objeto. Pero, como declararía luego, "me di cuenta de que era una estupidez dispararle a un objeto de ese tamaño, no iba a lograr nada".

Tomó de un brazo al aterrorizado Norman y se dirigieron corriendo a la patrulla. Allí el policía usó la radio y pidió refuerzos.

Mientras esperaba, el patrullero observó con prismáticos al OVNI, que oscilaba sobre el suelo a apenas unos treinta metros del coche donde estaban. Vio con claridad las luces rojas en la parte baja, que se encendían y apagaban en una rápida secuencia de unos 2 segundos de duración.



A los pocos minutos llegó al lugar otra patrulla, conducida por el oficial David Hunt. El OVNI continuaba en su sitio y Hunt lo pudo ver con total claridad. Notó, al igual que los otros dos hombres, la tremenda agitación de los animales de la granja.

Luego de un rato, el objeto comenzó a moverse progresivamente en dirección al bosquecillo y finalmente desapareció por completo de la vista.

Los policías llevaron al muchacho a su hogar y explicaron el incidente a la asombrada madre. Luego regresaron a la estación y reportaron por escrito lo sucedido.

El jefe de Policía decidió que era prudente informar a la Fuerza Aérea, aunque más no fuera por motivos formales. Pensó que, de todas maneras, el suceso no iba a interesar a los militares.
Pero se equivocó, pues al día siguiente aparecieron en la estación dos uniformados, que se presentaron como el Mayor David Griffin y el Teniente Alan Brandt, solicitando entrevistar a todos los testigos.

Curiosamente, los militares se sintieron muy molestos cuando supieron que el patrullero Bertrand no había recabado los datos personales de la conductora asustada. Además, luego de interrogar a los dos policías y al joven (todos por separado), les indicaron que no debían hablar con la prensa del asunto.

Pero era muy tarde, porque un reportero local solía escuchar las frecuencias policiales de radio y ya estaba enterado (sería un reportero tipo Kolchak, digo yo).
Por lo tanto, la noticia se hizo pública mediante los periódicos.




Cuando la prensa acorraló a los voceros de la Fuerza Aérea de la cercana base de Pease, los militares les dijeron que "lo único que vieron esos tres hombres fueron estrellas titilando, nada más".

Con el tiempo, surgiría una segunda "explicación oficial", según la cual esa noche había habido un ejercicio de la Fuerza Aérea, por lo cual "los testigos se habían confundido por las luces de un bombardero B47".

Por extraña "casualidad", al poco tiempo del incidente de Exeter, un coronel de la Fuerza Aérea se puso en contacto con un físico de la Universidad de New Hampshire (James Trainor) para solicitarle instrumentos portátiles que permitieran efectuar mediciones y detecciones de OVNIs.

Trainor cumplió su cometido a carta cabal y entregó dos instrumentos portátiles a los militares: uno de ellos permitía medir la temperatura de objetos distantes y el otro detectaba y medía radiación en objetos distantes.

Las cosas no se quedaron así: los testigos se sintieron (con razón) ridiculizados por las "explicaciones" de la Fuerza Aérea y remitieron sendas cartas a la prensa, los investigadores independientes de OVNIs y a los propios militares.

Dos investigaciones diferentes (una realizada por el ufólogo John Fuller y otra por el NICAP, organismo que investiga los OVNIs) demostraron que lo visto por los testigos era un objeto volador de procedencia desconocida.

La presión ejercida por estos resultados, que se hicieron públicos, hizo que la Fuerza Aérea remitiera una carta a los policías involucrados, admitiendo que no podían dar una explicación al objeto observado esa noche.

Hasta aquí lo que yo conozco del tema OVNI que pueda estar vinculado con esta fecha.
Y si no es eso, será que los alienígenas le hicieron una broma a Google, vaya uno a saber.

Si alguien tiene otra hipótesis vinculada, se agradece que la haga saber.

8 comentarios:

Azu dijo...

Hola!!

La verdad es que no conocía esta historia, gracias por compartirla.

Ni tampoco se por qué google decidió poner ese logo justo ese día, pero tu hipótesis parece bastante acertada.

Yo jamás vi un Ovni, pero me imagino que si existirán, ya que el universo es tan inmenso, que creo que me parece algo ridículo pensar que somos los únicos seres inteligentes en él...

Saludos!!

Hombre Cotidiano dijo...

Hola Pelado!

Yo creo que tiene que ser por ese incidente. Aunque si vamos a elegie el "Día Munidal de los Ovnis" o algo similar, creo que sería más adecuada la fecha del incidente Roswell.

O quizá sea que los alienígenas se han infiltrado en Google y han suplantado a los dueños :P

Saludos!

pelado1961 dijo...

Azu:

Me alegro que te haya interesado la historia.
Creo que es la hipótesis más aceptable, quién sabe.
Y por supuesto que debe haber seres inteligentes por otros mundos (ya que no hay muchos en éste, jajajajajaja)

Beso.

pelado1961 dijo...

El noi senzill!:

Ya hay un "Día Internacional OVNI", cuyos datos podés ver aquí

Pero me gusta la idea de la fecha de Roswell!!!

Un abrazo.

Don Ferchu del Bolso y Aguada dijo...

Buen informe Pelado, seguramente sea esa la forma de hacerme correr je.

pelado1961 dijo...

Creo, Ferchu, que en esa situación corremos todos, jajajajaja.

Adolfo Calatayu dijo...

Que chucho Manucho !!! habrá dicho el bueno de Norman. "Mamita querida" el inolvidable Marrone,y es que es verdad,si en el medio de la noche y en la ruta te pasa algo así patitas para que te quiero (que antiguedad jajajajajaja).
un gran abrazo Pelado !!!

pelado1961 dijo...

Yo me lo imagino a Norman como en las historietas, cuando en lugar de las piernas del personaje se ven unas ruedas a todo lo que da, jajajajjajajaja.

Va un abrazo.