OVNIS Y MANDATARIOS

En esta imagen se puede ver al presidente ruso Medvedev (a la derecha) brindando con un sonriente señor que, por estos días, se le ha transformado en un potencial problema.
El hombre en cuestión es Kirsan Ilyumzhinov, gobernante de Kalmykia, pequeña república que forma parte de la Federación Rusa.

¿Por qué el buen Kirsan es un dolor de cabeza para el presidente ruso? Porque en una entrevista concedida a la televisión oficial rusa declaró haber tenido contacto con alienígenas.

De acuerdo a su relato,  una noche en que salió al balcón de su residencia tras haber oido que le llamaban, se encontró con un espectáculo digno de la más clásica ciencia-ficción: una nave que era visible sólo en parte, flotaba sin ruido alguno, manejada por seres enfundados en trajes espaciales de color amarillo.

"De no ser porque hubo testigos conmigo, habría pensado que me estaba volviendo loco", declaró el mandatario.
En efecto, estaban presentes en el extraño momento tanto su chofer como uno de sus ministros al cual citó para discutir diversos temas.

Los tripulantes del OVNI en ningún momento emitieron sonidos, sino que parecían comunicarse telepáticamente, ya que Ilyumzhinov podía oir sus voces en su cabeza.
"No entiendo cómo lo hacían, era como poder oir las ideas de otra persona", declaró.

Los alienígenas le permitieron abordar la nave por un momento, para lo cual tuvo que ser ayudado y vencer la natural resistencia a pisar algo que "no podía ver  más que en parte, ya que la mayoría del aparato era como si fuese transparente o invisible".
Inquirió sobre el propósito de sus extraños visitantes, quienes sólo le manifestaron que "se limitaban a explorar y recoger especímenes". Pero el buen Kirsan no se convirtió en un especímen recolectado, sino que fue dejado en su balcón, tras lo cual los alienígenas partieron.

El episodio en sí es muy interesante, porque el tal Ilyumzhinov no es un loquito suelto ni un tipo que busque notoriedad para vender entrevistas.
Se trata de un acaudalado empresario que hace bastante tiempo (diecisiete años) gobierna Kalmykia, una curiosa región donde predomina el budismo y en la cual el ajedrez es el deporte que ha tomado impulso, al punto que se ha construido una villa para albergar jugadores y celebrar importantes torneos internacionales.

Lo que a mí me llama la atención del asunto es que repite un esquema bastante común entre los "contactados" de los años '50 y '60 del siglo pasado.
En esos tiempos, no era raro que las personas que protagonizaban ese tipo de episodios relataran casi el mismo guión: una nave extraña en un lugar apartado, pocos testigos de por medio, seres alienígenas que perseguían un propósito "lógico" (o bien estaban reparando el aparato, o bien recolectaban especímenes de rocas o tierra).

Si el "contactado" alcanzaba a preguntarles de dónde venían, siempre recibía una respuesta "coherente" con el estado de la técnica de la exploración espacial en ese momento.
Por ejemplo, en la época en que no conociamos demasiado sobre el paisaje marciano o venusino, resultaba ser que Marte y Venus eran los lugares de los que manifestaban proceder los alienígenas.

Eso es lo que le pasó a otra persona hoy cercana al poder: la esposa del Primer Ministro japonés, la señora Miyuki Hatoyama:

Esta señora publicó sus memorias el año pasado. Y en ellas figura una anécdota que cualquier esposa de político evitaría mencionar en absoluto: un contacto con alienígenas.

Pero ella no se arredra para nada. Y relata cómo fue que, veinte años atrás, una nave alienígena de forma triangular la llevó al planeta Venus (de donde procedían los tripulantes).
El problema no menor es que la imagen de Venus que pinta la señora Hatoyama difiere largamente de la que los científicos se han formado: en vez de un mundo calcinado y una atmósfera con nubes de metano, el panorama sería "muy apacible, con gran profusión de verde por la vegetación".

Tampoco en este caso hablamos de alguien que persiga la notoriedad (ni tampoco le va a hacer ganar popularidad al esposo con esta clase de declaraciones).

Un tercer caso que podríamos traer a colación es el de Jimmy Carter, ex presidente de USA:

No se trata de un caso de contacto, sino de avistamiento.

En el año 1969, Carter no había llegado aún a ser Gobernador de Georgia. Pero estaba en gira política, pasando por Leary, cuando su comitiva hizo una parada en un restaurante local.
Absorto en la preparación de un discurso para dar en el Club de Leones, alguien señaló una luz verde que había aparecido en el cielo.

"No teníamos explicación para eso", dijo Carter.
Allí estaban unas veinte personas, observando el extraño fenómeno. El color de la luz emitida por el lejano objeto pasó a ser azul, luego rojo, luego blanco y siguió mutando. Fue visible por unos quince minutos, sin que nadie pudiera aventurar qué era el objeto.

El político no olvidó el raro avistamiento. En 1976, ya persiguiendo el sillón presidencial, aseguró a varios periodistas que, si era elegido, haría pública toda la información sobre OVNIs existente en los archivos oficiales.

¿Qué pasó después? Pues que fue presidente, pero tomó distancia de sus declaraciones originales (según él, basado en asuntos de seguridad).
Un investigador de OVNIs se entrevistó con la mayoría de los testigos de 1969, obteniendo de casi todos la misma respuesta: no recordaban el incidente. Y el único que lo recordaba dijo que, con seguridad, lo que vieron fue un globo.
Es un interesante giro en relación a todo lo que se dijo originalmente.

Lo único que, eso sí, puede concluirse de estos tres casos es que, si de veras se conoce oficiamente lo que son los OVNIs y de dónde vienen, esa información está clasificada a niveles tan extremos que bien puede ser desconocida hasta para la gente cercana al poder.