miércoles, 23 de septiembre de 2009

EL METODO (DE HACER DINERO)


Con esa carita, yo no le hubiera comprado un coche usado a este hombre.
¿Quién era? Lafayette Ron Hubbard.

No les suena, ¿verdad? Pero si les digo que fue el fundador de la cientología o cienciología, el culto al que Tom Cruise dio fama mundial, van a darse cuenta.

L. Ron Hubbard nació en 1911 en Nebraska (USA). Sobre su juventud, sus estudios y primeras actividades, es muy poco lo que puede afirmarse categóricamente.

¿Por qué? Porque sus biografías "oficiales" afirman cosas que algunos investigadores han desechado prontamente:
  • Parece que en vez de "recibir enseñanzas directas de hombres sagrados de la India, China y el Tíbet"....resulta que simplemente tuvo algunas charlas informales con un amigo de su padre, que estudió sicología con Freud en Viena.

  • En cuanto a "titularse de ingeniero civil y físico nuclear en la Universidad George Washington"....el buen Ron apenas concurrió un par de años y se fue sin culminar nada.

  • Y de sus "hazañas militares en la Segunda Guerra Mundial".....quedan testimonios de que lo único relevante sucedió cuando provocó una confusión mayúscula en sus superiores, al atacar durante dos días un submarino inexistente.

No parece un comienzo de fiar, ¿no?

Lo único que puede concluirse razonablemente, es que Hubbard sería del tipo de persona que busca "darse lustre" a cualquier precio, inventando laureles si es necesario. Y esa desbocada imaginación fue la que puso en marcha al dedicarse a una carrera más razonable: escritor.





Ya antes de la guerra, Hubbard había comenzado a publicar sus relatos y novelas cortas, principalmente en revistas.

Con el tiempo, sería conocido como autor de fantasía y ciencia-ficción, aunque también exploró otros géneros como las aventuras y el western.

Pero muy pronto comenzó a dejar de lado la ficción, para pasar a concebir algo pretendidamente serio y académico. Así fue como escribió un refrito de ideas entre místicas y sicológicas, le añadió una buena dosis de jerga técnica de su propia invención y lo presentó como un sistema de autoayuda: había nacido la Dianética.

Al igual que en todas las épocas, una buena forma de dar prestigio a un texto era lograr que alguien con diplomas escribiera un prólogo. Y Hubbard le envió el manuscrito a cientos de profesionales, hasta que al fin un médico aceptó prologar su obra.

Al mismo tiempo, retomó brevemente la ciencia-ficción, para escribir un par de relatos donde la Dianética era presentada como una doctrina de sanación del ser humano (o sea, validando a través de la ficción lo que quería presentar como sistema científico).




El libro "Dianética: la moderna ciencia de la salud mental" se publicó en 1950.
Obtuvo malas críticas y francas ironías de parte de la comunidad científica, aunque logró vender 150.000 ejemplares en su primer año de publicación.

Hubbard continuó con su mecanismo de validar la obra dándole un barniz científico: creó "centros" donde se enseñaba la Dianética y una "fundación" sobre el tema.

Hacia 1952, trasladó su centro de operaciones a Phoenix (Arizona, USA) y convocó a una conferencia de prensa, en la cual declaró que estaba en condiciones de fundar "una filosofía religiosa aplicada" (según sus palabras), a la cual llamó "Scientology" (Cientología o Cienciología en castellano).

Muchos investigadores de este culto señalan que, detrás de ese cambio (el pasar de un seudo-sistema sicológico a una religión), la única motivación era expandirse más, obtener más dinero y quedar exento de impuestos (lo cual no es poca cosa).

Y las cosas comenzarían a rodar a lo grande: de Arizona a New Jersey, de allí a Washington, luego cruzaría el océano para expandirse a Gran Bretaña y Dinamarca, etc., etc.
El dinero llegaría de muchas formas, pues se cobraba por libros, cursos, sesiones y muchas cosas más (que son "necesarias" para los fieles si pretenden "progresar").

Pero este tipo de curros suele tener un límite: para mediados de los años '60, las actividades de la Cienciología estaban bajo investigación en Gran Bretaña, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Canadá.

Como resultado de ello, Hubbard decidió mantenerse en una especie de prudente "movimiento constante": en vez de fijar residencia en un país, pasó a vivir en un yate que recorría el Mediterráneo, seguido de las embarcaciones de sus seguidores.

Aún así, no zafó del todo: hallándose en Grecia (donde recalaba frecuentemente) en 1969, tanto él como 200 de sus "seguidores navegantes" fueron declarados "indeseables" por el gobierno y se les dio un ultimátum (en 24 horas debían abandonar el país).

Los años '70 también traerían sus problemas al pobre Ron: en 1977 el FBI caería sobre los centros y la fundación radicados en USA, encausaría a todos los dirigentes por conspiración y luego los hallaría culpables (incluyendo a Hubbard, que ya había puesto distancia).

Después del FBI llegaría el turno del IRS (el equivalente yanqui de la DGI), que encausaría a Hubbard y los suyos por evasión de impuestos (igualito que con Al Capone, ¿vio?).

Y luego se multiplicarían las causas penales y las demandas y apelaciones por todo el mundo: Francia, Gran Bretaña, Australia, etc. (aunque el buen Ron nunca estaba presente para poner la cara).

Los años '80 comenzaron con un retorno de Hubbard a sus raíces: la ciencia-ficción.
En 1982 publicó "Battlefield Earth" y posteriormente "Mission Earth" (saga de diez volúmenes). La muerte le llegó en 1986, cuando estaba planificando nuevas novelas y en momentos en que la revista Forbes estimaba los ingresos anuales de la Cienciología en unos bonitos 200 millones de dólares.

Algunos podrían pensar que, muerto Hubbard, se terminaría la Cienciología.
Pero como todo buen negocio, siempre encuentra quien quiera hacerse cargo. Para ser más exactos, la corporación RTC (Religious Technology Center), que maneja las marcas registradas "Dianética", "Cienciología" y "Ron L. Hubbard", continuó con sus actividades.

Por supuesto, toda empresa necesita de un buen marketing para vender su producto.
Pero una "iglesia" no suele, por ejemplo, pagarle a un personaje notorio para que le haga publicidad (como bien podría hacer una marca de ropa o de coches).

¿Entonces? Entonces, la solución es reclutar algún famoso medio incauto (en mi barrio le llamarían "un gil") para que se una a la congregación y, sin pagarle un sólo dólar, haga propaganda (propiamente dicha) de la iglesia.

Aquí es donde aparece este salame:



Y no vayan a creer que es el primero o el único: ya desde mucho antes que Tom Cruise, el mismísimo John Travolta se involucró en la Cienciología (al punto que fue el principal impulsor de que "Battlefield Earth" se llevara a la pantalla grande, actuando él mismo en el film).

En una palabra: no es que por ser famosos, sean más inteligentes que el ciudadano común.

Denuncias acerca de las actividades de la Cienciología y su carácter de simple negocio, fueron hechas en muchos medios, en varias oportunidades.
Por poner un ejemplo, la revista "Time" le dedicó una investigación especial que llamó a las cosas por su nombre: "Cienciología: el culto de la codicia"




Y son varios los periodistas que han analizado la forma en que la Cienciología capta aspirantes y obtiene poder sobre ellos.
Por ejemplo, lo que antiguamente era prerrogativa del cura del pueblo, que mediante la confesión terminaba por saber las malas acciones de todos y podía manejar esa información a su conveniencia, también es botín apreciado en la Cienciología.

Por medio de extensos tests y cuestionarios (donde a veces se usa un polígrafo), los "asesores" terminan por saber muchos secretos acerca del novato. Y en consecuencia, pasan a tener poder sobre la persona.

Nada nuevo bajo el sol, me parece (aunque el disfraz sea diferente).

8 comentarios:

Hombre Cotidiano dijo...

Hola Pelado! Tienes razón en que no hay nada nuevo bajo el sol con éste grupo. El problema es que éstos a diferencia de los que anteriormente lo hicieron, intenta darle un barniz científico a todo lo que predican. Y ese es el punto dónde muchos caen.

Saludos!

Mariolo dijo...

En las fotos que ponemos diariamente en el otro blog, pusimos hace meses la de la sede aquí, en Mdeo. Que tienen como 3 centros, creo.

Es increíble como tanta gente cae rendida ante tanto chantaje ... y los famosos, bueh ..

pelado1961 dijo...

El noi senzill:

Cierto lo que decís: mucha gente se debe "enganchar" por el lado pretendidamente científico del asunto.
Cada loco con su tema!!

pelado1961 dijo...

Mariolo:

Me perdí esas fotos y ¡me perdí ese otro blog!!!
Voy para allá a fisgonear un poco.
Ya vuelvo.

Ferchu dijo...

Tenes razon, con esa cara no le compro ni un caramelo...y Tomsito Cruise, pobre muchacho...
Un ex-compañero de los tiempos de la automotora siempre me decia... siempre hay un gil en la vuelta que tarde o tempranos nos va a venir a comprar esta garrapata (señalando a un auto, muy usado por cierto). Lo mismo pasa con los cultos, siempre hay credulos, muy credulos que "bancan" a estos parasitos espirituales.

Pinchita dijo...

Hola Pelado!,y si en mi barrio tambien le decimos CHANTAS!!,un besito y un lindo fin de semana.-

pelado1961 dijo...

Ferchu:

Creo que al pobre Tom le patina la ruedita, jajajajjaa.
Demasiadas "misiones imposibles" le trastornaron la cabecita!!!

Va un abrazo.

pelado1961 dijo...

Pinchita:

Eso, eso: chantas y curradores.
Está lleno de esa gente (y de giles como Tom!!!)

Besito y muy buen finde para tí!!!