viernes, 20 de julio de 2012

GENIO Y FIGURA... HASTA EN LA SEPULTURA



El caballero de la fotografía se llamó Elijah Bond. Nacido en 1847, fue combatiente sureño en la Guerra de Secesión estadounidense, luego ejerció como abogado y también fue hombre de negocios e inventor.

Precisamente, en esta última faceta se le recuerda principalmente, ya que obtuvo diversas patentes a su nombre, de las invenciones más diversas. Entre ellas, de la tabla ouija.
Efectivamente, así ha quedado registrado en la Oficina de Patentes de USA, con el número de patente 446.054.




Catalogada en la categoría "juego o juguete", la tabla ouija encontró su sitio de reconocimiento en alguna burocrática oficina con fecha 10 de febrero de 1891. El resto es historia, de la cual ya hemos hablado un poco en este blog y ya volveremos a hablar.

Pero lo que quiero comentarles hoy es el empeño de un particular en hallar la tumba de este señor Bond.

Robert Murch es lo que podríamos llamar un entusiasta de las tablas ouija. Las colecciona y ha recopilado todo lo que se sabe sobre la historia del dichoso "juego". Un día se le ocurrió averiguar dónde estaba sepultado el creador del objeto. Y pronto descubrió que no era tarea sencilla.
Finalmente, tras quince años de pacientes investigaciones, encontró la tumba de Elijah Bond.



Si la lápida parece nueva, es porque realmente es nueva. Sucede que al señor Murch se le ocurrió un homenaje para el hombre que patentó la tabla ouija: mandar hacer una lápida con ciertas características... poco comunes.

De un lado de la tumba se observa la inscripción usual. Y del otro lado se ve ésto:





Lo crean o no, así es la tumba del creador de la ouija. No sé si el señor Bond tendrá descendientes que puedan sentirse chocados por esto. No sé si en los cementerios de USA una persona cualquiera puede hacer colocar lo que le venga en gana en la tumba de quien sea. No sé cómo son las leyes en ese sentido.

Pero de algo estoy seguro: hay demasiados locos sueltos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Recuerdo espeluznantes eventos vividos gracias a meterse con estas cosas. Tal vez fue simple casualidad, pero por el resto de mi vida he desidido nunca volver a tocar una cosa de esas...por si las dudas. Saludos Pelado.

pelado1961 dijo...

Creo que es lo más prudente que podés hacer, Ernesto.
Estas tablas han hecho pasar un mal rato a más de uno!!!

Va un abrazo.