domingo, 19 de diciembre de 2010

LA PROFANACIÓN


No creo que la política argentina haya tenido otra figura tan determinante a lo largo del siglo XX como Juan Domingo Perón.
Su influencia, directa o indirecta, a través de partidarios o de opositores, ha marcado poderosamente a la sociedad del vecino país por espacio de muchas décadas.

Fallecido en el año 1974, quiso el destino que su figura volviera a las primeras planas en 1987, cuando personas desconocidas forzaron la bóveda donde reposaba el cuerpo y lo mutilaron, llevándose las manos.
Se iniciaría, con ese oscuro episodio de profanación, una historia interminable de intrigas y misterios.



Ya el primer examen de lo acontecido reveló algunos detalles sorprendentes. Para empezar, los profanadores se abrieron paso hasta el cuerpo embalsamado mediante llaves apropiadas, cuyo número, entre diez y doce según las fuentes, no era fácil de conseguir (una cerraba la puerta de la bóveda, mientras que las restantes abrían una puerta de vidrio de 170 kilos de peso, que protegía el ataúd).

Sin embargo, los delincuentes se tomaron el trabajo necesario para hacer parecer que habían forzado la entrada, rompiendo la bóveda y el pesado vidrio.

¿Dónde estaban las llaves originales? En la Escribanía General de la Nación, desde el año 1976 (cuando la dictadura argentina ordenó el traslado de los restos de Perón desde la Quinta de Olivos hasta el cementerio de la Chacarita). Por tanto, quien logró hacerse de las llaves para copiarlas tuvo que estar vinculado a canales oficiales, de alguna forma.

Lo siguiente que llamó la atención fue el tenor de algunos objetos robados:



Dejando de lado por un minuto la barbarie de cortarle las manos a un cadáver, los investigadores se encontraron con que faltaban objetos de la tumba:
  • un anillo, obviamente desaparecido con la mano correspondiente
  • un sable
  • una capa
  • un poema escrito por la viuda, "Isabelita" Martínez 
Pero probablemente más intrigante que lo robado, era lo no robado: un valioso rosario de jade que allí estaba, intacto.

De todas formas, la investigación tuvo un giro casi inmediato, cuando pocos días después de la profanación se supo que dos o tres figuras vinculadas al peronismo habían recibido sendas cartas exigiendo rescate para lo robado: nada menos que ocho millones de dólares.
A fin de probar la autenticidad de sus dichos, las cartas venían acompañadas de trozos del poema de Isabel Martínez.
Estas misivas representaron otro quebradero de cabeza para la Policía, pues estaban mecanografiadas y firmadas por un remitente casi absurdo: "Hermes Iai y los 13". Muy poca tela de donde cortar.

La investigación fue puesta a cargo de un juez (Jaime Far Suau) y un comisario (Carlos Zunino). De inmediato, las cosas empezaron a ponerse negras para el magistrado: comenzó a recibir llamadas telefónicas amenazadoras, que pronto dieron paso a atentados fallidos.
Al final, a menos de dos años de iniciada la investigación, el Ford Sierra en que viajaba con su amante volcó espectacularmente en una recta de la ruta cercana a Coronel Dorrego.

El juez falleció y nunca pudieron ser determinadas las causas del "accidente". Hubo indicios de que los neumáticos del vehículo habían sido "preparados" para causar el desastre, pero los técnicos intervinientes en la investigación no pudieron aportar pruebas definitivas.


Al comisario Zunino le fue un poco mejor: le dispararon un balazo a la cabeza en plena calle, pero quiso la fortuna que el proyectil se fragmentara en dos partes y esto le salvó la vida.

Se sospecha que la suerte del comisario provino, sorprendentemente, del hecho de que el sicario quiso asegurarse mediante el uso de "balas dum-dum" (proyectiles comunes a los cuales se hacen cortes, para provocar heridas enormes y daño interno por la fragmentación).



Otras personas, vinculadas de una u otra manera a la causa, se vieron afectadas gravemente.

Juan Pirker, quien era un importante comisario que participó de las investigaciones a alto nivel, murió a causa de un extraño "ataque de asma" en su despacho.

Paulino Lavagna, cuidador del cementerio, falleció a consecuencia de "paro cardiorrespiratorio" (según el certificado de defunción), pero una autopsia ordenada por el juez Far Suau determinó que había muerto a causa de una golpiza.

María del Carmen Melo era una simple persona que estuvo en un mal lugar en un mal momento: devota de la figura del general Perón, solía llevar flores a la tumba frecuentemente.
Luego de intentar hablar con uno de los investigadores, para describir a un sospechoso que vio en los días previos a la profanación, murió a causa de una hemorragia cerebral tras un ataque de desconocidos.

El tiempo fue pasando y la investigación, cada vez más raleada de investigadores y de testigos, acabó por dar en nada.
Pero eso no impidió conocer las líneas investigativas que se fueron manejando:

Línea 1: el acceso a fortunas ocultas.



Por fantasiosa que parezca, esta teoría implicaba que las huellas dactilares del general Perón permitían el acceso a bóvedas de seguridad donde se ocultaban fortunas de dudosa procedencia (desde oro nazi hasta diversos orígenes).

Los defensores de esta hipótesis afirman que el cuerpo fue mutilado para conseguir precisamente eso: sus dedos. Y que todo lo demás fue un montaje para despistar.
Otros investigadores, en línea similar, aseguran que era el anillo de Perón la pieza clave del entramado: según ellos, la joya contenía una clave alfanumérica grabada en forma microscópica, con datos de cuentas en Suiza y passwords necesarias.


Línea 2: una operación de servicios de inteligencia.




Al parecer, esta hipótesis tomó fuerza desde el principio. Y en consecuencia, originó la perdición del juez actuante y (casi) del comisario asignado.

Varios investigadores independientes aseguran que el acto de profanación buscaba crear un estado de caos social, desprestigiar aún más al alicaído gobierno radical y provocar fisuras irreparables en las fuerzas peronistas de entonces. Todo ello en favor de un posible retorno de fuerzas antidemocráticas al poder.

Otra variante habla de una lucha de poder, pero restringida a la interna peronista, con consecuencias inimaginables.
Quienes se adhieren a esta hipótesis, afirman que la clave de los hechos la tuvo la viuda de Perón. Aparentemente, María Estela Martínez intentaba pesar secretamente en la interna del partido, por lo cual se le mandó un "mensaje indirecto" con el aberrante acto, para que moderase sus aspiraciones.

En todo caso, es interesante saber que el juez Far Suau viajó a Madrid a entrevistar a la viuda. La transcripción de esa charla fue celosamente guardada por el juez en una caja fuerte, a su vuelta. Y desapareció inmediatamente después de su muerte.

Línea 3: la pista esotérica.




No pocas personas aseguran que la clave de todo está en la vinculación que el general Perón y su secretario López Rega habrían tenido con Licio Gelli, oscuro personaje de los entretelones del poder mundial.

Tratar de reseñar más o menos la vida y andanzas de Licio Gelli demandaría algo así como diez posts del tamaño de éste. Pero en afán de resumir un poco, se puede decir que el hombre se movió a lo largo de toda su vida entre servicios secretos afines al anticomunismo más duro, banqueros, financistas, funcionarios de peso de muchos gobiernos y logias secretas.

Dentro de ese último terreno (el de las logias esotéricas) fue que fundó la Logia Propaganda Due (la famosa P2), cuyos miembros conformaban una especie de "quién es quién" dentro del poder. Con ramales y vínculos por todo el mundo, Gelli también estuvo en la Argentina peronista de 1973 y fue condecorado por el General en persona (por supuesto, esto no le impidió luego vincularse a los golpistas de 1976).

Lo cierto es que se afirma que la logia de Gelli no era una simple fachada de actividades más o menos corruptas, sino que además de eso, era una central de energia oculta de la más negra de las orientaciones. Y se dice que la profanación de la tumba de Perón, así como el robo de sus manos y diversos objetos, respondía a una doble finalidad: recuperar "objetos de poder" que le habrían sido facilitados por la logia (el anillo y el sable), así como obtener un "trofeo extra" (las manos) que quizás fuera utilizado en rituales de la peor especie.
Además, sería ese el motivo de que el rosario de jade, por valioso que fuera, no les interesó en absoluto a los profanadores. Buscaban exactamente lo que se llevaron y no otra cosa.

Esta última línea de investigación podrá parecer demencial, pero no deja de tener ribetes curiosos.
Por ejemplo, se sabe que periodistas argentinos lograron entrevistar a Licio Gelli en una serie de conversaciones telefónicas a lo largo de los años 2007 y 2008, tras casi un año entero de intentos infructuosos (el informe de dichas charlas puede ser visto aquí).

Curiosamente, Gelli no tuvo mayores problemas en contestarles diversas preguntas que ponían en evidencia su oscura trayectoria. Pero cuando su interlocutor trató de inquirir sobre la profanación del cuerpo de Perón, Gelli dio por terminada abruptamente la conversación y no la retomó jamás.
¿Casualidad?  

9 comentarios:

Mariolo dijo...

Mirá que se rebuscan los guionistas copiando cosas del pasado; y acá hay terrible idea para una peli de ficción bien hecha.

Perón es como un ídolo sagrado, no quieren tocarlo (valga la contradicción con esta nota).

Marta dijo...

Aquí en Argentina siempre se comentaron las hipótesis 1 y 2, pero yo me inclino por la que tú mencionás como "la pista esotérica".
¿Sabías que Berlusconi estuvo vinculado a la logia P2?

Saludos y felicitaciones por tocar un tema tan interesante.

Pablo dijo...

Está al salir un libro que sigue la linea esotérica en este tema.
Yo creo que el anillo que se llevaron era la clave de todo: cuentas numeradas en Suiza.

vale dijo...

interesantisimo el post. No tenia idea de ese Gelli y de toda esa movida de logia en relacion a peron, (ni siquiera de que se habia profanado su tumba :$ shh) pero che si conocia a peron jaja algo es algo, dado q todo me es informativo no puedo decir mas q es otro de tus post que me dejan asombrada. Solo pregunto si seguis vivo peladooo o ya te dieron un balazo en la cabeza??

pelado1961 dijo...

Mariolo:

No creo que ningún cineasta argentino (con la posible excepción de Leonardo Fabio, que no sé si continúa dirigiendo) se animase a meterse con este tema.
Por razones obvias: su propia seguridad.

Opino como vos: es un temazo.
Pero.....


Va un abrazo.

pelado1961 dijo...

Marta:

Bienvenida al blog.
No sabía que Berlusconi también estaba en este embrollo de la logia P2.
Pero te digo que no me sorprende para nada!!!

Un beso.

pelado1961 dijo...

Pablo:

Puede ser que se tratase de dinero y nada más.
Capaz que por eso "apretaron" a la viuda y "se perdieron" las notas del juez cuando la entrevistó.

Bienvenido al blog y gracias por comentar.

pelado1961 dijo...

Vale:

Ante todo: sigo vivo, jajajajjaja.
Al final, no actualicé mi equipo (pero ya lo haré a futuro).
Me alegro que el tema de este post te haya intrigado.

Besos.

Anónimo dijo...

difícil de entender que solo el gobierno radical investigo, los peronistas silenciados jamas aportaron ni se interesaron.la teoría de las cajas de seguridad es la mas acertada.
al juez y al comisario de la comisaria 29 (Zunino) viajaron a puerta de hierro y jamas fueron recibidos por la viuda de peron.