lunes, 27 de septiembre de 2010

UN CASO PARA KOJAK


Corría el año 1957 y faltaba bastante para que el recordado actor Telly Savalas adquiriera fama con su personaje de Kojak, el pintoresco detective de la TV.
Por aquel entonces, Savalas estaba vinculado a otro medio popular: la radio. Pero no era famoso ni mucho menos.

En la noche del 27 de febrero llovía a cántaros, mientras Savalas conducía rumbo a la casa de su primo en Long Island (Nueva York). De pronto, ya fuese por imprevisión o mala fortuna, el coche se detuvo al quedarse sin nafta a mitad de camino.
Supongo que el actor debe haber echado unas cuantas palabrotas (no sé si en inglés o en griego), ante la perspectiva de tener que caminar bajo lluvia cerrada hasta la estación de servicio más próxima.

Pero justo cuando estaba por emprender el camino, otro auto se detuvo junto al suyo. Un Cadillac negro, totalmente impecable, había aparecido sin que Savalas lo hubiera notado antes.


El conductor del Cadillac bajó la ventanilla y le preguntó si tenía problemas con el auto. Cuando el actor relató el percance, el hombre se ofreció a llevarlo y traerlo de regreso de la estación de servicio.

Savalas dudó un poco, pero el buen samaritano no parecía precisamente un asaltante. De traje impecable y buenas maneras, además de conducir un auto caro, más bien parecía alguien de clase. Y no pasaban otros coches por el camino, así que las dudas se disiparon.

Cuando llegaron a la estación de servicio, Savalas se dio cuenta de un incómodo detalle: había olvidado su billetera en casa. De alguna forma, el extraño se dio cuenta del percance y le insistió en pagar de su bolsillo la nafta.
El actor se sintió avergonzado, pero no tuvo más remedio que aceptar. Sin embargo, fue inflexible con algo: sólo tomaría el dinero en calidad de préstamo. Por ello, solicitó al hombre que le dijera su nombre y un teléfono para comunicarse. Recién cuando anotó esos datos, aceptó la plata.

Al día siguiente, Savalas llamó al teléfono que le dio el hombre y, atendido por una dama, pidió con él.
Surgió una notoria incomodidad en la señora, que preguntó por qué buscaba a esa persona. Y el actor le dijo que deseaba pagarle un pequeño dinero que le debía por pagarle la nafta para el coche.

Ante ello, la señora le pasó una dirección y Savalas le dijo que se presentaría al día siguiente, cosa que hizo.
Le abrió la puerta su interlocutora, a la cual reconoció por la voz. La dama lo hizo pasar y el actor supo enseguida que estaba en la dirección correcta, porque una foto del hombre lucía sobre una mesa.

Pero no estaba preparado para lo que vino a continuación.

Antes que Telly pudiera explayarse, la señora le agradeció la buena actitud de "pagar una deuda vieja que nadie iba a reclamarle". Y como el actor no atinó a decir nada, la dama continuó hablando:

"Pensar que ya hace tres años que murió mi marido y usted recordó aún un préstamo que él le hizo en alguna oportunidad. Su proceder es muy noble."

Telly quedó sin habla, pero se arrimó a la foto y la estudió con detenimiento. No sólo era el mismo hombre, sino que vestía el mismo traje. Y la viuda pareció adivinar su pensamiento, porque le comentó que ese era el traje favorito de su esposo, con el cual lo habían enterrado.

Savalas cumplió con la deuda que tenía y se despidió de la mujer. Pero no se quedó con la intriga.
Hizo una serie de averiguaciones y, por extraño que parezca, todos los datos vinieron a corroborar la historia: el buen samaritano había fallecido tres años antes de la noche en que le auxilió en medio de la lluvia.

Un caso que ni Kojak podría resolver.

4 comentarios:

Don Ferchu del Bolso y Aguada dijo...

Opa, no sabia eso, que historia Pelado, se me pararon los pelos je

pelado1961 dijo...

Es rara mismo, ¿no?
Me pregunto cómo la habrá procesado el pelado Savalas.

Mariolo dijo...

Ah bueno ...... Que te pase esto, puede ser raro, pero lo aceptas por el aprieto en el que estás, en medio de la noche lluviosa.

Pero que al otro día te enteres que el tipo murió hace 3 años ... pah. Te juro que me vuelvo caminando, no me da para subirme al auto de nuevo.

pelado1961 dijo...

Mariolo:

Creo que el buen Telly fue poco suspicaz.
A mí, un Cadillac negro me suena a: mafia, CIA, empresa fúnebre (o todo eso junto!!!).
Prefiero el Automóvil Club, jajajajajjaja