miércoles, 8 de julio de 2009
PROFETA INVOLUNTARIO
El señor que aparece en el retrato anterior se llamaba Morgan Robertson. Fue un escritor estadounidense.
Una de sus obras principales se llamó "Vanidad", un corto relato de ficción donde narra un episodio que les sonará conocido: un gran buque británico de pasajeros, considerado insumergible, choca con un iceberg durante su primer viaje en el Atlántico y se hunde irremediablemente, con gran pérdida de vidas.
Ya sé lo que piensan: que el buen Morgan tomó nota de lo sucedido en la tragedia del Titanic y procedió a novelar el tema.
El único problema para esa hipótesis es que la obra se publicó en 1898 y el desastre del Titanic sucedió en 1912.
Y para ponerles los pelos de punta, voy a contarles más sobre la novelita:
El buque de la novela se llamaba "Titán", tenía 240 metros de largo (contra 270 del verdadero), era de bandera británica (tal cual), estaba hecho de acero (tal cual), tenía la novedad de contar con tres hélices (tal cual) y de tener compartimientos herméticos (tal cual) en número de 19 (contra 16 del verdadero).
Contaba con 24 botes salvavidas (contra 20 del verdadero) y podía transportar 3.000 pasajeros (tal cual), teniendo la mala fortuna de chocar contra un iceberg (tal cual) en una noche de abril (tal cual) muy cerca de medianoche (11:40 p.m. en el verdadero), cuando iba a una velocidad de 25 nudos (contra 22,50 del verdadero).
Cuando sucedió el desastre del Titanic, el editor de Robertson recordó la obra y se propuso hacer una nueva tirada de la novela, con los cambios necesarios para recrear la reciente tragedia en la forma más parecida posible.
Pasmado, comprobó que ninguna modificación era necesaria.
Todo estaba allí.
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4 comentarios:
De miedo, pelado, de miedo.
Según cuentan los que saben mucho (no me creas nada a mí) la primer versión cinematográfica de Titanic se basó bastante para diálogos y demás en la obra escrita.
Me suena a Blof, pero uno nunca sabe.
Un abrazo, que sigo leyendo.
Nunca se sabe, es cierto.
Pero no los culpo si usaron el libro como fuente de diálogos.
Al fin y al cabo, parece que era fidedigno (aunque el hecho aún no había ocurrido!!!)
Un abrazo.
A la pipeta ..
¿nadie escribió sobre un avión que salía de Brasil con rumbo a Francia?
Por lo menos, todavía no se descubrió ninguna "novela" sobre ese vuelo.
Pero a esta altura, todo puede ser.
Un abrazo, Mariolo!!
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