El sujeto, de nombre Bill English, le explicó a Stevens que deseaba contactarlo desde tiempo atrás, pero no se había animado a concurrir a la sede de APRO por entender que la misma estaba siendo vigilada por la CIA y sus teléfonos intervenidos.
Esto no era una novedad para Stevens, pues en una ocasión había contratado detectives privados para "peinar" el local de APRO y éstos habían encontrado dispositivos de escucha bastante sofisticados, dignos de esa agencia gubernamental. Pero de todas formas prestó atención al visitante. Y esta fue la historia que escuchó:
Bill English había servido en Vietnam entre 1969 y 1972, como sargento de las fuerzas especiales. Su unidad, con base en Camboya, cumplía tareas normales de "búsqueda y destrucción", así como también otras misiones inusuales y hasta ilícitas, pero nunca algo tan extraño como lo que vivió en junio de 1971.
Una mañana, el teniente a cargo reunió al grupo para informarles lo siguiente: iban a adentrarse muy por detrás de las líneas enemigas, a fin de ubicar el sitio donde un bombardero B52 había sido derribado. Su misión consistía en rescatar a cualquier tripulante que hubiera sobrevivido y traerlo a salvo.
No sonaba raro, hasta que el teniente lo llamó aparte y le comunicó dos cosas más. La primera, que iban a ser acompañados por tres personas ajenas al grupo. La segunda, que iban a necesitar explosivos para una demolición controlada.
English estaba acostumbrado a obedecer órdenes sin hacer preguntas, pero esa vez no pudo evitar preguntar de qué se trataba la verdadera misión. Y aún así, no estaba preparado para la respuesta que le dio el teniente:
"Escuche, Bill: hace varias semanas que la Fuerza Aérea venía detectando OVNIs en cierta zona. Entonces se les ocurrió despachar un B52 cargado de equipos electrónicos de avanzada, con el fin de rastrear y filmar esas naves. Algo salió mal y nuestro aparato nunca regresó. Ahora, los jefazos de Washington quieren que vayamos hasta allí, busquemos restos y volemos lo que no podamos cargar de regreso."
"¿Y quiénes son los que van a acompañarnos, señor?", preguntó English.
"No tengo la menor idea, sargento. Sólo me dijeron que los asistiera en lo que pudiera, sin hacer preguntas."
El sargento no sabía qué pensar. Siempre había creído que los "platos voladores" eran cosa de bromistas o ignorantes. ¿Y ahora resultaba que el gobierno y los militares se interesaban en ellos?
Esa noche, al reunirse en el punto de partida, fue cuando Bill conoció a los tres "acompañantes". Llevaban uniformes negros y sin ninguna insignia visible, nada que indicase rango o pertenencia a una unidad concreta. Todos estaban fuertemente armados, incluido uno que se presentó como médico, cosa que llamó poderosamente la atención del sargento.
Después de ser transportados por helicópteros, fueron dejados muy por detrás de las líneas enemigas. Luego de dos días de andar por la jungla con mucho sigilo, se encontraron con lo que English describió como "un espectáculo ilógico": un bombardero B52 intacto, posado en un claro de la selva, en un sitio donde nunca pudo haber aterrizado por sí mismo.
Los tres extraños parecieron sorprenderse bastante con el hallazgo, pero de inmediato desplegaron una frenética actividad: comenzaron a tomar fotos y a "peinar" la zona con un contador geiger, buscando señales de radiactividad.
Luego, examinaron uno por uno los motores del bombardero, hasta convencerse de que no presentaban daño alguno. Y finalmente le indicaron al sargento que volara una de las compuertas del avión, para acceder al interior.
Tras hacer estallar la compuerta, English entró a la aeronave. Y lo que vio allí fue lo que motivó su visita secreta a Stevens: todo estaba en perfecto estado, excepto por el hecho de que los tripulantes yacían muertos, los cuerpos presentaban una perforación sin sangrado en el cráneo y severas ablaciones, efectuadas con precisión quirúrgica y cauterizadas perfectamente.
Los cadáveres no mostraban signos de descomposición. Las mutilaciones que exhibían los cuerpos eran (sin entrar en detalles) similares a las que aparecerían luego, a mediados de los '70, en ganado vacuno por todo el mundo.
El dantesco espectáculo descolocó a todos los presentes, e incluso provocó una fuerte discusión entre los uniformados de negro. Dos de ellos pretendían "embolsar" los cuerpos y retirarse en helicópteros cuanto antes. Pero el médico, que era el tercero en discordia, terminó por imponer su parecer a través del rango (esto permitió a English enterarse de que era un coronel).
Sin permitir que nadie tocara los cadáveres, el coronel ordenó colocar explosivos incendiarios en el interior del B52 y explosivos de demolición en las zonas claves del avión. Acto seguido, supervisó en persona la destrucción total del bombardero, que desapareció en medio de una formidable explosión.
Oficialmente, el B52 fue dado por derribado, sus infortunados tripulantes fueron anotados como "desaparecidos en acción" y la misión de la unidad del sargento English nunca existió.
Así son los secretos de guerra.
7 comentarios:
Lo importante es que con el trazar del tiempo, éstos se ponen al descubierto y dejan de ser "secretos"
Me llama poderosamente la atención, tu interés por los OVNIS...
Amigo, de un invierno cálido a tu primavera, os deseo que nunca pierdas el asombro....
Un abrazo fortalecido, Monique.
pahh, que interesante esta historia.
Si bien confirma lo que muchos sospechamos, casi con la certeza de darlo por cierto, no deja de ser asombrosa.
Gracias
Debe haber unos cuantos "secretos de guerra" por ahi, de algunos nos enteraremos de otros quizas no, es todo un misterio.
Felices fiestas!
Besos
Se viene la peli de David Lynch !!! aunque no imagino como hará para meter a sus minitas raras,jajajajajajajajajaja.
Qué linda es Monique !!!
un gran abrazo.
Monique:
Gracias por tus deseos. Aún conservo capacidad de asombro!!!
Y sobre todo, tengo un gusto innato por lo misterioso y lo oculto (locuras, que le dicen).
Besos!!!
Mariolo:
Me alegro que te haya intrigado la historia, a mí me sorprendió bastante (y es medio aterradora).
Un abrazo, amigo!!!
Natu:
Sin duda, debe haber muchísimas cosas ocultas y secretos "oficiales".
De a poco irán saliendo a la luz.
Besos y felicidades!!!
Adolfo:
David Lynch se encarga, no hay problema, aunque....¿minitas en la jungla vietnamita????
(el guión va a estar bueno, jajajaja)
Un abrazo!!!
Como siempre, tantos secretos guvernamentales por desclasificar y dejando patente una realidad como bien dijo Conciencia Personal, que más de uno, mil y millón sospechamos o tenemos como cierta.
Magnífico documento mi Pelaíto
beso grande para tíiiiii!!! ¡¡muakis!!
Mary:
Creo que a esta altura, los "secretos" deben superar por buen número a los "hechos conocidos".
(Hay "Expedientes XXL" para rato!!!)
Besos!!!
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