martes, 23 de marzo de 2010
UNA PRESENCIA FANTASMAL EN EL PALACIO SALVO
Inaugurado en 1928, el Palacio Salvo constituye uno de los edificios emblemáticos de Montevideo, más allá de todas las discusiones que se puedan suscitar sobre su elegancia o fealdad.
Lejos de las teorías arquitectónicas, hoy nos ocupa otra cosa: la presencia de un fantasma en ese lugar.
Avisados por Doritila, que estuvo atenta y mandó la información, nos enteramos que un periódico montevideano se ocupó de este tema hace pocos días.
No es la primera vez que el Palacio Salvo aparece vinculado con temas de índole esotérica o paranormal: yo ya conté mi experiencia personal en el post que pueden ver por aquí.
Y a su vez, ese post había surgido por una entrada de Fonzi en su blog, la cual pueden ver por aquí.
Les recomiendo especialmente esta última, porque además de contener fotos espectaculares, en ella se hace una reseña de un punto energético especial contenido en el lugar y, además, una de las fotos que tomó permite ver una imagen del fantasma (así como lo oyen).
Esta vez, según nos dice el periódico, vuelve a ser vista la presencia que los vecinos han bautizado como Don Pedro, un caballero alto y elegante que siempre lleva paraguas.
Para uno de esos vecinos, la presencia del fantasma fue sencillamente proverbial.
Un martes del año 1999, Ismael Rodríguez se dirigía a su apartamento del piso siete, cuando fue interceptado por un delincuente.
Nada era casual: el intruso sabía que todos los martes llegaba una persona que entregaba un maletín de dinero, producto de negocios en el Interior del país.
Rodríguez temió lo peor: justo ese martes, no se realizaría entrega alguna. Y el ladrón podría fácilmente desquitar su rabia con él.
Retenido por el ladrón, que esperaba ansioso el maletín que no llegaría, cavilaba sobre lo que podría suceder. En eso, la puerta del apartamento se abrió.
Nadie entró al lugar, pero pronto pudieron ver una figura estilizada: un elegante hombre que, paraguas en mano, recorría el pasillo en ambas direcciones, una y otra vez.
El susto mayúsculo obligó a retirarse al delincuente.
El piso siete parece estar conectado con la presencia, de alguna manera.
Los porteros del edificio afirman que muchas veces el ascensor llega desde ese piso, pero completamente vacío. Y eso acontecía ya en tiempos en que no era automático.
Otros vecinos le han visto en las escaleras y, al menos en un caso, una niña que se cayó fue levantada y consolada por el extraño caballero.
El periódico también especula sobre la posible identidad del fantasma. ¿Alguno de los hermanos Salvo, quizás?
Según algunos vecinos, sería Angel Salvo la presencia que han visto. Pero claro, eso debería ser corroborado al menos con retratos de la época, para ver si tiene algún asidero.
Si las presencias fantasmales suelen estar vinculadas a hechos de sangre, Angel Salvo podría ser un candidato aceptable: cinco años después de la inauguración del Palacio Salvo, fue atropellado por un coche, manejado por un sicario contratado por su yerno.
El crimen conmovió a la opinión pública de entonces.
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