sábado, 1 de agosto de 2009

COMBUSTION HUMANA ESPONTANEA


En más de una oportunidad, se han sucedido casos que son catalogados como combustión humana espontánea.

Refieren a episodios donde una persona, sin ninguna causa externa aparente, sufre una combustión que la reduce a cenizas casi en su totalidad, aunque el fuego luego no se propaga apenas más allá de un radio reducido.

Según parece, los primeros casos documentados sucedieron en Francia, en los siglos XVII y XVIII.

Algunos de ellos llamaron la atención circunstancialmente y pueden haber sido mal interpretados: por ejemplo, el caso de un mendigo y alcohólico parisino, cuyo cuerpo se consumió casi por completo (a excepción de unos pocos huesos de los dedos), pero sin embargo la cama de paja donde fue encontrado estaba intacta.

En ese episodio, hay que recordar que quizás la paja estaba húmeda y por ello no ardió, además de que el alcohol que tomaba el mendigo pudo oficiar de combustible apropiado.

Pero eso no explica el caso de la Condesa di Bandi (1731), hallada reducida a cenizas en su cama intacta, sin fuente de ignición o combustible posible cercano.

Lo mismo había sucedido con una mujer llamada Nicole Miller en 1725, encontrada del mismo modo en una habitación donde nada más se quemó y donde no había causa posible.

Durante el siglo XIX hubo varios casos documentados, casi todos ellos de mujeres que se hallaban solas en su casa, sin combustibles o iniciadores de fuego cercanos y donde, una vez más, el desastre quedaba circunscripto a la persona y un radio cercano a ella.

El caso más famoso del siglo XX fue el de la señora Mary Reeser, en el cual me voy a detener un poco.

Sucedió el 2 de julio de 1951 en el poblado de St. Petersburg (Florida, USA). Un mensajero de Western Union se presentó a entregar un telegrama a la Sra. Reeser y, como ésta no contestaba el timbre, se lo dejó a la casera.

Cuando la Sra. Carpenter (que así se llamaba la casera) golpeó a la puerta, tampoco obtuvo respuesta. Pensando que la Sra. Reeser pudiera sentirse mal, tocó el picaporte ya dispuesta a abrir por sí misma, pero tuvo que retirar de apuro la mano: el metal estaba extremadamente caliente.

Asustada, pidió ayuda a unos obreros que estaban pintando una casa vecina. Cuando por fin pudieron ingresar, se les presentó un panorama dantesco:




Un cuerpo reducido a cenizas casi por completo, consumido extrañamente, se hallaba en la habitación. El fuego también había destruído el sillón donde la infortunada mujer se encontraba.

Fuera de eso, la habitación presentaba pocos daños.

La investigación policial derivó en conclusiones quizás apresuradas. Se centraron en el hecho de que la Sra. Reeser solía fumar un cigarrillo en la cama, antes de dormir. Además, la víctima tomaba un somnífero si tenía problemas para conciliar el sueño.

Pero nada de ello encajaba con el momento o el lugar en que sucedió el desastre: a media mañana y en la sala.

La casera declaró que la Sra. Reeser tenía hábitos muy bien determinados: desayunaba temprano y luego se sentaba a tejer en el sillón donde fue hallada (lo que quedaba de ella y del sillón).

Por tanto, la hipótesis del "quedarse dormida en la cama con un cigarrillo encendido" no era muy buena que digamos.



Al caso de la Sra. Reeser le sigue otro bastante similar: en 1957 fue encontrada una señora en su casa de Filadelfia (USA), en circunstancias muy parecidas.

Esta vez, los expertos determinaron que las temperaturas necesarias para consumir de tal forma a la infortunada mujer, debían ser del orden de casi 2000 grados centígrados. Y nunca pudieron explicar por qué quedó intacto el periódico que la persona estaba leyendo en ese momento.

Otros casos de los años '60 marcaron una diferencia: los afectados fueron hombres.
Aunque la tendencia hacia las víctimas femeninas volvió a establecerse con fuerza posteriormente.

No es fácil encontrar una explicación razonable a estos sucesos.

Se ha hablado mucho de un supuesto "efecto mecha", que haría que la grasa corporal sirviera como combustible. Esto ha sido afirmado por varios científicos y, por supuesto, no dudo de su buena fe.

Pero lo que todos parecen olvidar es que, más allá de un combustible apropiado, es necesaria la presencia de un elemento iniciador del fuego, que en muchos casos no existía.

Además, otro elemento extraño es que ninguna de las víctimas logró reaccionar o pedir auxilio de alguna forma, cuando lo lógico sería gritar desesperadamente (vaya que sí) si uno está en ese problema.

Un dato más, para los curiosos: carbonizar un cuerpo en un horno crematorio demanda bastante tiempo y mucha temperatura (además de que se trata de un ambiente controlado, donde el fuego no se expande). Aún así, hay un remanente de huesos que debe ser tratado si se pretende reducirlos a cenizas.

Por lo tanto, todo este asunto es de muy difícil explicación.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

muy interesante este asunto, es algo que tengo pendiente de investigar desde que lo vi en Archivos X, ahora me ahorré un poco.
Pregunta: hay algún caso reciente?

Mary Lovecraft dijo...

Vaya mi Pelaíto, este caso siempre me puso los pelos de punta, si te digo la verdad ¡me pensé entrar a leerlo! sobre todo para saber si tenía ya algún avance en el descubrimiento de su causa pero veo que no.

enfin, un abrazote y de nuevo, ya sabes que mi Vermut grande está abierto de nuevo para cuando gustes, allá tienes tu casa.

un abrazote!

pelado1961 dijo...

Spn:

Te recomiendo visitar este enlace:

http://www.arp-sapc.org/articulos/combustion.html

Bastante completo, aunque parta de una posición escéptica respecto a este fenómeno.

pelado1961 dijo...

Mary:

No te aterres, que los artículos de "Los Expedientes XXL" son a prueba de sustos, jajajajaja.

Es un tema medio espinoso, por las consecuencias del fenómeno, indudablemente.

Besote.

Mariolo dijo...

Vos decís que deje de tomar whisky? ... mmm

También vi esto en los Archivos X, la serie.
Es caso raro, mismo, como compleja es esta especie humana.
Me llama mucho la atención que sean mujeres siempre.

Ta, le digo a mi mujer que alcohol tomo yo, nada más.

pelado1961 dijo...

No, Mariolo!!!
Lo que yo digo es que hay que tomar whisky, pero sin desperdiciar nada: ni una gota debe caer al piso, no sea cosa que provoque un incendio.
(O sea: marcha todo para adentro, ajajjajajajaja).

Un abrazo.

Grace Echevarría dijo...

siiii he escuchado bastante de ese tipo de casos...

Era una posible hipótesis en un caso de CSI... aunque si bien recuerdo, al final descartaron esa posibilidad xD

pelado1961 dijo...

Tratándose de CSI, Pau, es seguro que la descartaron, jejejeje.
Bienvenida al blog!!