miércoles, 11 de abril de 2012

EL INSUMERGIBLE



Siete vidas, esas son las que se supone ha de tener un gato según la creencia popular. Y si los mininos comunes y corrientes difícilmente han de usar más de una, muy distinto fue el caso de un gato conocido como El Insumergible.

La leyenda de este felino comenzó en tiempos tan duros como los de la Segunda Guerra Mundial.
El mar era dominado por la flota inglesa, pero los alemanes tenían algún buque que podía darles batalla. Y así como por estas tierras se vivió el drama del Graf Spee, en el norte fue el turno del acorazado Bismarck.



El Bismarck, botado en 1939, se vio envuelto en feroces combates entre el 24 y el 27 de mayo de 1941. Al principio le fue muy bien, logrando hundir al HMS Hood y dañar severamente al HMS Prince of Wales, dos de los mejores buques de guerra británicos. Pero quedó con el timón dañado y pérdidas de combustible, lo cual terminó por resultarle fatal: fue hundido por los ingleses en la mañana del 27 de mayo.

A bordo había una tripulación de 2.200 hombres, de los cuales sobrevivieron 114. Bueno, además de los 114 hombres... sobrevivió también un gato.



Después de la batalla, el destructor inglés HMS Cossack se dirigió a buscar sobrevivientes. Fue así que un marino del Cossack divisó algo increíble: aterido de frío y maullando, un gato negro se balanceaba en las olas sobre un tablón.

Lo subieron al destructor y, como buena gente, decidieron adoptarlo. Notaron que tenía un collar puesto, donde colgaba un distintivo con el nombre del minino: Oscar.
En vista de lo que había pasado, pasaron a llamarlo "Unsinkable Oscar" (El Insumergible Oscar), pero luego le cambiaron el nombre (probablemente porque Oscar sonaba un poco alemán) y pasó a llamarse "Unsinkable Sam" (El Insumergible Sam).

El asunto es que nuestro amigo Oscar se pasó de bando, cambió de nombre a Sam y pasó a ser mascota del destructor HMS Cossack, ocupándose personalmente de cualquier roedor que quisiera pasarse de listo a bordo.

Pero la vida le depararía aún más sorpresas.



El 24 de septiembre de 1941, el HMS Cossack se encontraba protegiendo un convoy que había salido de Gibraltar, cuando fue torpedeado por un submarino alemán. Gran parte de la tripulación perdió la vida, pero una vez más... El Insumergible fue rescatado.

Pasó algún tiempo en Gibraltar, donde seguramente se debe haber divertido persiguiendo a los tradicionales monos del lugar. Y luego fue adoptado por los marinos del portaaviones Ark Royal:



Aparentemente, los alemanes no perdonaban a los desertores, porque una vez más sucedió que atacaron el buque donde prestaba servicio El Insumergible Sam (ex Oscar).

El 14 de noviembre de 1941, cuando el Ark Royal regresaba a Gibraltar desde Malta, fue avistado por un submarino alemán que procedió a torpedearlo. Aunque dañado severamente, al principio se pensó que había posibilidad de salvar el portaaviones. Sin embargo, pronto comenzó a hacer agua de tal forma que hubo que abandonarlo y se hundió.

Por supuesto, nuestro amigo felino fue rescatado.

Vaya uno a saber lo que pensaron los británicos. Quizás no quisieron perder toda su flota embarcando a Oscar en un buque tras otro.  O a lo mejor entendieron que el gatito había pasado por suficientes malos ratos. La cuestión es que lo destinaron a un casa de retiro para marinos en Belfast, donde fue mascota muy apreciada. Murió en 1955.

Se sabe que los viejos marinos tienen cuentos a montones. Seguramente los hacían en esa casa de Belfast. Pero si Oscar hubiera podido contar los suyos... les ganaba a todos.

También hay que decir que El Insumergible fue inmortalizado. Existe una pintura titulada "Oscar, el gato del Bismarck", realizada por la artista Georgina Shaw-Baker, la cual se encuentra en el National Maritime Museum de Greenwich.
La artista lo retrató flotando en su tablón, al principio de sus azarosas peripecias:



Más allá del azar, Oscar sobrevivió a varios combates navales y a tres hundimientos. Todo un caso.

10 comentarios:

Espaciolandesa dijo...

Órale... pero ¿sería el mismo gato?

O sea... no es que dude de que haya sido el mismo gato. Pero ¿estaban seguros?

Como sea, es una buena y sorprendente historia.

Me hace pensar en "los elegidos", aquellos que sobreviven a las tragedias.

Siempre sobrevive alguien y eso es bello y esperanzador.

pelado1961 dijo...

Yo me hice esa misma pregunta, Espaciolandesa. Porque gatos son gatos y pudieran ser confundidos.
Pero al parecer los collares dejaron en claro que Oscar (alias Sam) fue el protagonista siempre.
Un elegido, como dijiste !!!

Beso.

Manuel Guillén dijo...

Buena historia. Y sí es muy posible: un gato es mucho más agil, veloz y escurridizo que los humanos en situaciones de riesgo. Se anticipa a los peligros de manera instintiva y, en este caso particular, la experiencia de la primera conflagración le dio nuevas habilidades para enfrentar casos semejantes.
Saludos.

NuMaN dijo...

Un fenómeno el cat!
He tenido varios gatos en mi vida y, si, puedo creer una historia como esa.Son unos animales increíbles.Salutti!

pelado1961 dijo...

Manuel:

Es muy acertado tu comentario, porque la intuición de los animales es algo a tomar en cuenta.
Y al vivir en buques de batalla, siempre en medio de combates, es probable que la intuición de Oscar haya sido excelente.

Saludos.

pelado1961 dijo...

NuMaN:

Yo no he tenido gatos, aunque sí perros. Y generalmente solían anticipar fenómenos naturales.
Quién diga que los gatos no posean alguna defensa extra, además ??

Saludos !!!

Renata dijo...

mi vidaaaaa, amo a los gatos, awww =)

pelado1961 dijo...

Renata:

Estaba seguro de que esta historia te iba a gustar.
Ese Oscar fue algo increible!!!

Mariolo dijo...

Otra genial historia para el cine. te digo, yo debería vvir en Hollywood. No saben de donde sacar historias y repetir lo mismo, cuando hay aún miles de historias lindas por contar.

Un genio Oskar o Sam

pelado1961 dijo...

Esto lo agarra Disney o Pixar y se hacen un fortunón (después hacen versión 3D y recaudan otro fortunón más).

En fin, ¿estaré viejo para ser guionista cinematográfico???