miércoles, 28 de septiembre de 2011

DESTRUCCIÓN EN MONTE GRANDE



Días pasados se produjo, en la localidad de Monte Grande (Partido de Esteban Echeverría, Buenos Aires), una espantosa explosión que causó una muerte, dejó un saldo de varios heridos y, en general, provocó la alarma de todo un vecindario.

El sitio exacto del desastre fue la esquina de las calles Luis Vernet y Los Andes, donde fueron borradas del mapa dos viviendas, un local comercial y varios automóviles.



Minutos antes de las dos de la madrugada pudo oirse un estruendo terrible, de tal magnitud que fue percibido incluso a kilómetros de distancia. Cuando la gente del barrio salió a la calle a averiguar lo sucedido, se encontró con un panorama desolador: diez personas se hallaban sepultadas bajo los restos de lo que habían sido dos viviendas y un local.

Nueve de los afectados fueron rescatados con vida y trasladados a hospitales, mientras que de la décima persona (una señora) sólo se pudo constatar que había fallecido en el episodio.




La explicación más natural pasaría por el hecho de que una fuga de gas hubiera provocado el desastre, pero los bomberos no lograron hallar indicios de tal cosa. Tampoco quedó avalada esa posibilidad por los testimonios de los vecinos que se encontraban despiertos a la hora del incidente. Estos manifestaron haber observado algo muy inusual: una bola de fuego azul que se precipitó sobre las viviendas y las arrasó.

Una de las vecinas, que volvía de una fiesta familiar, sólo atinó a salir corriendo porque vio el "objeto" en llamas caer sobre la zona.

Mientras tanto, los peritajes primarios confirmaron que no había fuga de gas ni posible explosión de garrafas. El comandante de bomberos de la zona indicó claramente que no habían encontrado indicios en tal sentido, a la vez que el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense (que recorrió el lugar con varios funcionarios municipales) declaró que "no puede descartarse que el siniestro haya sido producido por un fenómeno aeroespacial, ya que no hubo incendio posterior y las garrafas que había en el local no explotaron".

Pero....

A menos de 24 horas del incidente, las declaraciones oficiales cambiaron sustancialmente.

Las autoridades informaron a la prensa sobre la "retractación" que varios de los testigos realizaron, "cambiando sus declaraciones iniciales al ser interpelados por funcionarios judiciales".
Asimismo, la Policía detuvo a un joven que había dado a conocer en los medios una foto del bólido de fuego que habría provocado el desastre, afirmando que "se le acusa de falso testimonio".

Más aún, el reportaje a un astrónomo del Planetario, que había afirmado su creencia en la posibilidad de que el hecho estuviera causado por "un fragmento de meteorito o satélite en desuso" fue rápidamente dejado de lado por varios medios de prensa.

Parece ser que TIENE que culparse a una explosión de gas Y PUNTO.

(Pero acá en este blog somos amigos de las cosas raras, así que les dejo la foto que alcanzó a tomar el joven detenido por las autoridades)



Y no parece ser una garrafa, ¿verdad?

Además, suponiendo que la explicación sea tan simple, me gustaría saber por qué los peritos andaban usando estos trajes y estos aparatitos en su tarea:

lunes, 26 de septiembre de 2011

NAN MADOL



Si  el título del post les sugiere el nombre de algún lugar exótico, acertaron plenamente.
Empecemos por ubicarnos. El archipiélago de las Carolinas se ubica en el Pacífico Occidental. La mayor de sus islas se llama Ponapé. Y en las cercanías de Ponapé hay gran cantidad de islas y arrecifes de coral.

Precisamente, una de esas islas menores se llama Temuen y es el centro de un complejo arqueológico absolutamente intrigante, de nombre Nan Madol.


¿Qué es Nan Madol? Una ciudad de bloques de basalto, que abarca unos cien islotes artificiales en medio de una red de canales.
Aquí ven un diagrama tomado de la obra de un arqueólogo alemán:


La primer pregunta que surge es: ¿quién construyó Nan Madol? Y lo cierto es que no hay respuesta para eso. Los arqueólogos no han conseguido atribuir semejante construcción a ninguna cultura o civilización en particular. Tampoco existen construcciones semejantes en las Carolinas.

No empezamos con el pie derecho. Pero preguntémonos entonces: ¿cuándo fue construído?
Aquí ya vamos mejor, porque hay indicios. Pruebas de Carbono 14 muestran que la construcción data del entorno del año 1200....pero esto es objetable. ¿Por qué? Porque la prueba se hizo sobre un trozo de carbón de leña situado debajo de un bloque de basalto (lo cual pudo significar que una hoguera muy posterior a las construcciones quedó sepultada y punto).

Igual, ya les digo que no nos va a ir mejor si nos preguntamos: ¿cómo fue construido?
La teoría oficial habla de que los bloques de basalto fueron transportados en canoa hasta el lugar, desde otras islas. Lástima que nadie aclaró cómo fueron levantados semejantes bloques, cómo es que las canoas pudieron llevarlas hasta allí, dónde están las supuestas canteras y, peor aún, de dónde se sacó la enorme cantidad de mano de obra necesaria para semejante tarea.



Les aclaro que el edificio principal del complejo consta de unos 32.000 bloques, cada uno de  unas 20 toneladas. Y se supone que el total de las construcciones suma unos 400.000 bloques...

¿Llevados en canoas?



Por supuesto, nos queda una pregunta básica: ¿Para qué fue erigido el complejo de Nan Madol?
Lo intrincado de su diseño no permite pensar  en una ciudad para ser habitada. La falta de relieves, esculturas, altares o símbolos tampoco hace pensar en un complejo destinado a un culto. Y menos que menos cabe pensar en una fortificación, por las características de la zona.

¿Entonces?

Entonces, Nan Madol es un expediente XXL

viernes, 23 de septiembre de 2011

"LIBERTAD", ESA PALABRITA


Lo que ven ustedes en la imagen anterior es la bandera de la "Isla de las Rosas", nación independiente de efímera existencia, jamás reconocida por otros países o por las Naciones Unidas, destruida por completo tras una guerra no declarada con una nación que le aventajaba en muchos millones de habitantes.

Ojo, no les estoy hablando de una novela ni de una película, sino de un hecho real.

Corría el año 1968 cuando el señor Giorgio Rosa, italiano de nacimiento e ingeniero de profesión, se sumó a la larga lista de hombres que, a lo largo de la Historia, han soñado utopías de libertad. Pero lo hizo con un criterio humano y racional, sin medios violentos y sin pretender imponerse a nadie.

Veamos al hombre (en el medio en la foto siguiente):



¿Qué se le ocurrió entonces a nuestro amigo Giorgio? Pues fundar una nueva nación.
¿De qué manera? Construyendo una plataforma marina de 400 metros cuadrados en el mar Adriático, once kilómetros mar afuera de la costa de Rímini.





La plataforma se construyó de forma tal que tenía sus propios comercios, bar, restaurant, night club, oficina postal y hasta estación de radio. Y no sólo se quedó en eso, sino que se declaró nación independiente el 24 de junio de 1968.

El idioma oficial de la República de la Isla de las Rosas era el esperanto (idioma universal) y su moneda  se llamó "mill" ("miloj" en esperanto).
Como dijimos, la república tenía su propia oficina postal y, naturalmente, emitia sus propios sellos de correo:



Algunos podrán ver todo esto como una inocentada o una ingenuidad, pero el gobierno italiano se tomó el asunto muy en serio. Demasiado para mi gusto.

Los gobiernos italianos se han caracterizado por su lentitud a la hora de tomar decisiones (cosa que, me temo,  aqueja en general a los gobiernos de todo el mundo). Ya saben ustedes como es eso: si surge por casualidad alguna iniciativa, se la discute hasta el infinito, se dan miles de vueltas y, probablemente, todo termina en un cajón.

Pero esta vez fue diferente. Más rápidas que el rayo, las autoridades ordenaron a las fuerzas policiales abordar la plataforma (o sea, invadir la Isla de las Rosas), bajo intrincadas acusaciones de posible evasión de impuestos (cosa que sirve para fabricarle un cargo a cualquiera).



De nada sirvieron las protestas formales del ingeniero Rosa. Su república fue ocupada y, peor aún, una vez que la policía italiana tomó el control de la misma, partió una segunda orden de parte de las autoridades: destruir por completo la plataforma.

Nuevamente, las cosas se hicieron con rapidez: un grupo especializado de la marina de guerra italiana se hizo presente en el lugar, colocó explosivos en los lugares apropiados y terminó con los sueños de libertad.



Nada quedó en pie, como si nunca hubiera existido. Para los periódicos de la época, fue apenas una cuestión menor.



No faltaron quienes idearon el titular irónico para el periódico. Por ejemplo, un diario tituló "Italia ganó la Guerra de las Tres Rosas" (en alusión a la Guerra de las Dos Rosas, conflicto civil inglés), debido a que la bandera de la isla mostraba tres rosas en su diseño.



Con el tiempo, todo el episodio quedaría en el olvido. Ni siquiera importaron las reclamaciones presentadas por nuestro amigo Giorgio, todas las cuales fueron desechadas.
Naturalmente, si el ingeniero hubiera sido afín a algún partido político, todavía se estaría discutiendo el tema en los círculos de poder italianos.

De la República de la Isla de las Rosas no se habló más. Hasta su ubicación casi se pierde, salvo por unos buceadores que la "reencontraron" en sus excursiones:



"¿Y la libertad?", me dirá usted. Pues le contesto que todos somos libres....de seguir al rebaño.

martes, 20 de septiembre de 2011

LAS BALDOSAS TOYNBEE



La película "2001 - Odisea del espacio" fue pionera en más de un sentido. Y ejerció, por supuesto, una amplia gama de influencias. Algunas conocidas y otras no tanto. Entre estas últimas, debemos tener en cuenta el fenómeno de las baldosas Toynbee ("Toynbee tiles").

¿De qué se trata? De la aparición de "baldosas" (hechas de linóleo, asfalto y pegamento) colocadas sobre calles de diversas ciudades, las cuales contienen escritas algunas variaciones del siguiente texto:



Son del tamaño de una matrícula de auto, más o menos, aunque las hay mayores. ¿Y dónde están?
Pues han sido encontradas en Philadelphia:






También en Pittsburg:



En Cleveland:



En Fishers (Indiana):



En Chicago:



En Marlton (New Jersey):



En Washington DC:



En Cincinnati:



En Saint Louis:



En New York:



También hay reportes de Baltimore, Aberdeen, Edgewood, Columbus, Toledo, Boston, Atlantic City, Kansas City, Detroit y otras diversas localidades de USA.
Se han registrado unas 130 baldosas Toynbee, pero es muy difícil asegurar un número concreto, porque su propia consistencia y ubicación hacen que se deterioren con extrema facilidad.

Comenzaron a reportarse hallazgos en los años '80, continuaron en los '90 y siguieron en el siglo XXI.
Teniendo en cuenta las locaciones, no parece probable que sean obra de una sola persona o de un grupete de amigos.

Con respecto a esto último, debo comentarles que también se descubrieron baldosas Toynbee fuera de USA. Por ejemplo, se sabe de la existencia de 3 de ellas en Río de Janeiro, más una que quedó destruida por una obra vial.

Aquí vemos una de las baldosas cariocas comparada con una de las baldosas estadounidenses:


Se reportó también una baldosa Toynbee en Buenos Aires, cerca de la intersección de Avenida de Mayo y Rivadavia. La vemos a continuación, ya muy deteriorada:



Quién las coloca y para qué, no se sabe. Quizás sólo sea una moda viral o cosa por el estilo.

En tren de buscarle un significado, la mayoría de los investigadores ha identificado a "Toynbee" en la persona del historiador Arnold Toynbee. ¿Por qué? Pues me parece que porque es el "Toynbee" más conocido y no por otra cosa.



Pudiera sin embargo hilarse muy fino, lo suficiente como para discutir las teorías de Toynbee acerca de la evolución de las civilizaciones y su capacidad de respuesta frente a los desafíos, cosas que podríamos vincular con la temática del film "2001". Pero es un camino incierto.

Y además, ¿cómo casar esas ideas con las de "resucitar muertos en el planeta Júpiter"? Parece difícil.

La única conexión directa conocida entre el film de Kubrick y las teorías de Toynbee es una obra de teatro de David Mamet, llamada "4 a.m.", donde hay un pasaje que precisamente refiere al error de considerar vinculadas ambas cosas. Por tanto, tampoco es viable este camino.

¿Entonces? Vaya uno a saber.

viernes, 16 de septiembre de 2011

EL ANESTESISTA INTRUSO


Allá por los años '30 del siglo pasado, algunas localidades de USA se vieron conmocionadas por los ataques de un individuo al que la prensa dio en llamar "el anestesista intruso" o también "el gaseador loco".

Todo comenzó el 22 de diciembre de 1933, en la localidad de Haymakertown (Virginia), cuando eran las diez de la noche y la familia Huffman se preparaba para ir a dormir. Las nueve personas de la casa notaron la presencia inesperada de un intenso olor en la vivienda, tras de lo cual se sintieron físicamente enfermos, con náuseas e intenso dolor de cabeza.

Al producirse dos episodios similares a lo largo de esa noche sin poder encontrar la causa, el señor Huffman decidió llamar a la Policía, quien se hizo presente con un médico. Todos los integrantes de la familia presentaban los mismos síntomas y un examen determinó que además padecían intensa irritación en el paladar y la garganta.

La presencia del galeno fue una suerte para el dueño de casa, pues en ese momento se le cerró la garganta y debió ser auxiliado para que continuara respirando, para luego ser internado.
De todas formas, la Policía no halló pistas que explicaran el episodio.

Y el suceso se repitió a los dos días:


En la localidad de Cloverdale, una familia regresaba de la iglesia cuando notó la presencia de un persistente olor no identificable en la vivienda, al tiempo que rápidamente comenzaron a sentirse débiles, nauseosos y con jaqueca.

Esta vez la Policía revisó la casa a conciencia. Y encontraron un pequeño agujero junto a una ventana, que no estaba allí antes, apto para colocar una manguera o tubo que permitiera insuflar gas dentro de la vivienda.

El siguiente incidente se produciría en Troutville el 27 de diciembre, seguido por dos más en un mismo día (10 de enero), localizados en Haymakertown y Troutville nuevamente.



Y esto no es nada, porque vendrían nueve ataques más, sin que la Policía diera con pista alguna.
Pero para febrero de 1934 los ataques cesaron por completo.
Habrían de pasar diez años y....el anestesista intruso volvió.

Era el 31 de agosto de 1944 cuando el señor Raef, que vivía en Mattoon (Illinois), despertó en la mañana a causa de un ruido extraño dentro de su casa. Dispuesto a levantarse para revisar, no pudo ir más allá de la puerta: así de débil se sentía, al tiempo que las náuseas lo tumbaron al suelo.

Su esposa sí logró levantarse y bajó hasta la cocina para chequearla, pensando que estaban sufriendo una intoxicación por una falla en las cañerías de gas. Pero todo estaba bien, salvo su cabeza que parecía estallarle y sus piernas que casi no le respondían.

Esa noche se produciria otro episodio similar en la misma localidad, por lo cual hubo de concluirse que nuestro gaseador loco volvía tras una década de quietud.


Al día siguiente se produciría un nuevo caso, esta vez con ribetes interesantes.

Una señora se hallaba tejiendo en su casa, cuando notó un intenso olor que atribuyó a flores que tenía sobre otra mesa, pero luego el aroma fue tan profundo y desagradable que no supo a qué adjudicarlo.
Quiso levantarse para observar el florero, y allí notó que las piernas no le respondían.

Gritó asustada y su hermana acudió en su auxilio, observando que el olor provenía de una ventana posterior que estaba rota. Sabiendo por la prensa de los ataques del anestesista intruso, llamaron a la Policía, quienes sorpresivamente desestimaron la denuncia.

Indignadas, esperaron que el marido de una de ellas volviese del trabajo y acudieron todos a la estación policial para presentar una queja. Al regresar, sorprendieron a un intruso atisbando hacia dentro de la casa, a través de una de las ventanas laterales. Lamentablemente, no pudo ser capturado.

Y los ataques seguirían:


En total, se producirían unos 18 ataques más del anestesista intruso. Algunos de ellos resultaron tan graves como para que las víctimas necesitasen internación y tratamiento. Pero afortunadamente, no hubo casos fatales.

¿Cómo terminó esto? Con la Policía sin poder resolverlo, los ciudadanos formando "patrullas civiles" no formales y un FBI desganado que apenas intervino (aunque es justo decir que el país estaba en medio de una guerra mundial y tendrían otras cosas de que ocuparse).

Al final, el gaseador desapareció por su cuenta. Para mediados de septiembre de 1944 cesaron los ataques.
Muchos analistas "explicaron" el asunto como un producto de histeria de masas (viejo cuento que ha servido para soslayar un montón de temas turbios).

Pero creo que el anestesista intruso opina otra cosa...

miércoles, 14 de septiembre de 2011

APUESTA PERDIDA


Puede que ustedes piensen que el footing es una actividad moderna, pero en realidad sólo es moderna en el nombre que recibe. Siempre ha habido cultivadores de la vida sana, del ejercicio y de las caminatas y carreras al aire libre.

Una de estas personas se llamaba James Burne Worson, nativo de Leamington (Inglaterra) y zapatero de profesión, quien allá por el siglo XIX gustaba de recorrer largas distancias como ejercicio.
Pero eso no era lo único que complacía al buen James, quien también gustaba de beber un poquitín y hacer apuestas.

De todas formas, eso no lo perjudicaba demasiado, porque lo uno y lo otro solía hacerlo en compañía de sus dos compinches, Hammerson Burns y Barham Wise, con quienes se conocía de toda la vida.
Pero un mal día, todo cambió y sus aficiones le trajeron un final inesperado.


Era el 3 de septiembre de 1873 cuando los tres amigos se reunieron en plan de tomar algunas cervezas, como solían hacer. Jarra va, jarra viene, pronto empezó el buen James a fanfarronear sobre sus costumbres atléticas y, claro está, recibía en consecuencia las bromas de sus amigos.

Al final, lo otros dos lo desafiaron con una apuesta: ¿sería capaz el zapatero atleta de recorrer la distancia entre Leamington y Coventry sin rendirse? Hablamos de unas veinte millas (unos 32 kilómetros), pero nuestro amigo James no se echó para atrás y aceptó.

Minutos después, ya estaba el zapatero en camino a Coventry, seguido por sus dos amigos que habían alquilado un carruaje con cochero.


En principio, el recorrido se dio tal como era de esperar. El atleta avanzaba con paso firme y decidido, al tiempo que sus amigos vociferaban tras él. Pero tras un par de millas, sucedió algo totalmente inconcebible: se oyó un extraño sonido y, tras ello, James Worson soltó un terrible grito y cayó en el camino.

Pero la expresión "cayó en el camino" es, en realidad inexacta. Porque James desapareció de la vista de sus amigos antes de tocar el suelo. Los tres (incluido el cochero) quedaron perplejos, no sabían qué hacer.
Bajaron del carruaje y atinaron a pararse en el lugar donde debía estar James, pero allí no había nada.

Al volver a Leamington y contar aterrados su historia, fueron detenidos de inmediato, sospechados de asesinar a James. Se formaron partidas de búsqueda y no quedó sitio por revisar, pero el hombre jamás apareció.
Finalmente, puesto que nada pudo achacárseles, los dos amigos de James y el cochero fueron liberados. Los amigos habrían de financiar nuevas búsquedas en pos de su compinche, pero éstas tampoco arrojaron resultado alguno.

Fue, para todos, una apuesta perdida.

(La historia logró subsistir en el tiempo gracias al escritor Ambrose Bierce, quien la recogió en su momento y la hizo conocer).