sábado, 7 de enero de 2012

CUANDO EL ASOMBRO LLAMA A TU PUERTA



Nadie podría haber acusado a Philip K. Dick de ser un hombre poco imaginativo. Prolífico escritor de ciencia ficción, es probable que hoy en día sea conocido por todo aficionado a ese género. Pero no siempre fue así.

A lo largo de su vida (1928-1982), este hombre que habría de escribir treinta y seis novelas y más de cien relatos cortos, supo pasar penurias económicas. La razón estriba en que su fama se dio en tiempos en que la ciencia ficción se consideraba un género menor, por lo cual no todas las editoriales se interesaban en su obra. Y las que se interesaban no eran demasiado importantes.

Aún así, Dick se fue abriendo paso. Primero tuvo unos pocos seguidores, desde el momento en que se publicó su novela "Lotería solar" en 1954. Luego se vio reconocido por la crítica, a través del Premio Hugo de 1963 por su novela "El hombre en el castillo". Y a partir de allí tuvo una explosión creativa, que le permitió concebir y completar once novelas en el breve período de dos años.

Posteriormente, seguiría publicando su trabajo de modo más o menos irregular, en forma no demasiado lucrativa, hasta que los años pasaron y su golpe de suerte pareció llegar: su novela "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" (del año 1968) sería adaptada para el cine.

Pero Dick no llegó a ver la película terminada, pues falleció antes de su estreno en 1982. El filme resultó ser una de esas raras películas que derivan en un éxito de público, un filme de culto y un clásico, todo al mismo tiempo. Me refiero a "Blade Runner":



No sería la única adaptación al cine de las obras de Dick, que se vieron reflejadas en varios filmes, el último de los cuales es "The adjustment bureau":



Pocas personas saben, sin embargo, que Phillip K. Dick tuvo un episodio en su vida que le marcó profundamente y que resultó ser aún más asombroso que la más imaginativa de sus obras.

El 20 de febrero de 1974, Dick se estaba recuperando de una molesta intervención odontológica. Había solicitado unos remedios a la farmacia y oyó sonar el timbre de la puerta. Por algún motivo desconocido, sintió la imperiosa necesidad de atender él mismo al repartidor.

Abrió la puerta y se encontró ante una muchacha que llevaba un extraño colgante: un doble arco que se intersecta y forma el perfil de un pez:



El escritor quiso saber si la chica de la farmacia conocía el significado del símbolo que portaba. Le preguntó entonces y recibió una respuesta correcta:

"Mediante este símbolo se reconocían entre sí los primeros cristianos"

Al tiempo que hablaba, la muchacha tocó el colgante y Dick tuvo una inesperada experiencia extrasensorial. De golpe, se sintió en posesión de un conciencia mucho más abarcativa, trascendiendo el tiempo y el espacio. En un parpadeo, recordó y vio hechos que había vivido en existencias pasadas.
Comprendió que tanto él como esa chica habían sido cristianos ocultos, temerosos del poder romano.

Dick no era candidato para considerarse a sí mismo como "hombre religioso". Pero sí era una persona curiosa y este episodio le movió a reflexionar y profundizar en busca de verdades existenciales.
Comenzó a tomar notas y a transcribir sus reflexiones y vivencias en una especie de Diario que habría de llevar hasta el fin de sus días.

Anotaría allí no sólo sus ideas, sino también algunos hechos que le acontecieron más tarde, para los cuales no tuvo explicación alguna. Por ejemplo, un día una voz en su mente le advirtió que su hijo padecía una peligrosa hernia que podía resultar fatal. Dick le hizo revisar por varios médicos sin resultado alguno, hasta que un facultativo la encontró y realizó una intervención quirúrgica crucial para la vida del niño.

Los diarios de Dick se conocieron como "Exégesis" y no estaban pensados para ser publicados. Los llevaba como una bitácora personal. Sin embargo, al cabo de los años habrían de ser conocidos por el público:



Un grueso volumen de 900 páginas, compilado y editado por dos especialistas, ha visto finalmente la luz. Publicado en el idioma original, aún no ha sido objeto de traducción al castellano.

Me animo a decir que no será material de lectura sencilla. Si las ideas que Dick introducía en sus obras son reflejo de su pensamiento (y todo hace pensar que sí), deberíamos estar ante la mente desnuda de un hombre que, entre otras cosas, no creía en la existencia del tiempo y dudaba de la consistencia de lo que llamamos "realidad".

De haber vivido para verla, creo que "Blade Runner" le hubiera gustado a Dick. Pero probablemente se hubiera sentido más identificado con el argumento de "Matrix".

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Blade Runner es una película muy profunda, ya que trata sobre la "vida" como tal, me emociona la última parte, en donde el androide sólo pide poder vivir, como cualquier ser humano. Por su parte Matrix es una tremenda analogía de nuestra vida, ¿es está la realidad?, ya desde los griegos, el hombre viene preguntandose esto. Saludos Pelado.

pelado1961 dijo...

Son temas apasionantes, Ernesto.
Y creo que en estos tiempos, son aún más acuciantes (porque lo que llamamos "realidad" es medio difícil de aceptar !!!)

Va un abrazo.

Mariolo dijo...

Un libro de 900 paginas es mucho para mi, pero conocer la mente, o parte, de este tipo, creo que lo vale.

pelado1961 dijo...

Y las 900 páginas son sólo una parte, nada más.
Dicen que el texto es bastante loco, pero con muchas ideas interesantes.

Va un abrazo!!

Don Ferchu del Bolso y Aguada dijo...

Blade Runner que pelicula!

Anónimo dijo...

Eso no es otra cosa que demonios engañadores que les hace sentir vivencias de otras personas en las que han estado, de ésta manera se explica el por qué? varias personas dicen haber sido en otra vida Napoleón.