lunes, 30 de enero de 2012

DESAPARECER EN UN BLANCO TERRITORIO DE OLVIDO



El hombre que aparece a la izquierda en esta foto se llamaba Thomas Hale Boggs. Muy probablemente, ese nombre no le diga nada a casi ninguno de ustedes. Pero pueden obtener alguna pista de su ocupación si reconocen al otro personaje de la imagen: Lyndon Johnson, el sucesor en la Casa Blanca después del asesinato de  John F. Kennedy.

Despejemos el misterio: Hale Boggs fue congresista y figura de primera línea en la política de Estados Unidos, en tiempos tan difíciles como los años '60 y principios de los '70, hasta que desapareció durante un vuelo en Alaska, sin dejar rastro alguno.

Nuestra historia comienza el 16 de octubre de 1972. El lugar es el aeropuerto de Anchorage (Alaska).
Hay varios hombres conversando en la cafetería animadamente. Finalizada la charla, cuatro de ellos abordan un avión bimotor Cessna 310. Ellos son: el propio Hale Boggs (por entonces líder de la mayoría de la Cámara de Representantes), el congresista Nick Begich, un asistente de nombre Russell Brown y, por supuesto, el piloto Don Jonz.

El viaje es rutinario, se dirigen hacia Juneau, capital del estado de Alaska donde harán campaña política. Se trata de un trayecto breve, en medio de buen tiempo, con un piloto muy experimentado y un avión bimotor excelente.

No hay nada que temer. Excepto que nunca llegarán a su destino.



Cuando las horas pasaron y tras reportar el avión como retrasado, se lanzó una operación de búsqueda y rescate. No voy a exagerar si digo que debe haber sido la mayor operación de esa clase encarada en territorio de USA.

La importancia de los involucrados hizo que muy pronto participaran unidades de todas las ramas militares en la búsqueda del Cessna y sus ocupantes. En particular, se utilizó algo que no se hubiera usado para buscarnos a usted o a mí: me refiero al avión espía SR 71.

El SR 71 fue un encargo directo de la CIA a la empresa Lockheed, aunque su uso fuese teóricamente comandado por la Fuerza Aérea de USA. Lo cierto es que el aparato era una maravilla y portaba lo último en tecnología de fotografía aérea. Sus pilotos se jactaban de poder hacer tomas donde se leía el periódico que un ruso estuviera leyendo en un parque. Y probablemente fuese cierto.



De todas maneras, oficialmente, los esfuerzos por encontrar al Cessna y los cuatro hombres no prosperaron. La búsqueda se suspendió tras cuarenta días y Hale Boggs fue declarado fallecido en enero de 1973.

Así quedaron las cosas hasta pasados varios años, cuando algunos investigadores recibieron ciertos datos de parte de informantes anónimos. Atando cabos y haciendo uso de la Ley de Libertad de Información, llegaron a formular una serie de inquietantes hipótesis:

Cuando John F. Kennedy fue asesinado en 1963, Hale Boggs integró la Comisión Warren (organismo destinado a investigar el magnicidio). La dinámica de los hechos le habría convencido de que el asesinato fue un encargo desde las más altas esferas de la política y la economía norteamericana.

En particular, algunos datos le hicieron sospechar que Richard Nixon sabía lo que iba a pasar el día del crimen, aunque no tenía prueba alguna. Pero después, cuando Robert Kennedy fue asesinado en 1968, Hale Boggs comprendió lo que otros pasaron por alto: que el móvil de este segundo crimen era el de "limpiar el camino" hacia la Casa Blanca para Nixon, evitándole perder por segunda vez con un Kennedy.



A partir de ese momento, Hale Boggs se habría propuesto no perder pisada sobre las actividades de Nixon. Y el episodio de Watergate le había dado una oportunidad única para evitar la reelección de ese personaje, que parecía inminente. Hizo investigar algunas cosas bajo cuerda y le fueron remitidas pruebas, que pensaba dar a conocer en el último momento, para obtener el máximo efecto.

Y por eso mismo, habría sido "desaparecido" tres semanas antes de las elecciones, pagando con su vida el mismo precio que otros antes que él, sólo por intentar hacer conocer el funcionamiento del poder tras bambalinas. Se presume que su avión fue "arreglado" para sufrir un desperfecto.

(Curiosamente, una de las personas que estaba en el aeropuerto con Hale Boggs, y que se ocupó de varios "detalles" del vuelo, fue un joven militante del Partido Demócrata cuyo nombre habrá de  sonarles: Bill Clinton).

Sabemos cómo siguió la historia: Nixon ganó esas elecciones. Aún así, no logró barrer toda su suciedad bajo la alfombra: fue obligado a dimitir en 1974, precisamente por el episodio Watergate y sus consecuencias.
Pudo haber sido procesado por varios delitos y encarcelado. Pero el presidente que le sucedió (Gerald Ford), le otorgó un indulto "por todos los delitos que hubiera cometido, los que pudiera haber cometido o aquellos en los que hubiera tomado parte" entre 1969 y 1974:



Un par de datos curiosos más:
  • las fotografías obtenidas por el SR 71 en su vuelo de búsqueda... se perdieron.
  • unos télex donde se hacía referencia al hallazgo del avión siniestrado y de dos sobrevivientes... se perdieron.
(Creo que la decencia, la democracia y la Constitución, también se les perdieron).

6 comentarios:

Gary Rivera dijo...

wow! me has dejado perplejo, cuanta suciedad de aquella zoociedad!

Anónimo dijo...

Excelente post Pelado. Claro que los comunes ciudadanos de a píe nunca (o casi nunca) sabremos de todas esas cosas que se mueven trás bambalinas. Sin embargo, si que sabemos que así se manejan los señores en el poder, intrigas, traiciones, chantajes y asesinatos son sólo una poca muestra...aquí en México no cantamos mla las rancheras, me imagino que por allá tampoco. Un abrazo.

pelado1961 dijo...

Gary:

Así son las cosas en el mundo de los poderosos. Ruedan y ruedan cabezas de gente "molesta".

Va un abrazo.

pelado1961 dijo...

Ernesto:

Me alegro que el post te haya gustado. Es apenas una cuenta más en un largo rosario, eso sí.
Los ciudadanos comunes vemos siempre lo mismo: una obra en escena (pero tras bambalinas suceden muchas cosas).

Saludos, amigo !!!!

Mariolo dijo...

Si habrá marañas de cosas sucias en las "latas esferas".
Las hay en el mundo de los negocios, desde los más altos a los pobres tipos con un simple kiosco, todos son capaces de matar por su parecela.
Pasa en la religión, en el santísimo Vaticano (¿qué pasó con Juan Pablo I ?).
Y ni que hablar que pasa en la política.

Como cinéfilo y también "mirador" de algunas series, creo que 24 fue una serie bastante buena en ese sentido, donde mostraba toda la mugre que hay en la política, mismo en la propia yanki.
Más allá de que Jack Bauer era invencible, tenía todo un trasfondo que, mostrado como ficticio, no lo era tanto; más leyendo este buen post que publicaste, Pelado.

pelado1961 dijo...

Mariolo:

Juan Pablo I se tomó un tecito de boldo que le hizo mal y lo terminó matando.
Porque el boldo viene fuertísimo últimamente.......
......jajajjajajajjaa

Hablando en serio: creo que el ciudadano medio de USA todavía tiene ganas de creer que vive en una democracia (en materia política) y una tierra de iniciativa personal (en materia económica).
Como que la fantasía superó a la realidad de todos los días.

Va un abrazo.