sábado, 25 de junio de 2011

HUNTER Y LOS FANTASMAS


Cada vez que menciono una serie televisiva, parece que yo era el único que tenía TV en el siglo XX.
Me salen con que no la vieron, que no se acuerdan, que eran "muy chicos" en esa época. En fin, como que los estoy viendo cruzar los dedos mientras declaran.

Pero no importa. Igual yo banco.

Esta vez les voy a contar algo sobre Fred Dryer, el actor que personificaba a "Hunter", en la serie que se emitió en USA entre los años 1984 y 1991 (ya sé: ninguno de ustedes era nacido).
Lo cierto es que el buen Fred tuvo su historia paranormal para contar. Y yo se las cuento a ustedes.


Como todas las cosas extrañas, comenzó en forma distendida. Con el actor y su hija haciendo una pequeña "gira" en busca de nuevo colegio para la chica.
En época de vacaciones, es común que los secundarios privados abran sus puertas en USA y organicen visitas para que los padres (y los adolescentes) conozcan sus instalaciones.

En esas vueltas andaban Fred y su hija, cuando llegaron a un instituto que parecía impresionarlos bien a ambos de entrada. Sin embargo, cuando abrieron la puerta principal, el actor notó una sensación gélida que salía del lugar y no se correspondía con la temperatura existente. Pero no le prestó demasiada atención al asunto.


La gira empezó con una alumna mayor, mostrándole a los padres y a los chicos el salón de trofeos (ya saben ustedes que los yanquis le dan gran importancia a las competiciones deportivas, no sé si para formar "deportistas" o para formar "competidores").

Ahí fue cuando nuestro amigo Fred tuvo el segundo (y mayor) chispazo de que algo no andaba bien. Cuando se detuvo a mirar una pared con plaquetas que remarcaban triunfos deportivos, ante sus ojos se transformaron éstas en lápidas.


Se apartó horrorizado y sintió que le faltaba el aire. Su hija acudió en su ayuda y le dijo que había visto lo mismo que él. Nadie más en el grupo notó nada raro, porque ya continuaban animados con otro rumbo.

Pero lo peor estaba por venir.

La visita continuó por la piscina del colegio, que era uno de los mayores orgullos de la institución, por su tamaño y los laureles obtenidos en ese lugar.
Nada que objetar, excepto que cuando Fred y su hija se acercaron al borde, vieron horrorizados que el agua se volvía negra.


Esto ya era demasiado y Fred Dryer se preguntó si no estaba siendo objeto de alguna broma macabra. Pero comprendió muy rápidamente que no había posibilidad de broma alguna, cuando al otro lado de la piscina se materializaron de la nada un par de niños.

Boquiabierto, Fred los examinó: vestían trajes de baño que parecían ser de otra época. Y estaban de cabeza gacha, sin levantar la vista en ningún momento. Parecían dudar si debían o no meterse en el agua.


El actor ya sólo quería salir de allí y sacar a su hija con él. Musitó una excusa y se fueron rumbo a la puerta. Una vez que estuvo en el exterior, ambos parecieron recobrar el buen semblante. Y una vez más, Fred cotejó que su hija había visto lo mismo que él.

De vuelta en el hotel, continuó dándole vueltas al asunto en su mente, intentando buscar una explicación para lo que había visto. Al día siguiente prosiguieron la gira padre e hija, por otros lugares y otros colegios (por supuesto, no eligieron el del incidente).

Semanas después, Fred volvió a la institución donde había vivido el episodio inexplicable, pidiendo entrevistarse con el director. Y le preguntó, sin preámbulos ni medias tintas, si alguna tragedia había acontecido en el colegio alguna vez.

El hombre le contestó que no había nada de que preocuparse, que el colegio era muy seguro. Y para recalcar sus dichos, le comentó que sólo una vez, unos sesenta años atrás, un par de chicos habian fallecido ahogados.

"¿Un chico y una chica?", preguntó Fred.
"Un chico y una chica" contestó el director. "Pero son cosas del pasado".

"No tanto", supongo que habrá pensado el buen Fred mientras se encaminaba hacia la puerta una vez más y se felicitaba a sí mismo por anotar a su hija en otro colegio.

Fred Dryer valoró positivamente el episodio, porque afirma que gracias a ello se volvió a acercar a su hija, en un momento en el que estaban emocionalmente distanciados. Y recientemente se animó a contarlo ante cámaras para un documental televisivo sobre sucesos paranormales.

9 comentarios:

Rosa dijo...

Es lo que tienen los fantasmas que acortan distancias entre los mortales.
Anda que menuda historia ¡ufff! no quisiera sentir lo que a ellos les entraría por el cuerpo viendo cambios de color en el agua o niños saliendo de la piscina que segundos antes estaba vacía y para que hablar de las lápidas.
¡Quita, quita! los colegios de barrio están muy bien que ya se sabe ... vale más lo malo conocido, que lo bueno por conocer.
Muy interesante, como siempre.

Anónimo dijo...

La serie se que existió porque la pasaban hace mucho,ademas no nos hagamos,entre 1984 y 1991 , si tiene uno 30 o por ahi, en esos años teniamos entre 4 y 11 años, es solo tener buena memoria, pero no la miraba yo precisamente, porque no me gustaba,asi que quedate tranquilo existó je.

En cuanto a lo que le paso al actor, por lo visto, fueron avisos.
Yo lei por ahi y me contaron ademas, que a veces cuando uno ve cosas asi es porque viene o vienen a pedirte ayuda.
Y lo se porque lo averigue,
en mi casa hace un tiempo yo veia pasar cosas por el rabillo del ojo, en un pasillo que queda pegado a mi cuarto, y un dia me desperte en la mañana y tenia una mujer parada a los pies de mi cama, cuando pestaneé desaparecio.
No era la primera vez que veia cosas en la casa ( y solo en esa casa en particular me paso eso y tan seguido), pero esa fue (la de la mujer a los pies de mi cama) la mas nitida, y averigue en internet y por gente que sabia del tema ¿porque cada tanto tiempo me pasaba eso? y me dijeron eso, que estaban varados, y que venian por ayuda que no tuviera miedo, al menos no si no me sentia amenazado, me dieron un par de consejos de cosas que tenia que hacer en la casa, y hasta ahora no vi nunca mas nada.
Pero bue es creer o reventar.
Loco no estoy porque mi hermana le pasaba algo parecido en el mismo pasillo( o estamos los dos jajaja).
Pero bueno estas cosas existen, por lo menos para mi, no solo solos una bolsa de agua caminante y pensante y sintiente( en el mayor de los casos jajaja), tambien somos la energia que anima ese cuerpo.
Porque no conozcamos sobre algo no significa que ese "algo" no exista
Bueno un abrazo
Azra

pelado1961 dijo...

Rosa:

Lo interesante es que padre e hija percibieron lo mismo. De lo contrario, todo podría explicarse como una casualidad.
(Y concuerdo contigo: mejor los colegios de barrio!!!)

Saludos.

pelado1961 dijo...

Azra:

Son tantas las "cosas raras" que escapan a lo usual, que un libro entero no bastaría para reseñarlas por arriba.

Es muy interesante esa experiencia que tuviste. Y menos mal que pudiste afrontarla razonablemente, porque no debe ser fácil.

Va un abrazo.

Anónimo dijo...

Si, bueno digamos que tuve suerte , porque no era un ente negativo o con malas intenciones, y no siempre es asi, de hecho alguna vez he leido de casas embrujadas por entes no precisamente amigables aca en tu blog. Pero bueno tratar con lo desconocido tambien es parte de la vida.

Azra

Anónimo dijo...

Sí existió, recuerdo que mi padre la miraba, era un cabrón el Hunter ese. Yo también viví con mi familia eventos colectivos, en donde varios miembros vímos "cosas" durante un tiempo que vivimos en una casa embrujada. !!!a plena luz del día!!! muchas veces.

pelado1961 dijo...

Ernesto:

Uy, uy, suena tremendo lo que contás: las apariciones a plena luz del día son raras.
Entiendo que se hayan mudado!!!!

Mariolo dijo...

La serie me acuerdo si, me la contaron porque yo era chiquito, jajajajajaja

Ahora en serio, que "julepe" todo esto.
Ni loco apunto a mi hija ahi.

Siempre queda una energía en el lugar, unas veces más tiempo, otras menos, unas más fuertes y otras mas suaves, que se yo, algo queda.

Ver a mi padrino fallecido sentado tomando su vaso de vino, cuando yo cruzaba de noche por la claraboya, en la casa de mi abuela. Eso si fue julepe y pico, rajé para mi casa, que era pegado.

Y en mi apto vimos a mi madre, varias veces. Y digo "vimos", porque hasta la pequeña Nicole nos dijo un día, que de noche había estado hablando con la abuela. Y nos lo dijo lo más campante, como si eso no fuera nada raro. Era más chica y no tenía claro lo de la muerte, creo.

En fin.El allá y el acá no están tan lejos

pelado1961 dijo...

Impactante lo que comentás, Mariolo.
Claramente, el más allá no es una invención ni un mundo lejano. Y es mucha la gente que atraviesa la barrera en un sentido o en otro.

Va un abrazo.