miércoles, 21 de diciembre de 2011

EL SONIDO DEL MIEDO



Algunos de los descubrimientos más extraños son hechos debido a un elemento especial: la mayor de las casualidades. Veamos, por ejemplo, lo que descubrió Vic Tandy a principios de los años '80 del siglo pasado.

El señor Tandy era un ingeniero británico que se especializó en tecnologías de la información.
A inicios de los años '80, trabajaba en una empresa de equipos para medicina, cumpliendo tareas en el departamento de investigación y desarrollo.

Una noche, nuestro amigo Vic se quedó trabajando hasta muy tarde. Tan tarde que se hizo de noche y él quedó solo en el laboratorio. Aunque en cierto momento, pensó que tenía compañía indeseada.



El ingeniero estaba reparando un equipo cuando, en cierto momento, comenzó a tener una extraña sensación de desasosiego. Se puso tenso, comenzó a sudar y se le erizaron los pelos de la nuca.

Se estaba preguntando si la causa sería el cansancio por una larga jornada laboral, pero en eso la sensación empeoró: tuvo la clara percepción de no estar solo en el recinto.
Trató de convencerse de lo irracional de su idea, pues sabía que no había nadie en el laboratorio: apenas un guardia de seguridad en una caseta exterior, ese era el ser humano más próximo.

Y precisamente cuando estaba haciendo ese razonamiento, captó una silueta con el rabillo del ojo.
Giró espantado en la silla, pero allí no había persona alguna. De todas formas, no se quedó para averiguar lo que pasaba. Se fue bien rápido a su casa, donde le esperaba un merecido descanso y tenía un fin de semana por delante.

Al otro día, medio olvidado del asunto, decidió dedicarse a uno de sus hobbies: la esgrima. Tomó sus armas, las limpió concienzudamente, practicó un poco con una de ellas y, en medio de ello, paró para atender el teléfono.



Cuando volvió a su garage, donde estaba practicando, notó otra vez la desagradable sensación de miedo y desasosiego que se había apoderado de él la noche anterior.
Pero esta vez, tuvo la suficiente presencia de ánimo para notar algo interesante: la hoja de su florete vibraba todavía. ¿Sería posible que esa vibración fuera la causante de la sensación experimentada?

Quizás la vibración provocara un sonido cuya frecuencia fuese similar a la del equipo que trataba de reparar Tandy. Era una hipótesis interesante y el ingeniero puso manos a la obra para llevarla a la práctica.

No fue tan sencillo como esperaba, porque cuando volvió al laboratorio no encontró que el equipo defectuoso produjera un infrasonido parecido al esperado. Luego de ensayar diversas combinaciones y posibilidades, dieron en el clavo: un extractor de aire recientemente instalado, causaba un infrasonido que se detectaba precisamente en el escritorio de Tandy.

La frecuencia era, específicamente, de 18,98 Hz.

Curiosamente, cuando Tandy publicó su hallazgo (en colaboración con un físico, el doctor Lawrence) debidamente documentado y fundamentado, se alzaron varias voces que alegaron que ya sabían que esa frecuencia tenía efectos secundarios desagradables para el ser humano.

Pero que se sepa, esta fue la primera vez que se relacionó una frecuencia de sonido con la sensación de ver un fantasma.

10 comentarios:

El radioaficionado dijo...

Impresionante... Esto podría explicar muchas de las apariciones fantasmagóricas que llenan páginas de revistas... Una simple resonancia de baja frecuencia...

Abrazo.

pelado1961 dijo...

El problema es que no sé cómo lo explicarían. Si partiendo de la base de que el sonido provoca una reacción artificial y nada más o, en cambio, dispara un dispositivo mental que nos permite contactar con otro mundo.

Porque ambas posibilidades están ahí a mano.

Va un abrazo.

Anónimo dijo...

Me encantó el post y como me dedico a la electrónica me puse a buscar mas datos.
Aparentemente (segun la NASA) 18Hz es la frecuencia de resonancia del ojo, lo que hace que creamos ver algo al recibir esa frecuencia, algo como "una presencia" al rabo de ojo que al mirar ya no está allí.
Eso si, no explica las fotografías de fantasmas.
Me encantó,
Grande Pelado,
Siga así,

Un abrazo

Gustavo

pelado1961 dijo...

Gustavo:

Gracias por tu amable comentario.
Es interesante el dato que aportás. Los informes hablan también de desasosiego, lo cual implica además un fenómeno síquico.
Todo muy extraño.

Va un abrazo.

Espaciolandesa dijo...

Qué interesante... ¿sabes si hay sonidos con esa frecuencia disponibles en la red?

Me gustaría escuchar alguno.

pelado1961 dijo...

Espaciolandesa:

En la red hay disponibles algunos programas (según creo) que son generadores de sonidos en diferentes frecuencias.
Alguno de ellos deben ser gratuitos.

Beso (y ojo si los bajás, los hacés funcionar en esa frecuencia y empezás a ver fantasmas !!!!)

Anónimo dijo...

Yo les pido que no experimenten con esas frecuencias, lo digo por experiencia, cuando tocas ciertas puertas, después es muy difícil cerrarlas.

Muy bueno este post, me aterró.

Va un abrazo Pelado.

pelado1961 dijo...

Ernesto:

Más o menos como con la ouija, es mejor dejar pasar algunas cosas y no experimentar con ellas.
Estoy totalmente de acuerdo con tu consejo.

Va un abrazo.

Bruno Azrael dijo...

Concuerdo con vos pelado, podria tratarse de un interrputor que hace que el ojo vea algo que normalmente no ve, y concuerdo que hay puertas que si no estamos preparados para abrir es mejor dejarlas como estan como la ouija que mecionas.
También explica el interes que muchos gobiernos poderosos tienen en la frecuencias.Porque asi como esta en particular es la del ojo, probablmenete halla otras que produzcan otros efectos favorables a ciertos intereses.

Un abrazo.
B.

pelado1961 dijo...

Tal cual, Bruno. Mejor no realizar este tipo de experimentos, porque no se sabe lo que puede pasar.

Es probable que el tema ya esté muy estudiado por determinadas agencias gubernamentales (con fines no muy buenos).

Va un abrazo.