lunes, 26 de abril de 2010

SANGRIENTA CONDESA


La Condesa Isabel Bathory fue una integrante de la nobleza húngara, nacida en 1560 y muerta en 1614.
Pasó a la historia como "La Condesa Sangrienta" y ahora veremos los motivos de ese apodo.

Isabel nació en el seno de una familia poderosa de Transilvania. Y tal como era corriente en esa época y lugar, se le arregló un matrimonio cuando apenas tenía once años de edad.
En consecuencia, la costumbre marcaba que se mudase con la familia de su futuro esposo (el Conde de Nadasd) para integrarse naturalmente a la misma.

Cuando Isabel cumplió quince años, el matrimonio se llevó a cabo. Y la preponderancia de la joven en esa pareja comenzó en forma natural, dado que la familia de Isabel era mucho más importante y adinerada que la de su esposo, por lo cual fue éste quien tomó el apellido de su mujer y no al revés.
Tomaron por residencia el castillo de Cachtice, donde vivió el matrimonio y la familia del esposo.



Tal como era común en esos tiempos, el Conde pasaba la mayor parte de su tiempo en campañas militares muy alejadas de su hogar.
Pero Isabel estaba muy lejos de ser el modelo de esposa sumisa que cabía esperar: en una época donde la mayoría de las personas era iletrada (y las mujeres aún más), ella hablaba varios idiomas y había gozado de una educación excelente, al tiempo que tenía una cultura envidiable.

Además, Isabel demostró poseer una curiosidad muy insana y poco femenina: se conservan cartas entre los esposos, donde la Condesa le solicitaba saber más acerca de los procedimientos de tortura y ejecución de sus enemigos.
Al parecer, todo aquello que normalmente repugna a una dama, le despertaba morbo.


Sucedió que en 1604 murió el esposo de Isabel, no en batalla sino por causa de una enfermedad.
Es en este punto donde comienzan los rumores de que la Condesa pasó de la curiosidad a la práctica en lo que refiere a tendencias perversas y asesinas.

Todo indica que Isabel expulsó del castillo a la familia de su esposo, para ejercer como dueña y señora feudal de la comarca.
Se asegura que, en su afán de poder, comenzó a practicar las artes oscuras de la brujería.
Sus rituales necesitaban al parecer de un elemento bastante fácil de conseguir para una aristócrata poderosa: sangre de doncellas.

Con el tiempo, los rumores dejan paso a certezas, testimonios y denuncias que son prestamente archivadas, al tiempo que los testigos son comprados o "suprimidos".
Pero la política tenía muchas vueltas ya por entonces: la Condesa va perdiendo pie en ese terreno, hasta que al fin, siendo ambicionadas sus posesiones por otros nobles, es arrestada y sometida a investigación y juicio por sus actos.



El juicio comienza en 1612, con Isabel negándose a efectuar declaración alguna sobre su inocencia o culpabilidad, basando su silencio en sus derechos nobiliarios.
Pero de todas formas, el caso de la acusación va tomando forma.

Si bien la Condesa se halla amparada por su estatuto, no es éste el caso de sus sirvientes y colaboradores.
Por las buenas o por las malas, los testimonios van apareciendo.
Uno de sus mayordomos declara, por ejemplo, que han sido asesinadas 37 jóvenes en su presencia, de las cuales él mismo se encargó de "reclutar" a seis para el servicio en el castillo.

Asimismo, el investigador principal (Conde Thurzó) da fe de que han sido encontradas diversas jóvenes desfallecientes por la tortura en el castillo, así como un gran número de cadáveres en los alrededores.

Al final, se decidió que todos los acusados eran culpables, por lo cual se procedió a decapitar a la mayoría y quemar vivos a otros cuantos. Fuesen partícipes o colaboradores, todos corrieron la misma desgraciada suerte.
Pero quedaba el problema de qué hacer con la Condesa Sangrienta:


Pareció apropiado, dado que no podían procesarla como a los plebeyos, encerrarla en su castillo. Y así se hizo.
Se la recluyó en una torre del castillo, emparedando la misma hasta que no quedó sitio más que para pasar agua y comida. Ya sea por esta reclusión o por haber sido envenada, Isabel murió en 1614.
No se la sepultó en tierra sagrada, sino en el pueblo de Ecsed, lugar original de la familia.

Los familiares que la sucedieron vieron muy pronto la pérdida de sus propiedades y bienes en manos de sus enemigos. Sufrieron también persecución, tortura y, finalmente, debieron exiliarse para evitar el desastre total.

Todos los documentos relativos al juicio fueron sellados y, como era habitual en estos casos, hasta se prohibió mencionar de cualquier forma a la Condesa.
Al cabo de los años, fueron recuperadas las actas del juicio y las cartas personales de Isabel, pero se desconoce el paradero de su diario personal, uno de los principales objetos probatorios de la causa.

Según el Conde Thurzó, el diario registraba las anotaciones de al menos 612 muertes de doncellas, generalmente con la finalidad de usar su sangre en rituales que, al parecer de la Condesa, le asegurarían una eterna juventud.

Es más que interesante el hecho de que la Condesa Bathory inspirara a numerosos escritores y hasta realizadores cinematográficos que, con mayor o menor suerte, intentaron recomponer su vida o fantasear alrededor de su persona.


La Condesa ha sido objeto de ensayos literarios por parte de Alejandra Pizarnik y Valentine Penrose.

La propia Penrose tuvo una vida bastante insual, habiendo residido en Egipto, India y en un castillo medieval español (época en la cual se dio de lleno al ocultismo). Pero eso será tema de otro post.
En cuanto a Pizarnik, su vida estuvo signada por la tragedia personal, la depresión y los intentos de suicidio (que finalmente consumó).

¿Existe una leyenda negra que cobra su precio sobre quienes se obsesionan con la vida de la Condesa Sangrienta?
Ese es el mito que parece rondar los círculos literarios y los platós cinematográficos.
Pero por supuesto esto depende de las creencias de cada observador.

Como dato anecdótico, podemos decir que una de las primeras películas que se filmaron con inspiración directa sobre la Condesa Bathory fue "Los vampiros" ("I vampiri"), producción italiana del año 1956.
Su director original era Riccardo Freda, pero éste abandonó el proyecto en medio de la filmación, que fue concluida por Mario Bava.
Años después, cuando el filme fue lanzado en USA con otro título, Freda confesó a un amigo que el rodaje le produjo una serie de sentimientos negativos y de autodestrucción que se disiparon cuando lo abandonó.

Hubo incluso un grupo sueco de rock llamado "Bathory" en honor a la Condesa.
Estaban rodeados de un halo de misterio, dado que no se presentaban en vivo. Supieron tener éxito dentro del estilo del "black metal", pero su carrera se truncó cuando su líder fue hallado muerto en su habitación, a consecuencia de un paro cardíaco.
Con el tiempo, ganaron terreno las especulaciones que decían que el único miembro real de la banda era ese líder fallecido, quien habría tomado las letras de los temas y hasta su propio apodo como músico, de pasajes del diario de la Condesa Bathory, del cual habría sido propietario.

(Post dedicado a Mariolo, que lo pidió tiempo atrás)

4 comentarios:

Mariolo dijo...

Wow, quedé de cara con la historia de esta muchachita.
Me interesaba saber más orque había leído algo.
Pero ni ahi de de saber que había matado a tantas y esos rituales.

Gracias Pelado

pelado1961 dijo...

Bueno, Mariolo, parece que la condesa tenía "un pequeño problemita", jajjajajaja.
De todas formas, lo interesante es que su figura haya sido rescatada del pasado por gente tan disímil como directores de cine, novelistas o una banda sueca de rock.

Me alegro que te haya gustado el post.

Un abrazo.

Pinchita dijo...

Me encanto el post,ahora espero con ganas el de Alejandra Pizarnik y Valentine Penrose,te mando un cariñoso saludo.-

pelado1961 dijo...

Pinchita:

Están en carpeta esos posts.
En cualquier momento aparecen.

Beso.