
Considerados como "leyenda urbana" durante décadas,
la gente topo de Nueva York es un enorme grupo de personas desposeídas que viven bajo tierra en la cosmopolita ciudad.
Para establecer residencia han aprovechado principalmente los tramos abandonados del subterráneo neoyorquino. Y de acuerdo a investigaciones periodísticas, se trata de miles de personas de variadas edades y procedencias, agrupadas en lo que podríamos llamar "tribus".

La red del metro de la ciudad ha sufrido enormes modificaciones a lo largo del siglo XX, más que nada basadas en las necesidades de transporte de la población, a medida que la urbanización fue creciendo y cambiando.
Esto ha llevado a que, con el tiempo, hayan sido abandonados y clausurados diversos servicios que abarcan plataformas, estaciones, accesos y hasta numerosos ramales enteros.
Además, aunque poca gente lo sabe, algunos trenes subterráneos de Nueva York
nunca cumplieron funciones públicas: a principios del siglo XX eran usados por la gente adinerada y las autoridades de la ciudad, bajo la forma de lujosos coches que iban por tramos exclusivos de riel, uniendo a su paso los lugares que frecuentaban (teatros, restaurantes, zonas financieras, etc.)

Una reportera de "Los Angeles Times" llamada
Jennifer Toth decidió realizar una investigación profunda acerca del tema, partiendo de un sano escepticismo. Al igual que cualquier ciudadano común, la periodista pensaba que la sola idea de gente viviendo por décadas sin ver la luz de sol, era tema para la ciencia-ficción y nada más.
Pero sus exploraciones le permitieron comprobar la veracidad de la leyenda. Publicó un libro sobre el tema, el cual ha sido arduamente vapuleado porque la autora se niega a dar referencias exactas en el mismo: en ningún caso informa la localización de las entradas a ese "inframundo".
Sin embargo, no es la única que ha aportado datos al respecto. Muchos empleados del subterráneo afirman que la cantidad y tamaño de los espacios abandonados en la red del metro, permitirían vivir a miles de personas, que bien podrían alimentarse de los desechos como lo hacen los "homeless" neoyorquinos.
Particularmente, los empleados de mantenimiento afirman que muchas veces encuentran cables que "roban" electricidad de las líneas principales. Y hay quienes declaran haberse tropezado con "patrullas" de recolectores, los únicos entre la "gente topo" que saldrían a la superficie (o al menos, llegarían a las estaciones de subte normales).

El tema ha sido traído nuevamente al tapete, debido a una "moda" del siglo XXI: la exploración del subsuelo de las grandes urbes. Existen clubes de gente que realiza estas actividades, las cuales muchas veces son ilegales, dado que para acceder a los sitios que desean visitar, estos exploradores tienen que forzar la entrada o transitar por lugares ruinosos y con peligro de derrumbe.
De vuelta a la superficie, algunos han afirmado haberse encontrado con grupos humanos que se han apartado de la sociedad por completo y viven bajo tierra.
Las imágenes de este post provienen de diversas fuentes e ilustran algunos tramos abandonados del subterráneo de Nueva York. En particular, se ven fotos provenientes de las siguientes estaciones: City Hall (operativa entre 1904 y 1945), Calle 18 (operativa entre 1904 y 1948), Calle 91 (operativa entre 1904 y 1959) y Novena Avenida (operativa entre 1916 y 1975).
Constituyen apenas una pequeña muestra de lugares conocidos que fueron utilizados por décadas y luego cerrados. El acceso en algunos casos es impedido apenas por rejas que, evidentemente, han sido rotas por pandillas o individuos.
El verdadero dominio de la "gente topo" comienza cuando se dejan atrás estas estaciones y uno se interna en los túneles que ya no cumplen servicio. De acuerdo a Jennifer Toth, ese es el territorio donde vivían unas 5.000 personas en 1989: hoy pueden ser muchas más.