lunes, 5 de enero de 2009

SE TE QUEMARON LOS PAPELES


Cuando uno piensa que ya no le quedan pavadas por escuchar, aparece una nueva.
Ahora resulta que la culpa de la crisis económica actual la tiene....¡Satanás!

O por lo menos, eso es lo que ha declarado (muy suelto de cuerpo) el padre Gabriele Amorth, que es algo así como el decano de los exorcistas del Vaticano.

Habiendo concedido una larga entrevista a "Pontifex Roma", un medio católico que usa la web para llegar a los feligreses, en el transcurso de su exposición el sacerdote dijo entre otras cosas que:

"la recesión financiera que se vive actualmente es culpa del Demonio, que sugiere decisiones económicas equivocadas para dividir y empobrecer a los países"

Además, por lo visto el Diablo ha sido previsor: no tiene hipoteca sobre el Infierno ni nada por el estilo, ya que (siempre según este sacerdote):

"Satanás se lo pasa en grande en estas épocas, porque las crisis económicas tienen influencia en la esfera personal: crean alejamiento y fractura, que es lo que él quiere"

Por si fuera poco, entre maldad y maldad, el Maligno se hizo un tiempito para liquidar una aerolínea. Como el tema del momento en Italia son las dificultades de Alitalia, el reportero también le preguntó su opinión al sacerdote, que dijo que:

"la crisis de esa aerolínea también tiene algo funestamente satánico"

En fin, hay que suponer que los políticos, los economistas, los banqueros, los corredores de bolsa y demás expertos estarán encantados con estas declaraciones. Vistas así las cosas, no es que ellos hayan sido negligentes, irresponsables o directamente ineptos: la culpa fue del demonio, claro !!

(Por ahora, Satanás no ha hecho declaraciones al respecto, pero debería iniciar un juicio por difamación)

LA "GENTE TOPO" DE NUEVA YORK


Considerados como "leyenda urbana" durante décadas, la gente topo de Nueva York es un enorme grupo de personas desposeídas que viven bajo tierra en la cosmopolita ciudad.

Para establecer residencia han aprovechado principalmente los tramos abandonados del subterráneo neoyorquino. Y de acuerdo a investigaciones periodísticas, se trata de miles de personas de variadas edades y procedencias, agrupadas en lo que podríamos llamar "tribus".



La red del metro de la ciudad ha sufrido enormes modificaciones a lo largo del siglo XX, más que nada basadas en las necesidades de transporte de la población, a medida que la urbanización fue creciendo y cambiando.

Esto ha llevado a que, con el tiempo, hayan sido abandonados y clausurados diversos servicios que abarcan plataformas, estaciones, accesos y hasta numerosos ramales enteros.

Además, aunque poca gente lo sabe, algunos trenes subterráneos de Nueva York nunca cumplieron funciones públicas: a principios del siglo XX eran usados por la gente adinerada y las autoridades de la ciudad, bajo la forma de lujosos coches que iban por tramos exclusivos de riel, uniendo a su paso los lugares que frecuentaban (teatros, restaurantes, zonas financieras, etc.)



Una reportera de "Los Angeles Times" llamada Jennifer Toth decidió realizar una investigación profunda acerca del tema, partiendo de un sano escepticismo. Al igual que cualquier ciudadano común, la periodista pensaba que la sola idea de gente viviendo por décadas sin ver la luz de sol, era tema para la ciencia-ficción y nada más.

Pero sus exploraciones le permitieron comprobar la veracidad de la leyenda. Publicó un libro sobre el tema, el cual ha sido arduamente vapuleado porque la autora se niega a dar referencias exactas en el mismo: en ningún caso informa la localización de las entradas a ese "inframundo".

Sin embargo, no es la única que ha aportado datos al respecto. Muchos empleados del subterráneo afirman que la cantidad y tamaño de los espacios abandonados en la red del metro, permitirían vivir a miles de personas, que bien podrían alimentarse de los desechos como lo hacen los "homeless" neoyorquinos.

Particularmente, los empleados de mantenimiento afirman que muchas veces encuentran cables que "roban" electricidad de las líneas principales. Y hay quienes declaran haberse tropezado con "patrullas" de recolectores, los únicos entre la "gente topo" que saldrían a la superficie (o al menos, llegarían a las estaciones de subte normales).



El tema ha sido traído nuevamente al tapete, debido a una "moda" del siglo XXI: la exploración del subsuelo de las grandes urbes. Existen clubes de gente que realiza estas actividades, las cuales muchas veces son ilegales, dado que para acceder a los sitios que desean visitar, estos exploradores tienen que forzar la entrada o transitar por lugares ruinosos y con peligro de derrumbe.

De vuelta a la superficie, algunos han afirmado haberse encontrado con grupos humanos que se han apartado de la sociedad por completo y viven bajo tierra.

Las imágenes de este post provienen de diversas fuentes e ilustran algunos tramos abandonados del subterráneo de Nueva York. En particular, se ven fotos provenientes de las siguientes estaciones: City Hall (operativa entre 1904 y 1945), Calle 18 (operativa entre 1904 y 1948), Calle 91 (operativa entre 1904 y 1959) y Novena Avenida (operativa entre 1916 y 1975).

Constituyen apenas una pequeña muestra de lugares conocidos que fueron utilizados por décadas y luego cerrados. El acceso en algunos casos es impedido apenas por rejas que, evidentemente, han sido rotas por pandillas o individuos.

El verdadero dominio de la "gente topo" comienza cuando se dejan atrás estas estaciones y uno se interna en los túneles que ya no cumplen servicio. De acuerdo a Jennifer Toth, ese es el territorio donde vivían unas 5.000 personas en 1989: hoy pueden ser muchas más.











Bastante misterioso y, por demás, concordante con un excelente cuento de Julio Cortázar ("Texto en una libreta").

domingo, 4 de enero de 2009

LOS ZAPATOS MISTERIOSOS


De la noche a la mañana, miles y miles de zapatos usados hicieron aparición en una autopista de Miami (la Palmetto Expressway), causando innumerables problemas en el tránsito tempranero, hasta que la policía acudió al lugar y tomó las providencias del caso, alertando a los conductores.

De todas formas, durante varias horas y con ayuda de palas mecánicas, debieron dedicarse a recoger calzado para poder despejar la vía de tránsito.

Desde calzado deportivo hasta stilettos, pasando incluso por botas de trabajo y patines, todo tipo de zapatos integraba el lote misterioso. Las primeras especulaciones indicaban una posible pérdida inadvertida de algún camión, pero la cantidad de calzado es tal que hubiera requerido varios vehículos para su transporte.

Además, no hubo testigos de ningún percance sufrido por un camión y nadie se presentó a reclamar el supuesto cargamento perdido.



¿Lluvia de zapatos, entonces?

sábado, 3 de enero de 2009

BELCHITE VIEJO: PUEBLO FANTASMA


Sabido es que durante la Guerra Civil española se produjeron innumerables episodios dolorosos y de penoso recuerdo. Uno de ellos se vincula con el pueblo de Belchite.

Durante agosto y setiembre de 1937, se llevaron a cabo una serie de acciones militares en las cercanías de esta población zaragozana. Una gran ofensiva de las fuerzas republicanas dio inicio a las operaciones en un frente que se extendía por casi 100 kilómetros, entre Zuera y Belchite.

Pronto fueron ocupadas las poblaciones de Quinto, Mediana y Codo, así como se lograban avances generales. Pero curiosamente, las fuerzas nacionalistas en Belchite oponían una inesperada resistencia.



Finalmente, todo el pueblo fue campo de batalla, quedando al fin de la contienda en un estado absolutamente ruinoso. Miles de combatientes tomaron parte en el ataque y la defensa del mismo, pereciendo gran parte de ellos, así como civiles que quedaron atrapados en el conflicto.

Y todo se reduciría a un episodio histórico, si no fuera porque el tiempo ha agregado otros elementos. Todo comenzó cuando algunos excursionistas advirtieron sobre presencias y apariciones fantasmales entre las ruinas.

Pronto los curiosos fueron llegando y, cada tanto, alguno que otro sufría un genuino susto ante los sucesos paranormales que se producían allí.



Conforme se fueron estudiando los casos más notorios por parte de investigadores, se percibió un hilo conductor en los sucesos: los sufrimientos allí vividos parecían actuar como detonantes.

Se consiguieron grabar algunas sicofonías en el lugar. Se trata de sonidos que generalmente no son percibidos por los presentes en el momento, pero son captados por las grabadoras y quedan almacenados: súplicas, lamentos e incluso amenazas componen el repertorio obtenido.



Por supuesto, los escépticos atribuyen todo a un fraude elaborado o a simple autosugestión de los presentes (pues en algunos casos, las voces son audibles perfectamente en el momento, si bien no se percibe nadie que las emita).

Pero los investigadores defienden su punto de vista y afirman, incluso, que en un caso al menos hubo hasta riesgo de vida: las voces amenazantes fueron seguidas del desprendimiento de un trozo de techo, caído sobre el preciso lugar donde se encontraban momentos antes.



Mi punto de vista al respecto es bastante simple:

Supongo que todos estaremos de acuerdo en que existen lugares donde uno, sin saber por qué, se siente a gusto y renovado. Pues bien, creo que del mismo modo han de existir sitios donde sucede todo lo contrario. Quizá se trate de lugares donde hubo muchos sufrimientos, como el caso de Belchite.

Y se piense lo que se piense, se crea lo que se crea, hay algo que tengo seguro: no me gustaría pasar la noche allí.



(Las fotos proceden de diversos lugares en la web)

EL MONSTRUO DE FLATWOODS


El 12 de setiembre de 1952 la vida transcurría en Flatwoods (Virginia, USA) como en cualquier localidad rural: calmadamente.

Unos muchachos hacían deporte en las instalaciones del colegio, un ama de casa preparaba la cena, un joven que cumplía servicio en la Guardia Nacional paseaba a su perro. Nada memorable, hasta que pasó lo impensable.

Los primeros en ver algo inusual fueron los chicos que jugaban fútbol americano: una fuerte luminosidad rasgó el firmamento y una especie de bólido recorrió el cielo hasta perderse de vista sobre una colina.

Un meteorito!", fue lo primero que pensaron. Y llevados por la curiosidad, emprendieron camino hacia donde suponían que había caído: las tierras de un granjero llamado Bailey Fisher.



Kathleen May, una vecina que estaba aprontando la cena, les vio desde su ventana y los llamó para saber adónde iban. Cuando los chicos le explicaron lo que habían visto, tomó una linterna y los acompañó junto a sus dos hijos.

De camino, se cruzaron con Gene Lemon, integrante de la Guardia Nacional que paseaba a su perro y se ofreció a ir con ellos.

Mientras subían la colina, pudieron ver desde lejos una extraña luz rojiza que aumentaba y disminuía de tamaño rítmicamente, pero sin alcanzar a contemplar qué era lo que la producía.


El primer signo de que algo no estaba bien, lo tuvieron cuando el perro de Lemon se negó a continuar avanzando en cierto punto, pese a la insistencia de su amo. Cuando el hombre intentó obligarlo a seguir, el perro salió corriendo en dirección contraria, sin prestar atención a orden alguna.

"No entiendo qué pasa, nunca se comportó así", alcanzó a decir Lemon al grupo, pero se dio cuenta de que no le estaban prestando atención. Todos observaban un par de puntos rojos refulgentes, que se encontraban apenas a unos pasos.

Lemon pidió la linterna a la señora May y dirigió el haz de luz a los puntos rojos, pensando que serían los ojos de algún mapache trepado a un árbol. Pero se equivocó.

Los ojos pertenecían a un ser gigantesco, de cabeza redonda y roja como la sangre (así la describieron), que estaba rematada por una especie de halo o capucha puntiaguda.


La extraña criatura, que medía más de tres metros, emitió entonces un penetrante silbido y comenzó a avanzar hacia ellos. Su rara vestimenta no permitía ver piernas o pies, pero todos los testigos coincidieron en señalar que se movía flotando o levitando.

Sin pensarlo, todos corrieron en dirección al poblado, huyendo del ser de pesadilla lo más rápido posible. Al llegar al pueblo y contar aterrorizados su historia, varios vecinos decidieron formar un grupo armado y subir la colina. No habían recorrido la mitad del camino cuando debieron regresar, debido a una extraña niebla que lo cubría todo y a un irritante olor a azufre diseminado por todas partes.



Con el correr de los días, varios periodistas y ufólogos investigaron los hechos, así como la policía local. Pudieron comprobar que los testigos eran personas que estaban muy lejos de ser fabuladores y que se limitaron a contar lo que vieron.

Conforme la investigación fue avanzando, el suceso se conectó con otros similares:

El 5 de setiembre, dos mujeres de la localidad de Weston (en el mismo estado) se dirigían a la iglesia local por un camino secundario, cuando de pronto apareció frente a ellas un ser de similares características al reseñado. Pudieron huir, pero el episodio provocó en una de ellas una crisis nerviosa que ameritó internación.

El 13 de setiembre, un matrimonio de apellido Snitowski y su hija iban en auto por las cercanías de Frametown (también en Virginia). De pronto, el motor del coche se detuvo sin razón aparente. Incapaz de diagnosticar la avería, el hombre decidió caminar hacia una estación de servicio que habían pasado poco tiempo atrás.

Alcanzó a alejarse cien metros del auto, cuando un ser de igual descripción que el de Flatwoods surgió del bosque cercano, se aproximó al coche y miró hacia el interior. Alertado por los gritos de las mujeres, el señor Snitowski volvió corriendo sobre sus pasos, sólo para ver cómo la criatura se internaba nuevamente en la espesura y desaparecía.

Hay que señalar que en 1952 todavía no eran usuales los llamados "encuentros del tercer tipo", por lo cual la policía prestaba escasa atención a estos sucesos. En cuanto a los ufólogos, no contaban con más recursos que tomar nota del relato de los testigos.

Sin embargo, años después de este suceso, un investigador en particular (Donald Keyhoe) usó sus contactos en la Fuerza Aérea para saber si los militares estadounidenses se habían interesado en este caso.

Sorprendentemente, descubrió que el mando de Inteligencia de la Fuerza Aérea había despachado dos agentes para investigar el suceso, los cuales se hicieron pasar por periodistas y elaboraron un dossier secreto sobre "el monstruo de Flatwoods".


La pregunta, por supuesto, es ¿para qué?, si oficialmente clasificaban todos estos sucesos como "errores de observación" o "fabulaciones".

jueves, 1 de enero de 2009

SI SUENA EL TIMBRE, SON LOS ALIENS

He aquí lo que no debe faltar en la cartera de la dama y el bolsillo del caballero, si se dedican a la ufología: un detector de OVNIs.

El primero que vamos a ver es, por cierto, el que más apariencia científica tiene. La compañía que lo fabrica y vende, explica que el aparato (que funciona con una batería de litio de 9V), detecta cualquier fluctuación en el campo magnético circundante.

Esto es así porque en la mayoría de los reportes de avistamientos de OVNIs se producen anomalías electromagnéticas: los coches se detienen o fallan, las luces se apagan, etc.
Previendo eso, el aparatito hará parpadear un indicador LED y sonar un timbre, ante cualquier sospecha.

Lo primero que me vino a la mente cuando leí esto es que, seguramente, la gente que fabrica este producto sabe algo acerca de los OVNIs que nosotros no sabemos. Digo, porque si los platos voladores pueden producir apagones y detener motores de toda clase......¿no producen ningún efecto en las baterías de 9 volts?



En fin, dejemos la suspicacia por un momento y pasemos al segundo modelo de detector de OVNIs.

Este es, sin duda, el que yo elegiría: mucho más "cool" que el anterior, parece cosa de diseñador. Viene en dos colores (transparente o negro) y está decorado con la figura de un "crop circle" (los famosos círculos en cultivos). Fashion por donde lo mires:







Y por último, veamos el tercer modelo.

La compañía no lo dice expresamente, pero me parece que se trata de un artículo para damas: cabe en una cartera y puede semejar un perfume. Ideal para las chicas que andan de "shopping" y no quieren perderse la invasión alienígena:


En cuanto a precios, los dos primeros modelos cuestan 95 dólares. El último, indudablemente para damas, se vende a 250 dólares.

Ya sé que parecen caros, pero valen la pena: imaginen la cara de las visitas, cuando el detector empiece a sonar a lo loco y ustedes digan:

"Haceme el favor, abrí la puerta que vienen los extraterrestres"

¿SALVADA POR UN ANGEL?


Chelsea Banton es una niña de 14 años que padeció discapacidades de desarrollo, a causa de un nacimiento muy prematuro. Siempre estuvo acosada por enfermedades diversas, pero esta vez una severa neumonía la puso en jaque.

Internada en Charlotte (Carolina del Norte, USA), su vida se apagaba rápidamente, hasta llegar a un punto donde los médicos ya no podían hacer nada y su madre autorizó a que le quitaran los aparatos de sostén vital.

En el preciso instante en que fue dada la orden para desconectar a Chelsea, una figura de luz apareció en un monitor de seguridad del hospital. A continuación se ve una imagen común y otra un poco ampliada:



Nadie pudo explicar qué es eso, pero lo cierto es que la niña, pasada una hora, se recuperó y salió adelante del trance que parecía fatal.
Su madre y varios allegados interpretan que un ángel se hizo presente y salvó su vida.
Y es que la imagen podría verse como un ser con dos enormes alas extendidas.
Pero fuese lo que fuese, el suceso prueba (una vez más) que nunca está dicha la última palabra en materia de nada.